Entrevista a Gonzalo Abella en Radio Centenario: Unidad Popular prepara el noveno encuentro de milit
- La Juventud Diario
- 17 oct 2018
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“Gracias. Muy bien, muy contento y en pleno trabajo. Es decir, todos los días nos despertamos pensando qué podemos hacer mejor en este desafío importantísimo que es esta campaña electoral.
La gente a veces no tiene la dimensión histórica de lo que estamos haciendo, pero realmente, cuando se escriba en la historia del Uruguay este esfuerzo colectivo prácticamente desde la nada, de la intemperie, de llegar al Parlamento y de ir a más, es un eslabón esencial también hacia otras formas de la movilización ciudadana. Es decir, se ha demostrado plenamente que con esa tribuna parlamentaria que tenemos, que va a ser multiplicada, tenemos más fuerza para incidir en el corazón, en la consciencia de la gente para elevar a nuestro pueblo a los niveles de lucha que merece por su propia historia. Vos sabés que a mí me llama tanto la atención cuando gente, algún grupo importante del Frente Amplio (FA) o algún partido de la oposición dice: ‘estamos discutiendo las líneas programáticas’; yo digo, ¡pero qué ganas de perder el tiempo! ¿Por qué no invitan directamente al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional, les explica, todos toman nota? Si es lo que están haciendo. Entonces, hay una cosa, una especie de solemnidad, ‘primero, antes que las candidaturas tenemos que ver el programa’. ¡Pero si ya vimos el programa! Si hubieran dicho: ‘tenemos que rectificar algún aspecto del programa’, pero no, va a seguir todo igual y el piloto automático está puesto, es un simple recambio de nombres y codazos para ver quién queda atrás y quién queda adelante. En nuestro caso no, en nuestro caso el problema de pensar patria, pensar país en un contexto complejo como es el contexto latinoamericano, pensar cómo es hoy en el escenario de los próximos años, cuáles son las cosas que para nosotros son irrenunciables en el programa y cuáles son las que hay que profundizar e incluso actualizar, es un ejercicio muy importante, no sólo hacia el gobierno, hacia un trabajo de bancada parlamentaria en equipo, en colectivo como lo es ya y lo va a ser mucho más. Entonces, para nosotros el 9º Encuentro Nacional va a ser importante porque están aflorando de todos lados propuestas preciosas que además van coincidiendo. Yo no sé si todas ellas, yo le decía el otro día a un compañero, yo no sé si incorporarlas realmente a lo programático o hacer una lista de recomendaciones adjunta al programa, como una especie de guía para la acción. Por ejemplo, en la propuesta que hicieron los compañeros de Cabildo Artiguista de que todo el proyecto de Colonización haga mucho más énfasis en lo colectivo en la formación de cooperativas. Está en el espíritu del programa. Ahora, ¿vale la pena profundizar en ese sentido o tener una especie de línea de trabajo? Porque ahora una compañera de acá de Montevideo, Cecilia, plantea una cosa muy interesante sobre el uso racional, incluso hasta de la fruta, que a veces el productor pequeño ni se toma trabajo en levantar porque no es rentable. Cómo organizar emprendimientos a los efectos de generar riqueza a partir de la movilización colectiva. Entonces, nosotros tenemos una serie de gente preciosa que está pensando y realmente, como nos pasa siempre, el 9º Encuentro no va a dar para todo lo que queremos hacer. Por lo tanto, todo el trabajo previo, todo lo que se aporte desde ya, todo lo que leamos desde ya es trabajo avanzado para asumir todo lo que tenemos que asumir en el 9º Encuentro que va a ser importantísimo, porque además tenemos que transformar su cierre en un acto importante de masas. Y desde luego, el 9º Encuentro muestra una cosa que para nosotros es muy importante. Nosotros a veces hablamos de la bancada y usamos la primera persona del plural, “estamos” haciendo esto. Y realmente yo sé que Eduardo no sólo no se ofende sino que sabe que es así, es decir, todos ponemos el hombro. La cantidad de gente que ha aportado desde su inteligencia, desde su capacidad personal, desde su capacidad colectiva a la construcción de la propuesta de los programas, ahora a los nuevos proyectos… Pero además, es un crecimiento que no queda encerrado en lo electoral, no queda encerrado en esa especie de empresa de pompas fúnebres con mármoles que es el Anexo. No, no, esto es a la vida, viene de la vida y vuelve a la vida incrementado por el trabajo de la trinchera nuestra. Entonces, uno se pregunta, en