Los compañeros en nuestra memoria
- La Juventud Diario
- 30 oct 2018
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BANFI, Daniel; JABIF, Guillermo (Willy) y LATRÓNICA DAMONTZ, Luis. Muerte: 30/10/74 en Argentina. Fueron secuestrados de sus domicilios el 12 de setiembre de 1974. Ese día ocho individuos armados que dicen ser de la Policía Federal, irrumpen en el domicilio de Guillermo Jabif, uruguayo, de 24 años, asilado político, y se lo llevan diciendo que es “para aclarar su situación”. Esa misma madrugada ocurre lo mismo con otros cuatro uruguayos radicados en Bs. As. como refugiados políticos: Daniel Banfi (23 años, casado, dos hijas); Luis Latrónica (24 años, casado); Rivera Moreno (23 años) y Nicasio Romero. Inmediatamente de producidos los secuestros, los familiares de los secuestrados empiezan una infructuosa búsqueda a través de innumerables organismos públicos, medios de prensa y de derechos humanos (Ministerios, embajadas, parlamento, juzgados, dependencias policiales, etc.); se realizan denuncias en la prensa, ante organismos internacionales, así como a personalidades uruguayas también refugiadas en Buenos Aires: Michelini, Erro, Ferreira Aldunate, Gutiérrez Ruiz.. El 15 de octubre a la una de la mañana son liberados a dos cuadras del hotel donde vivían, Nicasio Romero y Rivera Moreno y ambos salen de la Argentina bajo la protección de la ONU para Suecia. De Jabif, Banfi y Latrónica no se sabe nada. A sus familiares se les dice que existe la posibilidad de que no estén más en territorio argentino. El 28 de octubre, familiares de Jabif y de Banfi concurren al despacho del juez federal, Dr. Luque (actuante en el secuestro anterior de otro uruguayo), quien se compromete a “tender lazos” entre amigos personales que tiene en la Policía Federal. A las 20 horas del 30 de octubre el juez Luque concurre a una cita con los familiares con el diario La Razón de ese día, que en su quinta edición informaba de la aparición de tres cadáveres sin identificar aparecidos en un pozo de San Nicolás, a 235 km. de Buenos Aires. Sobre las 22 horas del día 29, vecinos del lugar observaron la presencia de tres vehículos con alrededor de quince personas en la zona donde fueron encontrados los cuerpos. El día 30 de octubre de 1974, un campesino de la provincia de Buenos Aires vio tierra removida y le llamó la atención, por lo que al excavar halló los cadáveres, que habían sido enterrados de manera rudimentaria, al borde de un camino, en medio del campo. Habían sido acribillados a balazos y sus cuerpos bañados en ácido y cal viva para dificultar su identificación. Presentaban huellas de haber sido sometidos a atroces torturas. En el hospital de San Antonio de Areco, los familiares, con dificultad por el estado en que se hallaban, reconocen que se trata de los cuerpos de Guillermo Jabif, Daniel Banfi y Luis Latrónica. El informe forense dice “heridas múltiples de bala”, pero eran visibles las marcas de tortura, mutilación de genitales, tajos en piernas y brazos; habían sido bañados en ácido y cal viva, seguramente para evitar la identificación. La desnutrición era tal que prácticamente tenían la piel adherida a los huesos. Fueron 47 días secuestrados en los que sufrieron toda clase de torturas. Los habitantes de San Antonio de Areco pidieron a los familiares que dejaran los cuerpos allí en el cementerio local, para que quedaran como símbolos de la lucha de un pueblo hermano. Nunca faltan flores en las tres sepulturas. Parte de lo publicado en el Nº 52 de Las Bases del 3/11/85
BRIEBA, Juan Manuel. Detenido-desaparecido el 30/10/75 en Uruguay. Nació el 5 de octubre de 1937. Soltero, de profesión carpintero, militante del Partido Comunista, trabajaba en el diario El Popular. Su madre, Elena Brieba declara: "Yo vivía sola con mi hijo, que era carpintero. Juan Manuel de a poco iba levantando las paredes de la casa; los vecinos lo apreciaban mucho porque era honesto y trabajador. El 3 de octubre de 1975 a las 2 de la tarde llegaron a mi casa dos hombres de particular, armados, que ataron de pies y manos a mi hijo y nos llevaron a los dos en un auto verde, con los ojos vendados, delante de los vecinos. Yo creí que nos iban a soltar enseguida, busqué el monedero y saqué algo pensando que íbamos a tener sed y podríamos tomar algo cuando nos dejaran libres. Ese dinero me lo sacaron. A mi hijo y a mí nos separan; yo soy llevada a un lugar que no pude reconocer nunca, me tienen con los ojos vendados y me dicen que me van a soltar. Estuve dos días; oía quejidos y el llanto de una mujer. Después fui trasladada a otro lugar, donde, por debajo de la venda, pude ver a mi hijo que también estaba vendado, atado de pies y manos, muy pálido y en mal estado físico. Todos teníamos un número, el mío era el 63. El 4 de noviembre, estando vendada, me hicieron firmar un papel: luego alguien me pone un papelito en la mano y lo primero que yo pienso es que es una cartita de mi hijo. Me sacan y me sueltan en el Prado, de noche tarde, en una calle oscura. Cuando llego a una luz veo que lo que llevo en la mano no es una carta, sino un billete que me dieron, seguramente para que pudiera tomar el ómnibus. Al llegar a mi casa, mi vecina me dice que me quede a dormir con ella. Al otro día los vecinos me dicen que mi casa fue robada íntegramente; me acompañan y me doy cuenta que se han llevado todo: desde las herramientas del taller hasta una cafetera de aluminio, la heladera, la estufa, el primus, sábanas, frazadas, todo. Un vecino decide ayudarme a hacer la denuncia porque su hijo se sentó en el murete y apuntó todo lo que se llevaban y hasta las chapas de los autos. (...) Hice muchas gestiones para ubicar a mi hijo. En el Comando Gral. del Ejército la última vez me dijeron que mi hijo nunca había sido detenido. Cuando manifesté que yo fui detenida con él un soldado me encañonó y tuve que retirarme". El gobierno uruguayo respondió al pedido de informes de la CIDH de la OEA diciendo el 25 de mayo de 1984, que Juan Manuel Brieba no se encuentra como detenido ni como procesado. 1. La Comisión para la Paz considera confirmada la denuncia sobre desaparición forzada del ciudadano uruguayo Juan Manuel Brieba (C.I. Nº 951.153), porque ha recogido elementos de convicción coincidentes y relevantes que permiten concluir que: a) Fue detenido en su domicilio, sito en la calle Carlos de la Vega Nº 5934, el día 30 de octubre de 1975. b) Fue llevado al Servicio de Material y Armamento situado a los fondos del Batallón de Infantería Nº 13, donde fue sometido a torturas. Falleció el día 4 de noviembre de 1975, al caer al vacío desde el segundo piso del edificio, hallándose esposado y con los ojos vendados, verificándose su deceso en forma instantánea. 2. Sus restos –según la información recibida- habrían sido enterrados primero en el Batallón 14 de Toledo y después exhumados a fines del año 1984, incinerados y tirados al mar.
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