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Opinión Verde contra Gris

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 16 jul 2018
  • 5 Min. de lectura

por Yanko Silva

La mayoría de los políticos del mundo hoy se plantean, como si fuera una carrera para demostrar su capacidad luego de la ignorancia y la hipocresía de sus antecesores, tapar el sol con el pulgar fomentando en sus tristes discursos algunas pocas medidas medioambientales. No obstante dentro de esas promesas que supuestamente valen miles de dólares (una vez que llegan al trono) es mucho menor el tiempo que dedican en hablar de ello y levantan la bandera en defensa del viejo y querido para ellos progreso. Alzan la voz en que habrá más trabajo y que el mundo ya no es el mismo, y hay que sumarse a su marcha inevitable comprometiendo al pueblo a avanzar juntos. Pues bien, ¿avanzar a dónde, acaso aquí estamos mal? Imaginemos que en 50 años no hubiera más energía, que todo fuera un apagón masivo mundial, sin electricidad, ¿somos capaces de sobrevivir? ¿Estamos realmente preparados para hacerlo? Pues la respuesta es un rotundo no. Siempre decimos “La naturaleza es sabia”, o peor aún “¿Qué podría hacer yo?” desde algún puesto de trabajo medio. Entonces somos conscientes y seguimos por la vida hasta que nos jubilemos tratando de generar algún tipo de conciencia. El punto es que hasta ahora, y es a mi entender, la conciencia pasa a ser un continuismo y seguimos fomentando como línea de supervivencia el modelo anterior. ¿Qué dijo Donald Trump sobre el medio ambiente? “El calentamiento global es un total engaño, y uno muy caro”. ¿Y Kim Jong?... bueno sin palabras... En uno de sus discursos el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo: “Estamos perdiendo la batalla contra el cambio climático. No nos estamos moviendo lo suficientemente rápido todos tenemos que actuar”, también es de conocimiento público de las pruebas con misiles o bombas sobre el mar. Noruega es uno de los pocos países que se destaca por su apuesta a preservar y a fomentar el modelo de vida amigable con el medio ambiente, aunque paradójicamente es uno de los mayores productores de petróleo y gas llegando a cifras espeluznantes en su doble discurso de hasta unos 2 millones de barriles diarios. Aquí el Presidente de los uruguayos y las uruguayas (está claro que a mí y a muchos no nos representa, será que nacimos en Marte o en la Luna, pero es algo real) dice: “Tenemos que ser conscientes de que vivimos en un sistema cerrado y de que dependemos de lo que tenemos en este sistema cerrado que es el mundo. Tenemos que convivir con él y de él obtener lo que precisamos para vivir: el agua, el oxígeno y los alimentos”. ¿A qué costo, y por qué si está la voluntad como se dice, no abrir ese sistema y romper con la barrera? Somos primeros en muchas cosas en el mundo, pero para esto la garra de la que tanto se aclama no tiene ningún valor. Dijo Mujica en su videocolumna para el portal alemán DW, que cuestiona que el único motor de la economía sea el mercado, y que los gobiernos no tomen medidas “implacables” contra el calentamiento global por favorecer los intereses de las grandes empresas. “¿Hasta cuándo será así? Gran interrogante del que depende la estabilidad futura de la vida humana arriba de la tierra”, y por ello en 2012 según las políticas de su administración luego de una marcha multitudinaria con acto incluido se resuelve que a los obreros de la construcción hay que aumentarles el sueldo por lo que un trabajador de ganar entre $12.000 y $14.000 pasará a ganar casi el doble, y esto es sólo en la categoría peón practico pues las otras categorías tienen similar porcentaje. Yo estuve en esa marcha, fui peón práctico para la Empresa Stiller y puedo asegurar que de los obreros que allí estaban, muchos fueron convencidos de esa estadística y apoyaron fervientemente al sindicato. Pero una gran parte de los mismos sólo quería zafar de la obra y caminar junto a la marcha entre vinos y algunas otras yerbas a punto de que varios quedaron tendidos en algún árbol o en las cuadras de los alrededores con una borrachera tremenda. Entonces por un lado se dice una cosa y por otro lado se hace otra. Significativamente bajó el porcentaje de trabajadores en los años siguientes y no sólo eso, se le aumenta el sueldo a trabajadores que de alguna manera son partícipes directos en el crecimiento del progreso muchas veces favoreciendo a multinacionales que vienen a contaminarlo todo y hasta hoy no se les da un mísero aumento a los y las trabajadoras de la salud y de la educación. Entonces aquellos que pudieran ser la fuente fundamental para la evolución y preservación del medio ambiente, tanto en la educación fomentando una participación activa desde la enseñanza como a los representantes o fuerza de choque de las tantas patologías provocadas por un sistema que no hace otra cosa que machacar que apuesta a una vida saludable aunque no exista un soporte digno para aquellos que la llevan adelante por medio de la asistencia y también de la educación. ¿Cuál es el juego? Tenemos una de las mayores reservas de agua pero dejamos que una multinacional se la lleve o que otra la contamine, tenemos modelos de energía cada vez más limpia, pero la factura sale carísima para los usuarios comunes, tenemos papelera y los niños deben comprarse sus propios cuadernos y útiles para estudiar -cuando creo que estoy casi seguro que todos recordaremos los cuadernitos con la cara de José Pedro Varela que las escuelas le daban a los alumnos-, pregonamos que la leche es esencial para el crecimiento pero el tambo se está viniendo abajo, tenemos una educación terciaria donde se termina una carrera y salimos corriendo en busca de otros horizontes. En fin, para muchos que han leído mi columna quizás aquí encontraron algunos párrafos similares a publicaciones anteriores, pero vale la pena insistir en algunas cuestiones pues todo está conectado y como dije al principio, no estamos preparados para lo que pueda pasar gracias a la irresponsabilidad de los representantes en diferentes gobiernos como también por parte de las poblaciones que compran sus paquetes de ofertas. Los animales e insectos son los verdaderos dueños del planeta, ellos no saben de la avaricia, el odio, las transacciones de miles de dólares ni de la guerra por la conquista de los recursos. Ellos son los recursos y cada vez más se están dando cuenta y están colmando otras tierras, cambian según el planeta se los pide, porque ellos son los cuidadores de lo que nosotros no sabemos hacer. Porque aunque queramos acapararlo todo y hagamos como que no sabemos del tema, somos en el fondo los que de alguna manera usamos y no reponemos; en cambio ellos tienen la habilidad de reproducirse más rápido y aunque no queramos nos están ganando la batalla.


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