este proceso histórico, ¿cómo podemos hacer cada día para hacer lo mejor? Y ahí es donde yo cada vez estoy más convencido que en una campaña electoral, tenemos que trabajar en dos planos. En un plano netamente conceptual, elaborando programa, difundiendo programa, explicando el programa, y en un plano que podríamos llamar más de divulgación, no porque subestimemos a la gente que no nos escucha sino porque realmente la gente está tan cansada del falso discurso político, tantos liceos por mes, hacerse cargo de la responsabilidad de la represión, tanto discurso barato que tiene derecho a no prestarnos la oreja por más de 5 minutos. Entonces nosotros, junto con un trabajo conceptual sólido que tenemos que hacer que todos nuestros militantes, nuestros compañeros puedan fundamentar sólidamente el encuentro y el programa, al mismo tiempo tenemos que encontrar las consignas simples que hagan la síntesis entre nuestro programa y los anhelos de la gente. Y ahí es mucho más fácil ser demagógico que sincero, porque yo puedo decir, ah bueno, ¿fulano propone 260 liceos? No, la UP propone 500, eso es facilísimo. Ahora, encontrar en 4 o 5 frases el mensaje que queremos dar en un volante, en un folleto, en un afiche, es un discurso central donde, por favor, Gustavo y yo estamos pidiendo siempre apoyo para seguir pensando, para seguir mejorándonos ya que vamos a tener cierto protagonismo importante el año que viene. Es decir, ahí el arte empieza a jugar. Y el arte, para un trabajo colectivo tiene que ser un arte colectivo, necesitamos encontrar los mensajes. Y si antes en las encuestas no existíamos, ahora las encuestas dicen ‘UP y otros partidos menores’, que es también una manera de ningunearnos. De todos modos y empezando por lo conceptual, yo creo que no hay gobierno que haga todo mal todo el tiempo. Es decir, nosotros tenemos que ser muy cautos al entender que todo gobierno tiene su propaganda inteligente. Yo recuerdo en la época de la dictadura, privilegio de la vejez, yo era muy joven, pero recuerdo en la época de la dictadura a la señora del viejo Bordaberry y al embajador norteamericano cortando cintas en viviendas populares... Y entregando viviendas, y la cara de alegría de esa gente humilde que salía del cantegril para recibir una casa... Que la adoraba a la señora Josefina Herrán Puig... Porque realmente, qué cosa más hermosa que el gobierno te dé una casa, es como sentirte digno, como sentirte que sos reconocido. Entonces, ningún gobierno hace todo mal. Nosotros necesitamos, y esto es conceptual, para medir un gobierno, medir las grandes tendencias; porque como decía Marx, las leyes en la sociedad no se expresan como fórmulas matemáticas sino con corrientes de ida y vuelta. Y dentro de las grandes tendencias, nosotros tenemos algunos elementos esenciales. Bajó la pobreza dicen. Las muchachas que tienen hijos en este país son las muchachas más pobres. Las que reproducen la sociedad son las muchachas, o sea, las que van a tener niños con parásitos, con plombemia, esos son los niñitos que están naciendo. No es culpa del Frente, de eso hace 30 años. ¿Pero se ha revertido esa situación? ¿Los sectores de ingresos medios tienen hoy más esperanzas y se tiran más a tener hijos? ¿O los sectores de ingresos medios se cuidan más que nunca de no tener hijos porque tienen miedo al futuro? Mejor posponer su primer embarazo a los 35 años, salir de mochilero y conocer Machu Picchu. Entonces, ¿quién está reproduciendo a los orientalitos y las orientalitas? ¿Cómo que bajó la pobreza? Pero eso es sentido común. Pero además hagamos una visita guiada al descreído sobre la situación de calle, veamos lo que son los barrios pobres, hablemos con los maestros de los sectores críticos donde le preguntan a los gurises ‘¿y ustedes qué quieren decir, qué quieren ser cuando sean grandes?’. Y en algunos sectores le dicen el 40 o 50% milicos y otro dice que quiere ser pastabasero, tener una boca porque es lo que ven como concreto, como próspero. Entonces, la destrucción del tejido social, el llenarse de rejas, que no se arregla como quieren algunos conservadores con más garrote, es un tema que nos exige pero que en primer lugar nos exige desnudar la falsedad de los datos oficiales. Desde luego el otro elemento que tenemos incontrastable es la extranjerización de la tierra, la expulsión del pequeño productor, todo lo que hizo acá de bueno el batllismo con el Instituto de Colonización, asentando gente, las colonias; venían extranjeros pero venían a producir alimentos y no a llenarnos de agrotóxicos”.
