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De naufragios y luchas que vienen de lejos: a propósito de dos artículos de Esteban Valenti

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 15 jun 2018
  • 17 Min. de lectura

Dos artículos del empresario publicista, exasesor de Tabaré Vázquez y exsecretario de Propaganda del Partido Comunista de Uruguay Esteban Valenti (el primero publicado en su web Uypress y el segundo en Bitácora) merecen ser comentados y confrontados, por lo que compartimos sus palabras y las reflexiones que generan.

Mis naufragios compartidos

Esteban Valenti

Los enemigos, los insaciables, los que defienden siempre y sin dudas sus posesiones y sus armas siguen allí. ¿Seguirán siempre? Eso ya no depende de nosotros.

Ha pasado tanto tiempo, se han sobrepuesto banalidades sobre banalidades que me acostumbré. Casi no recuerdo todo lo que he perdido en mi vida. No me refiero a cosas personales, sino a una luz, un sueño, una idea que durante tantos años alumbró mi vida. Literalmente

No había soledad, miedo, lejanía o peligro que me abatiera como ahora me sumergen las pequeñas cosas. Tenía bien alto mi bandera, la perdí en un enorme naufragio donde millones de hombres y mujeres quedamos a la intemperie y desarbolados. Para los que no compartieron esas ideas, les resultará difícil comprenderlo, posiblemente será imposible. Incluso muchos de los que participamos de aquella aventura, ya nada los conmueve como aquello.

He tratado de sacudirme la nostalgia, de olvidar mis pertenencias perdidas por el camino. Cada tanto me atropellan aquellos recuerdos, aquellas canciones, aquellas banderas, aquellos puños y muchos, muchos rostros y me sumerjo en una tristeza infinita. Y vuelo a mi vida diaria, a mis costumbres, a mis afectos y sin embargo, me falta algo irremplazable.

No eran solo ni principalmente política, era una identidad, una historia compartida, eran héroes y heroínas lejanas y próximas, que ahora se han sumergido en la muchedumbre o directamente en la trivialidad de un relato gris e irreconocible.

Han triunfado y he naufragado. Ya no siento aquel fuego, aquella fraternidad sin límites, la proximidad de muchas identidades de tierras lejanas. Para que gastar nombres que hoy casi no dicen nada.

No voy a recurrir a nombres y colores que todos conocen, aunque muchos los ocultemos, los tengamos guardados en el fondo de nuestra mochila, con cierta vergüenza, creyendo que lo nuestro fue una ingenuidad, un error imperdonable. Y miró este mundo y me destrozo.

¿Qué ha quedado, hacia dónde vamos? Todos ensayaran respuestas banales, precocidas, insípidas, al menos para los míos. Porque todavía quedan de los míos desparramados por el mundo. Agazapados, encubiertos, silenciosos, murmurando, pero todavía quedan rescoldos. No explotarán nunca más, no levantaran sus voces altivas y diversas. Buscamos simplemente sobrevivir.

Los enemigos, los insaciables, los que defienden siempre y sin dudas sus posesiones y sus armas siguen allí. ¿Seguirán siempre? Eso ya no depende de nosotros.

No lo puedo confesar, pero a veces, alguna imagen desteñida, un trozo de película, de una canción, una frase bruñida, me sigue conmoviendo. Y me hace sufrir como siempre, más que nunca, porque sé que de aquí en adelante siempre estarán ausentes. Me faltarán. Los muchos años pasados y los mejores recuerdos o los más dolorosos y terribles no tienen remedio.

Posiblemente sea por esa razón que me produzca tanto asco ver como se rematan al mejor postor los restos de esa herencia inmaterial y enorme, de desprendimiento, de sacrificio, de heroísmo y ahora se coticen en el mercado de falsas solidaridades y de los mullidos sillones.

No puedo confesarme hasta el fondo, porque puedo deslizarme por una pendiente de nostalgia irreparable y abandonar esa sólida y tranquilizante sensación de mis pies apoyados sobre esta tierra, sobre este barro pegajoso.

