Editorial: ¿Quién vacía las barras? Movimiento espontáneo y organización popular

En el desarrollo de las luchas de los trabajadores en nuestro país en sus distintos momentos se han planteado importantes disyuntivas por las que hay que optar, y sin duda que en ello adquieren una gran importancia las decisiones que se toman y pasan a ser un elemento fundamental en la táctica de los trabajadores en un momento determinado. No tenemos dudas que lejos de poner aguas tibias en el movimiento reivindicativo, la política del gobierno del Frente Amplio, ha provocado por lo menos una extendida reacción entre los trabajadores sistemáticamente frenada por los dirigentes sostenedores de la política del gobierno. Ello afecta a la organización sindical y también política, pues la línea de concertación y conciliación sostenida en los últimos años, ha promovido una desafectación y descontento de miles de trabajadores asqueados de la corrupción y la conciliación de clases promovidas por sus dirigentes. No es casual que aparezcan en este proceso nuevas expresiones de organización popular con una perspectiva antiimperialista. Siempre los temas vinculados a como desplegar la lucha de los explotados contra la explotación es lo que mayor despliegue de energías de los trabajadores ha llevado en la historia del país, a tal punto ello es así que la historia hasta nuestros días así lo evidencia. También los organismos del estado han cumplido en momentos claves de la vida del país una labor represiva a favor de las clases dominantes contra los trabajadores y el movimiento popular. Por algo también, la impunidad se ha mantenido, y la verdad y justicia es uno de los grandes debes de la política del gobierno en estos tiempos. Sin duda que cuando la política del gobierno defiende una política fondomonetarista, la tendencia de los dirigentes del gobierno y de sus expresiones sindicales es aferrarse aun más, a las políticas de privatizaciones y de control del salario y las jubilaciones. Por ello es que el tema vinculado a los problemas de organización hoy desaparecidos de la agenda de los viejos partidos de izquierda, hay que ponerlos nuevamente sobre la mesa para ser parte de los planes de trabajo diarios. Con una política oficial monocorde en materia de aplicación de las orientaciones del FMI, la organización popular estorba, pues obviamente cuando se orienta una política que es contraria a las luchas anti privatizadoras que ha impulsado el gobierno del Frente Amplio. En realidad, “las barras vacías” explican principalmente los resultados adormecedores de ésta política de gobierno y de alguna forma las orientaciones constantes del oficialismo para que el pueblo se entere lo menos posible de las votaciones contrarias a las necesidades populares, en ésta época. El tema de la educación es quizá uno de los más demostrativos, de ésta política privatizadora y de constante apelación al crecimiento del endeudamiento que luego paga el país y especialmente los trabajadores y las personas que dependen de su trabajo. El otro aspecto por demás ilustrativo de la política de gobierno es el cierre, si la clausura de la investigadora parlamentaria en el tema de ASSE, afectada por un serio proceso de corrupción política y administrativa, que cómo en otros temas pretende “cajonearse”, ocultarse sin tapujos.