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Columna Revisando prioridades

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 14 oct 2018
  • 3 Min. de lectura

Alrededor de 700 uruguayos se quitan la vida cada año. Es una realidad espantosa: en nuestro país cada día en promedio se suicidan dos personas. Por cada suicidio consumado en el mundo, se estima que hay entre 20 y 30 intentos: ¿cuántos de esos son también compatriotas que quedan con las terribles secuelas de un intento de suicidio no consumado? La literatura especializada coincide además en que quien sobrevive a un intento de suicidio, muy probablemente volverá a intentarlo. En Uruguay (datos 2017) el método más usado es el ahorcamiento, con un 65,45%; seguido por disparo de arma de fuego con un 20,12%, y envenenamiento con 4,23%. Las cifras muestran una tendencia de aumento en intentos de suicidio y suicidios consumados en la población menor de 19 años en los últimos años. Uruguay lidera la estadística de Latinoamérica con un índice de suicidio de 19,64 por cada cien mil habitantes según los últimos datos oficiales informados en julio de este año. Lo que eso significa se puede valorar cuando se compara con el resto de los países de la región. Para ello adjunto gráfica de la OMS que si bien no registra las cifras más recientes, de todos modos muestra a Uruguay como el número uno del continente. Es evidente que la sociedad uruguaya no está haciendo lo suficiente en este tema. Veamos algunas de las medidas aconsejadas por la Organización Mundial de la Salud y pensemos en la realidad uruguaya en cada uno de estos puntos: 1- Medida sugerida: “Restricción del acceso a los medios de suicidio, en especial plaguicidas, armas de fuego y medicamentos”. Realidad uruguaya: multiplicación escandalosa de la cantidad de plaguicidas que se utilizan. Somos el quinto país del mundo con más armas de fuego per cápita (casi 35 armas cada cien habitantes) y tenemos el más alto consumo de medicamentos de la región. 2- Medida sugerida: “Reducir el consumo nocivo de alcohol”. Realidad uruguaya: aumenta el consumo problemático de alcohol a edad cada vez más temprana. El promedio de inicio se sitúa actualmente en los 14 años. Se estima que hay 260 mil uruguayos alcohólicos y la cifra va en aumento. 3- Medida sugerida: “Atención adecuada de personas con problemas de salud mental, abuso de sustancias y trastorno emocional agudo”. Realidad uruguaya: uno de cada cuatro habitantes experimentará un problema mental en su vida. El promedio de demora para acceder a una primera consulta con un Psiquiatra o un Psicólogo oscila entre 30 y 45 días tanto en la medicina pública como la privada. 4- Medida sugerida: “Seguimiento de la atención dispensada a personas que intentaron suicidarse”. Realidad uruguaya: los servicios están desbordados, como consecuencia el acompañamiento profesional para un sobreviviente de intento de suicidio raramente cumple el protocolo, pues a menudo depende de la buena voluntad de los técnicos y la contención familiar que tenga el paciente. ¿Podemos abatir el suicidio en un país con estos indicadores? Difícilmente. Los Humanistas proponemos darle a este tema la atención que merece. No le restamos importancia a otros temas de seguridad pública como son el homicidio, las violaciones, los delitos contra la propiedad (hurtos, rapiñas), las operaciones de bandas criminales que asaltan dependencias financieras, etc. Pero creemos que en orden de prioridad, nada podría ser más importante que combatir el suicidio, especialmente considerando que es un fenómeno que avanza entre la población joven y que aun cuando el intento de suicidio no se consuma, deja secuelas muy serias. Está bien preocuparnos por 62 cajeros automáticos explotados en los últimos meses, pero: ¿no deberíamos estar mucho más preocupados por los 700 uruguayos que se autoeliminan cada año y por el número aún mayor que trató de hacerlo? Los hechos de la crónica policial que escuchamos a diario nos indican la seguridad pública que estamos perdiendo, pero seguramente es mucho más grave el costo en vidas de compatriotas que estamos pagando por no atender adecuadamente el tema del suicidio. En Uruguay es más probable que alguien muera por decisión propia que como consecuencia de una rapiña o un asalto. Es hora de que la sociedad uruguaya revise sus prioridades y atienda un problema respecto del cual ni se habla ni se hace lo suficiente. Pero además de las medidas que sugiere la OMS, tan enfocadas en factores externos al potencial suicida, y los programas del gobierno uruguayo en esta materia: ¿Tienen los humanistas propuestas concretas para abatir el índice de suicidio en Uruguay? Por cierto que las tenemos y estas serán motivo de una próxima nota.

Aníbal Terán Castromán Vocería Partido Humanista Integrante de Unidad Popular (Línea telefónica para prevención del suicidio, las 24 horas los siete días de la semana: 08000767)


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