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Nueva central sindical CSGU: Enfrentar la Rendición de Cuentas, los Consejos de Salario y la Reforma

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 4 ago 2018
  • 6 Min. de lectura

Entrevistamos a José Luis Borges, trabajador metalúrgico hoy jubilado e integrante de la Coordinadora de Jubilados y Pensionistas del Uruguay (Cojupe), quien aseguró que el ajuste propio de esta verdadera ofensiva antipopular del gobierno tiene se basa en estos tres pilares.

¿En qué está la Cojupe? Estamos denunciando la situación actual, tratando de deschavar las mentiras, engaños, las farsas con que hoy pretenden encubrir el ataque a los trabajadores; esta verdadera ofensiva antipopular que aceleran y amplían su alcance las clases dominantes a través del actual gobierno, y a la vez, tratando de construir fuerzas para enfrentarla. Este ataque se instrumenta hoy con el “ajuste” que impone el gobierno, que en lo esencial cuenta con la complicidad o el acuerdo y la participación de las patronales, la mayoría del sistema político, los grandes medios y la mayoría de las organizaciones sociales, en particular el PitCnt y la Onajpu. Este “consenso” antipopular hace muy difíciles las perspectivas para el pueblo trabajador, y muy necesaria la lucha para detenerlo. Ese ajuste tiene en este momento 3 grandes instrumentos: la Rendición de Cuentas, los Consejos de Salario y la anunciada Reforma de la Seguridad Social. El ajuste lo pretenden justificar y explicar, a partir de la “necesidad de mantener los grandes equilibrios”, “reducir el déficit fiscal”, ¡y hasta para “combatir la desocupación”! Desde la Cojupe, decimos que de conseguir imponerlo, las consecuencias en las condiciones de vida -actuales y futuras- de la clase trabajadora, seguirán empeorando. Y lo que resulta tan grave como lo anterior, se afirmará el actual régimen de explotación y dominación. Y es el caso, muy importante, de esa anunciada Reforma de la Seguridad Social, donde se manifiesta o se va construyendo el consenso al que me referí antes.

¿En qué consiste esa reforma? No han hecho un planteo claro públicamente. Van creando “condiciones” y la van formulando, de a poco, disimulando su verdadero alcance y contenido. Van “condicionando” a la opinión pública con la idea de que es “inevitable” debido al alto déficit fiscal y del BPS, al envejecimiento de la población, al gasto en políticas sociales, en prestaciones y salarios públicos; ¡hasta manejan la idea de que es para “corregir inequidades” y “combatir privilegios”! Recientemente utilizaron el impuesto a los militares, también para esto. Pero, como decía, creo que están preparando el terreno, a la vez que le dan señales al FMI, el Banco Mundial y al capital financiero de que van a cumplir con sus exigencias, como ya lo hicieron con tantas otras. En este sentido son muy claras las repetidas declaraciones del Ministro Astori y otros integrantes del gobierno, de la Senadora Alonso (que no quiere perder pie en la carrera electoral), abundantes artículos de prensa, declaraciones desde la Caja de Profesionales, etc., etc. Entonces, es probable que en este período electoral se limiten a eso, y que luego de las próximas elecciones -no importa quién gane- se encargarán de definir esa reforma, en base a el alcance del consenso del que hablaba antes y a la lucha que logremos oponerle. Pero el objetivo de la reforma para los que la exigen, es: bajar los llamados “costos salariales” y asegurar las ganancias del capital. ¡¿Cómo?! Elevando la edad para jubilarse, cambiando el sistema de cálculo de los años trabajados, recortando las jubilaciones y fortaleciendo el sistema privado de las AFAPS. Esos son los capítulos principales de esta y de todas las reformas de las jubilaciones que se han puesto en marcha.

