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Asamblea General en Canelones: Federación Uruguaya de la Salud define hoy si resuelve o profundiza

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 3 oct 2018
  • 5 Min. de lectura

 No hay cambio de perspectiva en cuanto a la rebaja salarial en la salud privada, luego de 100 días y 13 mesas de negociación con la FUS en lucha.

La FUS se declaró meses atrás en conflicto, y bajo el cartel “FUS en lucha” ha llevado adelante 2 caminos paralelos que de alguna forma se cruzarían en el día de hoy, para definir la suerte de los trabajadores del sector privado de la salud para los próximos 2 (ó 3) años. Por un lado las negociaciones tripartitas de la cúpula sindical con gobierno y patronales en los Consejos de Salarios, y las medidas de lucha que la dirección nacional resuelve y han ejecutado los trabajadores en los sindicatos de base, por otro.

Los caminos

La negociación de un nuevo convenio colectivo comenzó con la pauta del poder ejecutivo de un ajuste salarial de 7,5% para el año 2019 y de 7% para 2020. Esto podría llamarse un techo al que puedan aspirar los trabajadores antes de comenzar la negociación, o dicho de otro modo, la garantía para los empresarios de la salud que no tendrán que desembolsar más que eso. Porque justamente el papel del gobierno en los Consejos de Salarios es preservar los intereses de las patronales (por eso la definición del Poder Ejecutivo va en ubicar económicamente al sector -en este caso intermedio- y no las necesidades salariales de los trabajadores), y el papel de los sindicatos representativos es firmar la paz sindical que lo garanticen sin pérdidas ni sobresaltos durante el período. La FUS sostuvo desde un inicio que los trabajadores se merecen un 1% más que eso, y propusieron luchar por ser ubicados como sector dinámico de la economía. Los negociadores de la FUS transitaron cien días de negociaciones con 13 reuniones en la sede del MTSS, durante las cuales transmitían a sus afiliados que sería el camino de la lucha propuesto el que lograría alcanzar un nuevo convenio colectivo, arrancándole conquistas a la patronal con la que se encuentran en conflicto. Para ello, los sindicatos de base realizaron paros regionales, paros parciales, paro de 24 horas con ocupación (en algunos casos en una modalidad muy sui géneris de “tomar” el centro de trabajo), y un paro general del PitCnt otorgándosele la oratoria central para respaldar el conflicto. A esto debe sumarse un aporte extra de $15 por afiliado para sostener los costos de la campaña “FUS en lucha”, ya que los 2 sindicatos más importantes han suspendido hace meses sus aportes a las arcas de la FUS hasta tanto se aclare el destino de 1/3 de los aportes que realizan los trabajadores al PIT CNT a través de sus sindicatos, pero que luego de pasar por la FUS no llegan a la central.

La penúltima

Según informó la FUS a sus afiliados este lunes luego de la 12ª mesa de negociación, aún no se había alcanzado acuerdo alguno con las patronales, pero sí habían acercamientos en algunos puntos. La negociación que había entrado en cuarto intermedio se levantaría ayer miércoles, donde podría llegar a redactarse un preacuerdo, o no, dependiendo de las negociaciones. Diferenciándose de las negociaciones del Sindicato Médico que se llevan adelante en la misma mesa y donde se confirmaba haber alcanzado acuerdo que se firmaría el miércoles, el secretario general de la FUS, Jorge Bermúdez aclaró a la opinión pública que los trabajadores no médicos no habían acordado aún, y que de no lograrse el miércoles, el conflicto podría entonces profundizarse. La cúpula de la FUS hizo saber los avances en las negociaciones que, gracias a la lucha de los trabajadores de base, estarían acercándolos a lograr un nuevo convenio colectivo. Los salarios sumergidos de la salud privada llegarían a un 8,5% (como si fuera sector dinámico) y, ese logro se financiaría limitando los salarios más altos a un 6,5% de ajuste (como si fuera sector en problemas).

Salario

De este modo, la FUS practica la solidaridad en todos los planos: es solidario con el gobierno legitimando su definición inicial y con las patronales a las que no le “arranca” ni un solo peso más, y entre los trabajadores ya que las mejoras para algunos serán bancadas con la resignación que hagan otros, quizá quienes cobran compensaciones, tienen generada antigüedad, o los que producto de años de lucha tienen un salario por encima del laudo miserable que ha conveniado la FUS la última década. Según la FUS, hay trabajadores en la salud privada que ganan $20.000 y quienes llegan a ganar $1.000.000. Ahora, ¿dónde se establecen las franjas hasta quién recibirá un 8,5%, quién se mantendrá en el inicialmente insatisfactorio 7,5% y quién será relegado a un 6,5%? Porque para que más trabajadores de la franja media aspiren a mejorar un punto su salario, más salarios de la franja media también deberán ser considerados altos y perder otro 1%. ¿Quienes estén por debajo de la canasta básica serán considerados salarios altos? O peor aún, tras meses de conflicto, ¿la FUS considerará medios y sin urgencia de mejora, salarios que se encuentren por debajo de la canasta básica? Lo que es claro es que todos sufrirán rebaja de salario real; mientras la inflación roza el 8,5% ya en 2018, solo los salarios más sumergidos podrían llegar a recuperarlo un año después, para quienes la inflación es mucho mayor, ya que la variación de precios ha sido mucho mayor en los artículos de primera necesidad.

Otras reivindicaciones

En cuanto a las condiciones de trabajo, la mayor conquista de la FUS sería la creación de una Comisión que estudie la viabilidad de algunas medidas; e intentaba incorporar a los logros algunos días de licencia por embarazo, por enfermedad, por estudio, etc. Mejoras sustantivas quedaron por el camino, como puntos reivindicativos que mejoraban el régimen de descanso como lo es el “4x2”, históricamente reclamado por los enfermeros.

Asamblea General

La FUS realiza hoy un paro desde la hora 6 para someter a consideración de una Asamblea General los avances de las negociaciones. Una Federación con 33 mil afiliados (ó 22 mil, según cifras del congreso de la FUS o del PitCnt) realiza la Asamblea General en un club con aforo para un par de miles de personas; donde someterá a votación aceptar lo acordado hasta el momento luego de paros, ocupaciones, marchas y cotizaciones especiales, o “profundizar el conflicto” “sin descartar ninguna medida” en un camino de negociación para la que ya no hay más tiempo, y que sigue girando en torno a la negociación colectiva bajo los términos del gobierno que condena a los trabajadores a una rebaja salarial, se la disfrace como se la disfrace. ¿Qué podrán votar los trabajadores de un pre acuerdo redactado menos de 24 horas atrás, al que con suerte hayan accedido antes de llegar a la asamblea? ¿Qué posibilidad habrán tenido de estudiarlo, valorarlo y mucho menos discutirlo colectivamente? Está en juego el futuro de los trabajadores hasta 2021, bajo firma de cláusula de paz y prevención de conflicto. Para colmo y hasta donde supo La Juventud, la FUS tiene previsto extender la suspensión del voto que pesa sobre los sindicatos APMU y AFCASMU a todos sus afiliados para la Asamblea General, siendo los más numerosos y con una línea discrepante con la dirección mayoritaria de la Federación. Ambos sindicatos realizaron consultas jurídicas que determinan lo antiestatutario de la medida, y prevén plantearlo a la Asamblea.


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