Columna Heladera vacía mata discurso

“Piantá de aquí, no vuelvas en tu vida. Ya me tenés bien requeteamurada. No puedo más pasarla sin comida ni oírte así, decir tanta pavada. ¿No te das cuenta que sos un engrupido? ¿Te creés que al mundo lo vas a arreglar vos? ¡Si aquí, ni Dios rescata lo perdido! ¿Qué querés vos? ¡Hacé el favor!”.

“¡Tirate al río! ¡No embromés con tu conciencia! Sos un secante que no hace reír. Dame puchero, guardá la decencia... ¡Plata, plata y plata! ¡Yo quiero vivir! ¿Qué culpa tengo si has piyao la vida en serio? Pasás de otario, morfás aire y no tenés colchón... ¿Qué vachaché?¡ Hoy ya murió el criterio! Vale Jesús lo mismo que el ladrón...”

Fragmento de “Que vachaché” Tango de Discépolo.

Escribe: Prof. Andrés Freire

El discurso gubernamental es hoy en día más o menos el mismo que hace dos décadas: “estamos cada vez mejor”, “no ven la cantidad de gente que pagó miles de pesos por una entrada a un concierto”, “fíjense cómo andan tantos autos en la ruta, y cómo miles y miles van el fin de semana largo a las Termas, Argentina o Brasil”. Años atrás lo que se nos decía era “miren el record de autos 0 kilómetros que se venden”, “record de venta de viajes al extranjero”, etc., etc., pero la realidad, bueno, hoy como ayer es otra cosa, por más que los gobernantes de hoy proclamen en casa y por el mundo un discurso moralizador, que es básicamente para nosotros y nada más. Y así al mismo tiempo en que el equipo gubernamental estableció en 2009 un suculento aumento salarial durante el ejecutivo dirigido por “el presidente más pobre del mundo”, porque “a la gente no se le puede pedir tanta poesía”, al resto se nos predica sobre los peligros del consumismo, con la misma lógica cínica del doble discurso, para unos viviendas lujosas, sueldones de seis cifras, tarjetas coorporativas, trabajos y contratos para sus familiares, el “cielo” del consumo tomado por asalto, y para los otros lo mismo de siempre. Casi siempre fue así, pero con una diferencia fundamental, ahora se enuncia un discurso de austeridad, frugalidad, abstinencia y moderación, para nosotros, mientras ellos se dan la gran vida, e intentan convencernos de que estamos participando en una fiesta de la que en realidad sólo recibimos las migajas. Ayer alguien describía su angustia, con una frase muy concisa, contaba su heladera vacía y la duda entre pagar las cuentas atrasadas o hacer un pequeño surtido. Enseguida llovieron las críticas al estilo de “te quejás pero tenés celular e internet”. Sí, con el progresismo inclusivo excluyente ahora todo el mundo puede tener un celular con internet, pero comer todos los días bien, ah eso es otra cosa. Con 500 pesos uno paga un buen contrato de celular con gigas de Internet gratis, pero con ese mismo dinero: ¿Cuántos días a la semana come una familia? 1 posiblemente, si hablamos de comida de calidad. Así de mezquino y de agresivo se vuelven algunos frente a la impugnación, como si en el mundo de hoy tener un celular fuera un lujo. No señores, no lo es; el lujo es comer bien todos los días. Existe un ejercicio muy sencillo para hacer, usted abra la puerta de la heladera cuando cobró el sueldo, a los 15 días, a los 25, y usted verá la realidad en la que vivimos, y con eso ya tendrá suficiente argumentación para rebatir cualquier discurso, porque por supuesto que hay gente que vive mejor que nunca, piense en todos los que accedieron a un mundo antes negado, son los mismos que tiraron la escalera para que usted nunca suba, porque precisamente el precio de que ellos estén ahí es ese, que usted nunca pase a gozar la porción de la riqueza nacional que le corresponde. Hace un tiempo ya un buen hombre, que siempre fue de izquierda, me preguntaba “¿Y vos en serio pensás que el país está tan mal?”, y yo le contesté, “¿Y vos que tenés ahora en la heladera”? Entendió, y entendió mucho más que con una charla larga e interminable sobre los principios de la economía política. Heladera vacía mata discurso, porque no hay nada más revolucionario que la verdad, y la verdad indica que una vez más todo lo real es racional, todo lo racional es real, y todo lo sólido se disuelve en el aire, y en eso estamos…