El fenómeno Bolsonaro
“Yo por eso había empezado con las tendencias generales que es como debe medirse un gobierno, el proyecto UPM, el tren, la Ley de Riego, es decir, todas esas cosas terribles que son irreversibles. Sin embargo ahí irrumpe el fenómeno Bolsonaro. Un referente muy importante del Frente empezó a decir que eran vintenes al lado de lo que era el robo que podía hacer Lula o Cristina al lado de lo que era la derecha rancia. Entonces alguien muy querido, que realmente todavía quiere creer en el Frente, al oír a este vocero del Frente decir que no era tan grave me dice: ‘quizás a la izquierda se le exige demasiado...’ Y le digo, no, vos perdoname, lo que el pueblo elige cuando vota a un gobierno que siente de ellos es que no robe, es que sea sincero. El pueblo le puede perdonar a la izquierda con infinita paciencia que demore en socializar los medios de producción. Le puede perdonar que concilie con las trasnacionales y coincida con (...) para explorar un área petrolífera. Todo eso el pueblo se lo puede perdonar, pero lo que no puede perdonar es que una gente que surgió de sus filas se llene de oro, se acomode y acomode a otros. Eso es lo que no le perdonan, así de simple, y eso es lo que pasó con el PT. No hay que tenerle miedo a Bolsonaro, vamos a ver qué puede hacer, el loco empezó diciendo que quería privatizar todo como su futuro ministro de Hacienda. Ya no se anima, porque como milico se ve que le pararon el carro, pará un poquito, las comunicaciones necesitan ser del Estado. Eso cualquier ejército, por más conservador que sea, no se lo va a permitir al neoliberalismo, ahí entran las contradicciones. Vamos a ver qué puede hacer, con ese Parlamento además, ahí quiero citar especialmente a Mujica, lo dijo con una gran lucidez, el Parlamento Federal brasilero, más que un Parlamento es una bolsa de valores, ahí están los extractivistas disfrazados en Partido Agrario, ahí están los señores, los varones de la industria y están también los francotiradores del pueblo tratando de luchar por algunas causas populares, todo mezclado. Vamos a ver qué puede hacer Bolsonaro, una cosa es el ímpetu soberbio de sentirse un Hitler pentecostal y otra cosa es lo que realmente pueda ser”.
