Es una señal: Contratos chatarra para conducir proyectos de investigación científica

El Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE) es una institución pública sin fines de lucro dependiente del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), que reúne un importante número de grupos dedicados a la investigación en diferentes campos de las ciencias biológicas. Su misión es diseñar y conducir proyectos de investigación científica para obtener nuevos conocimientos en el campo de las ciencias de la vida y otras áreas de importancia. El IIBCE se destaca por ser una institución: · Plenamente articulada con los demás actores de la vida científica nacional e internacional. · Dedicada a la investigación en temas tanto de interés biológico universal, como de aquellos orientados a la solución de problemas nacionales. · Con capacidad para generar investigadores y técnicos altamente capacitados, en forma constante. · Que contribuye con el desarrollo científico y cultural nacional. · Que aporta a la planificación de la política científica nacional y los programas nacionales e internacionales de investigación. · Que promueve la incorporación y transferencia de nuevas tecnologías al país. · Que difunde el conocimiento y la relevancia de la investigación científica a la sociedad, como herramienta válida para el desarrollo humano. · Que contribuye con la alfabetización científica del país, a través de la promoción del pensamiento científico, crítico e indagatorio de la realidad. Los contratos precarios o chatarra vulneran los Derechos Laborales y Personales más sensibles de un ser humano. Que un Gobierno pretenda decir que es de izquierda, que defiende a trabajadores, mientras vulnera sus derechos más elementales es una contradicción insalvable. Es lisa y llanamente una violación de los Derechos Humanos. Lo malo de todo esto es que no solo es en el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, sino que se realiza a lo largo y ancho de todo el Ministerio de Educación y Cultura (y) también es una modalidad extendida a lo largo y ancho de todo el Estado. Por lo tanto estamos hablando de un Modus Operandi desarrollado con tal desparpajo que adquiere la calificación de costumbre. Y las costumbres se hacen rutina y las rutinas fijan un destino que suele ser la vida de una persona. Un Gobierno que dice haber llegado a babuchas de otros hombres que sí fueron de izquierda, no merecen seguir diciendo que defienden trabajadores o que los tienen en cuenta, si, al mismo tiempo violan sus derechos más elementales, laborales y personales. No pueden seguir diciendo que son Progresistas cuando sus políticas (es decir, su accionar actual) es exactamente el contrario al Progreso. Es absolutamente un Retroceso muy claro a los beneficios conquistados por trabajadores en el siglo pasado. JLV