Ahora, hay déficit fiscal y déficit del BPS. ¿A qué se deben? Si, seguro que hay déficit. El asunto es saber por qué hay déficit, quién lo paga y para quiénes son perjudiciales esos déficits. Tanto uno como otro, tienen que ver con las consecuencias de la política económica progresista e incluso con el conjunto de estrategias y políticas llevadas adelante en materia social, laboral, educativa, etc. Por ejemplo, si el déficit está en 2.500 ó 3.000 millones de dólares anuales, hay que saber que solo por intereses de la deuda pública, por las exoneraciones al gran capital (verdaderas subvenciones a la burguesía) y el retiro de ganancias del capital extranjero se “van” entre 6 y 7 mil millones de dólares anuales. Y no sé cuánto suman al déficit las PPP, que crean deuda “escondida”. ¡Solo en esta Rendición de Cuentas y para la Educación Pública hay privatizaciones con PPP por 1.500 millones de dólares! Y que le aseguran a los inversores como 1.200 millones de dólares de ganancias en 20 años. Y el del BPS, ¿cómo se genera ese déficit? ¿Cuánto pesan en él las privatizaciones en el Bps, el cobro a través de empresas privadas, la privatización de servicios, la reducción y exoneración de aportes de los patrones, la mala gestión, la corrupción (como la que se ha denunciado en estos días con el FONASA), los enormes recursos que se lleva la medicina privada con el Sistema Integrado y sobre todo: la privatización de las jubilaciones con el sistema de las AFAPS? ¿Quién paga ese déficit? La realidad es que en su mayoría lo paga el pueblo trabajador; lo estamos pagando nosotros los trabajadores y jubilados, con jubilaciones de miseria. En 2017, según el propio BPS hay 300 mil jubilados y pensionistas que reciben menos de $14 mil por mes. Lo pagan los trabajadores con salarios de pobreza. Según la DGI en 2017, hay 1 millón 100 mil trabajadores asalariados que no pagan IRPF, por lo tanto cobran bruto menos de $24.500 por mes, o sea están por debajo de los 20 mil líquidos. Pero además pagan ese déficit todos los trabajadores que pagan IRPF, IASS, IVA, Fonasa, etc.

¿Cómo se para o revierte entonces este ajuste, este ataque a los trabajadores y los jubilados? El camino principal es el de la denuncia, la movilización y la lucha. Sabiendo que por ejemplo, para dar la pelea contra la Reforma de la Seguridad Social no alcanza con la fuerza de los jubilados, con lo que hagamos los jubilados y pensionistas; es imprescindible la participación de los trabajadores activos. Por supuesto que lograr esto no es fácil. Porque el aparato ideológico, cultural, educacional, hasta artístico del capitalismo es parte fundamental del sistema de dominación, sin el cual no podría haber explotación. Funciona y está para esconder, disimular, ocultar la explotación de los trabajadores por las clases dominantes, el imperialismo y el capital. Establecen una relación de poder fundamental, primordial y brutal que sostiene todo el sistema. Porque no podría haber explotación si no hay todo un sistema de opresión y dominación que la naturaliza o la impone por la fuerza, según las circunstancias históricas y las relaciones de fuerzas. En nuestras tierras, en nuestro continente, el progresismo se ha demostrado como un enorme instrumento de dominación, juega objetivamente ese papel; naturalizando y presentando el sistema de explotación como inevitable. Aunque no sea ni claro ni evidente para la inmensa mayoría de los explotados. Ni siquiera es claro para la mayoría de la militancia social y política, que honestamente pretenda cuestionar al sistema, o se expresa y es sensible a las consecuencias del sistema dominante. En nuestro país, los llamados partidos u organizaciones de clase, como varios partidos del actual gobierno, el PitCnt con su estrategia, sus políticas y su modelo sindical y la Onajpu cumplen el mismo papel; naturalizan las relaciones de explotación y al sistema capitalista. Y de hecho, mantienen a la clase trabajadora, y sus organizaciones “atadas” al sistema que las explota, domina y oprime. Por eso, también creemos que este es un proceso donde es imprescindible entender cuáles son los vínculos estrechos, directos entre las políticas económicas del progresismo y sus reales contenidos. Y por lo tanto ver la verdadera función -entonces- de sus principales instrumentos (de la Rendición de Cuentas, de los Consejos de Salarios, del Pacto y la Paz Social en curso, la deuda, las subvenciones al capital; la inversión extranjera directa, las AFAPS, el Sistema Nacional Integrado de salud, las reformas de la Educación Pública, las leyes, los decretos y disposiciones represivas de la protesta y de la lucha social, etc., etc. La denuncia y la movilización son las herramientas principales que pueden hacer posible dos cosas: la primera, enfrentar el ajuste, los planes y la política económica del gobierno. Y la otra, ir sentando bases para que, al calor de la participación de los trabajadores y otros sectores populares, podamos ir reconstruyendo nuestros propios organismos de lucha contra las instituciones del Estado, del gobierno, de la patronal y la burguesía.

¿Es un camino complejo y difícil? Sí seguro que lo es. Pero creemos que es el camino para reconstruir nuestras reglas de juego frente a las suyas. Reconstruir la alternativa de los trabajadores y jubilados, y enfrentar la de los explotadores y sus aliados.


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