África De la ficción a la realidad: se hizo la paz entre Etiopía y Eritrea
- La Juventud Diario
- 11 jul 2018
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A partir de hoy es oficial: la guerra entre Etiopía y Eritrea terminó, por más que la reconciliación tras décadas de un desgastante distanciamiento funcionara como historia en películas de ciencia ficción, no para documentales.
Por Richard Ruíz Julién Addis Abeba, 9 jul (PL) El presidente eritreo, Isaias Afwerki, y el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, firmaron un documento al efecto, que incluyó el restablecimiento de los vínculos diplomáticos, así como varios acuerdos en materia económica. ‘Esta es quizás una de las noticias más importantes de esta parte de África en los últimos años’, consideró Solomon Dersso, investigador principal del Instituto de Estudios de Seguridad y profesor adjunto de Derecho de la Universidad de Addis Abeba. La Declaración conjunta de paz y amistad pone fin a un enfrentamiento que alcanzó su punto máximo en una guerra entre 1998 y 2000, la cual cobró la vida de 80 mil personas. En 2002, una comisión independiente solicitó a Etiopía la devolución de territorios ocupados a lo largo de la frontera, pero este país se negó a hacerlo. Siguió sí un estado de tensión constante, con ocasionales escaramuzas a lo largo de las zonas limítrofes, acompañado incluso por el financiamiento de grupos terroristas con miras a derrocar el gobierno del otro. Se cortaron las relaciones y se separó a dos poblaciones que histórica, cultural e incluso económicamente comparten mucho más que aquello que las divide. El comentarista Muneer Romat resumió el sentimiento prevaleciente en ambas naciones: ‘Estoy realmente feliz. No solo feliz. Es una sensación que ni siquiera puedo describir’. La paz comenzó a ser una posibilidad hace unos tres meses, cuando Ahmed, exoficial de inteligencia de 41 años, asumió el cargo de primer ministro. Desde el inicio de su gestión introdujo reformas radicales y acordó entregar a Asmara la ciudad colindante de Badme y otros perímetros hasta ahora controlados por Addis Abeba. Esto hizo posible el pacto recién firmado, que contempla específicamente la reanudación de las conexiones aéreas y telefónicas, el acceso a los puertos y la reapertura de las embajadas. Geresu Tufa, analista político, puntualizó que el convenio no solo ayudará a poner fin al conflicto en la región. ‘También es de ayuda para el desarrollo económico. Creo que tendrá muchas cosas buenas’. Si bien el acceso a los enclaves marítimos y la libre circulación serán un gran impulso desde el punto de vista económico, ello por sí solo no explica las razones detrás de lo que muchos ven como un desarrollo histórico. ‘Creo que esto se puede ver mejor en términos de la audaz imaginación que mostró Ahmed al extender una rama de olivo y también al mostrar un compromiso con sus declaraciones de política para hacer las paces’, manifestó Dersso. También Romat está de acuerdo en que se debe mucho a la personalidad del gobernante: ‘Me intrigó su visión, su plan y su ritmo. Es muy rápido, va directo y al grano. Lo encontré transparente, honesto, claro y abierto’. La reconciliación entre los vecinos ciertamente no beneficiará solo a la economía, en opinión de los expertos. Eritrea usó durante mucho tiempo el diferendo como una excusa para políticas cuestionables a nivel internacional. Esas directrices incluyen un programa de servicio militar nacional para todos los hombres sin excepción, que la Organización de las Naciones Unidas comparó con variantes de la esclavitud. ‘Ahora que esta supuesta amenaza ya no existe, la política interna podría dar un giro inestimable, con beneficios directos en la ciudadanía’, aunque aún no está claro si las consecuencias se sentirán en el corto plazo, refirió Romat. Ahmed cuenta de momento con el pleno apoyo de la comunidad mundial y la mayor parte de los etíopes, porque las buenas relaciones podrían ayudar a estabilizar la región, a consideración de los especialistas. ‘Creo que debido a esos problemas, el cuerno africano estuvo perturbando durante los últimos 20 años. Es decir, los problemas en Somalia y en Sudán del Sur están relacionados de alguna manera con las relaciones hostiles entre los dos países. Y las repercusiones positivas se verán, pronto o tarde, pero se verán’, concluyó Tufa. jf/rrj
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