Los desafíos de la UP
“Pero de todos modos yo creo que nosotros tenemos una brújula que no podemos perder, no podemos desviarnos, que son las cosas concretas. La Unidad Popular tiene tres problemas en este momento, desde el punto de vista electoral estoy hablando. El primero de ellos es la invisibilidad, fijate vos que todavía hay gente que ni se acuerda que existimos, y esa es un arma fundamental de la derecha en el gobierno y de la derecha en la oposición para crear una falsa antinomia entre ellos y sacarlos de Troya. Entonces, lo primero es que seguimos siendo invisibles para mucha gente. Ahora hablábamos fuera de micrófonos, se hizo una encuesta, una encuesta paga, no por nosotros por cierto, intencionalmente nos mete con otros partidos menores que no tienen representación parlamentaria para desdibujarnos e invisibilizarnos como cosa diferente. Y una señora muy preparada decía: ‘bueno, si nosotros preguntamos a la gente así a boca de jarro a quién van a votar, por la Unidad Popular y otros partidos menores aparece el 1%. Ahora, si nosotros mencionamos todos los partidos, la Unidad Popular con otros partidos menores sube al 3%’. Es muy claro, es decir, la gente ni se acuerda, porque una cosa es la gente que está más o menos en la información, y otra cosa es la gente sencilla, tan inteligente como la otra, pero que dijo, no, la política no me interesa más. Entonces, la invisibilidad. El segundo muro, superada la invisibilidad, la estamos superando, por suerte en los actos de la Unidad Popular, fue precioso en ese sentido el de la Unión, las banderas rojiverdes con muy fuerte presencia. Hay compañeros que entienden que la tarea militante de tener una bandera mirando hacia donde pasan los ómnibus y no hacia el orador. Hay un criterio nuevo de uso de muros muy inteligente. Frente a la invisibilidad el segundo ataque es la calumnia. Hoy no la hacen directamente porque contradeciría la invisibilidad, daría derecho a réplica, lo hacen a través de las redes. La infamia que han dicho las redes sobre nuestra bancada, sobre nuestra razón de ser, sobre con quién estamos acomodados y quién no, a quién le hacemos el juego, es absolutamente siniestro y hay que prever que este nivel de calumnia va a aumentar. Y va a llegar incluso a la prensa abierta. Y lo tercero, la tercera trampa que se nos hace es desplegar ante el electorado un laberinto de falsas salidas. ¿Vos querés cambiar? Mirá, votá este sector de este partido que está pensando en eso. ¿Vos querés cambiar? Mirá, andá por ahí. Son laberintos que te meten delante del elector y de los cuales la mayor parte de las salidas terminan en el punto de partida. Y después que votaste te enterás de que no avanzaste nada, el laberinto de falsas salidas tiene además todo un rumbo muy seductor que es el voto en blanco, que es otra manera de hacerle el servicio al poder. Sos suficientemente lúcido para entender que son pícaros y son bandidos, ‘ah, pero yo me lavo las manos’, que se arreglen entre ellos, que es una manera de hacerles un favor. Entonces, ese laberinto de falsas salidas va a ir desplazando a las otras dos formas de ataque contra la Unidad Popular y va a ser el eje en los últimos meses de campaña. Frente a eso, desde el punto de vista de los trabajadores, también entre los trabajadores hay un gran desengaño, una gran desmovilización. No olvidemos que el voto Bolsonaro también fue un voto obrero. Un voto obrero que había votado a Lula y que había querido un presidente obrero, con orgullo, y después se había dado cuenta, no, si este se portó tan mal, yo quiero que se vaya, y lo castigo. Entonces, ojo, la lucha por la consciencia, nosotros tenemos en la clase obrera un sector minoritario de una fuerte consciencia de clase. Pero también tenemos, incluso con la precariedad del trabajo, con las formas inestables de la propia clase obrera contemporánea, que ya no hay esos ejércitos donde la fábrica era una escuela de socialismo, ya prácticamente no hay. En los sectores permeables de los asalariados, de los explotados, también hay una gran vacilación. Entonces, ahí es donde nosotros necesitamos realmente trabajar el arte de las cosas claras y sencillas. La dificultad que tenemos es que no vamos a hacer ninguna concesión de principios. Porque si esa gente dice, no, pero a los milicos hay que darles por la cabeza, a mí qué me importa que sean soldados, son milicos. No, nosotros no vamos a hacer concesiones. Una persona con un sueldo sumergido, de uniforme o sin uniforme, es una persona del pueblo, y ahí no tranzamos. Pero les digo esto porque van a haber otros ejemplos también. Entonces, en primer lugar, trabajar un lenguaje sencillo, claro, transparente, tiene la traba de que hay temas sobre los que vamos a tener que abordar, que no son sencillos, claros y transparentes. Y entre los principios o ganar votos, ah, preferimos perder votos. Eso es una cosa que es esencial en la definición de la Unidad Popular. Aún así yo creo que hay temas muy sencillos que tendrían que estar en el centro de la clase trabajadora. Por ejemplo, la bancarización obligatoria, hay que asociarlo, el elemento que se le dio a la delincuencia para robar esos cajeros, la fragilidad que se le da a los jubilados, a los pensionistas, a la gente con poca capacidad de transporte, cuando la bancarización obligatoria, ya no podés ir una ventanilla a cobrar tu sueldo, que ahí sí en la ventanilla estaban escoltados por policías los funcionarios que te daban el sueldo”.
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