No los puedo convocar a nada, no tengo la autoridad, ni la fuerza y posiblemente ni siquiera las ganas, solo puedo compartir mis naufragios y mi tristeza.

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Desde estas filas respondemos al empresario excomunista:

La charca de Valenti

“Marchamos en grupo compacto, asidos con fuerza de las manos, por un camino abrupto e intrincado. Estamos rodeados de enemigos por todas partes, y tenemos que marchar casi siempre bajo su fuego. Nos hemos unido en virtud de una decisión adoptada con toda libertad, precisamente para luchar contra los enemigos y no caer, dando un traspiés, en la contigua charca, cuyos moradores nos reprochan desde el primer momento el habernos separado en un grupo independiente y elegido el camino de la lucha y no el de la conciliación. Y de pronto, algunos de los nuestros empiezan a gritar: "¡vamos a esa charca!" Y cuando se les pone en vergüenza, replican: ¡ah, sí, señores, ustedes son libres no sólo de invitarnos, sino de ir adonde mejor les plazca, incluso a la charca; hasta creemos que su sitio de verdad se encuentra precisamente en ella, y estamos dispuestos ayudarles en lo que podamos para que se trasladen ustedes allí! Pero, en ese caso, suelten nuestras manos, no se agarren a nosotros, ni envilezcan la gran palabra libertad, porque también nosotros somos "libres" para ir adonde queramos, libres para luchar no sólo contra la charca, sino incluso contra los que se desvían hacia ella! "

V.I.Lenin

Compañeros: muchos de ustedes no sabrán de Esteban Valenti, mucho más de sus apariciones en televisión como polemista, analista, politólogo, y empresario exitoso de la publicidad. Sin embargo el pasado de Valenti es más contundente que su presente empresarial. Valenti fue el llamado “Delfín” de Arismendi dentro del Partido Comunista. Nuestros compañeros de aquella época del 26M provenientes del sector estudiantil, lo conocen bien. Valenti, integró en la década de finales de los sesenta y principio de los setenta la flor y nata de la juventud comunista. Velenti durante el exilio cobró mucho peso en las relaciones con los soviéticos, y en Italia aprendió bastante del PCI. De allí pasó a Angola, donde se tejieron muchas historias sobre su desempeño económico. Cierto o falso, vaya a saber, después de las confesiones de Amodio, en el pasado político de aquellos líderes, muchas certezas están en duda. Lo cierto es que Valenti, a medida que los viejos líderes del PC uruguayo envejecían entre el exilio soviético y las cárceles de la dictadura, cobró mayor fuerza y destaque en la interna comunista. Su mayor prestigio lo adquirió durante la campaña electoral, en la cual el Partido Comunista se convirtió en la fuerza mayoritaria del Frente Amplio, conformando una fuerte bancada parlamentaria, con ocho diputados y tres o cuatro senadores. En aquella oportunidad utilizó para su propaganda una pintura del artista Miró, con la cual al número de lista 1001 lo adornó con los colores de la pintura del famoso pintor catalán. Y a la vez en televisión, con la ayuda del actor “Corto” Buscaglia, inventó la famosa “Paradoja”, donde expresaba en un corto espacio, las contradicciones del régimen burgués. Más allá de estos aciertos, el pueblo en aquella oportunidad le devolvía con creces a partir del voto, el heroísmo de los militantes del partido comunista que habían pasado por la cárcel y la tortura.

El artículo actual de Valenti es un verdadero documento, como aquel de los 24 también de su autoría por el cual el viejo Frente Amplio revolucionario se transformó en el edulcorado del presente. Esencia de Valenti y representante de los quebrados, los derrotados, los miles y miles de aquellos que al parecer o no tenían muy firmes sus ideas y sus principios, o los habían entendido equivocadamente.

Por estar en las antípodas del pensamiento de Esteban Valenti, creemos que hace falta que a sus expresiones le adjuntemos algunos comentarios nuestros. Para guía, si nos permiten tal atrevimiento, o más bien ha de ser un ataque de soberbia, de las nuevas generaciones, que estas palabras del señor no nos representan a todos ni mucho menos. Pero “ni un chiquitito así” como decía el Che.

Creemos que ha transcurrido el mismo tiempo del que habla Valenti, o quizás incluso algunos días más que poco importan, porque lo importante en todo caso, es que estamos hablando del mismo e idéntico tiempo. Tampoco nos hemos acostumbrado a banalidad alguna, con las que convivimos humanamente, así como podemos afirmar que carecemos de la mínima pérdida de sueños y mucho menos de aquellos luminosos. Es más son ellos precisamente los que continúan alumbrándonos cada día más.

Entonces pudiera ser que aquellas ideas que siguen teniendo vigencia, y pese a todo siguen conmoviendo más que antes, para Esteban no estuvieran tan seguras, ni tan firmes. Será quizás, porque nunca estuvimos solos como él, ni aun estando solos, en la lejana celda de un Penal, tercamente sin miedos para poder sostener la única bandera de la revolución. No reconocimos naufragio alguno, ni siquiera intemperie, ni en aquella situación incluso podríamos comprender, ni nos dio por pensar en el abatimiento del llamado “Delfín de Arismendi”.

Nosotros compartíamos aquellas ideas y seguimos compartiendo las mismas aventuras. ¡Cómo no comprender al joven aventurero y al maduro y sincero publicista de hoy! Si hay miles de ejemplos cercanos que conocimos desde los primeros días de aquella derrota transitoria, que al igual que el muchacho de las juventudes ya nada los conmovió. Autocríticas, desilusiones, desengaños, decepciones, “amores de estudiantes flores de un día son”.

Imposible compadre, olvidar o guardar bien guardada la nostalgia. Si todo aquello que se añora tan valioso, hoy como recuerdos, banderas, canciones, puños y sobre todo rostros, siguen siendo realidad y está bien que se sigan considerando pertenencia, costumbres y afectos irremplazables. Eso habla bien de Valenti, porque los mismos lo seguirán atropellando hasta el último día de su vida, sin darle paz y conservando esa tristeza infinita de las que ahora habla.

Aquella identidad, sí que era política, discrepamos con Esteban, la única manera de compartir la misma historia, el liceo, la fábrica, la calle, el Comité, la pintada por las noches, el mismo vino, el mismo cigarrillo, y todo aquello del principio, las banderas, los puños, las canciones, y aquellos rostros de héroes y heroínas. A pesar de encontrarlos irreconocibles hoy día y para siempre en la muchedumbre del silencio, en la gran avenida un día al año, o de las busecas solidarias y compartidas, y los auto homenajes.

Sin embargo valoremos su aporte que nadie se los podrá quitar. Es recomendable mantenerlos hasta allí, hasta aquella aventura, con aquellas banderas y los mismos sueños. Hoy recordemos los otros puños y los otros rostros, que ya ni la trivialidad ni las banalidades, ni naufragio alguno, podrán arrojarles a ese relato gris al que se refiere Valenti. Y sigamos mirando las caras nuevas, las nuevas banderas, estas otras aventuras, hay miles de jóvenes que hacen nuevas canciones, salen a las calles, y son las nuevas heroínas, no por cuotas y los nuevos héroes sin carnet.

Nosotros no hemos sido derrotados, y no consideramos triunfadores a los enemigos, allí está Medio Oriente, está nuestra América Latina, y el Uruguay querido

A nosotros esos nombres y colores que dice el preclaro hombre de la publicidad, los tenemos a flor de piel, bien presentes, nos acompañan desde tempranas horas de la mañana al levantarnos, hasta que nos dormimos tarde la noche donde también nos acompañan en los sueños nuevos, sueños de militantes que aún somos. Sin vergüenza alguna, salvo la demora en que veremos cumplidos sus sueños, pero sin remordimientos de alguna clase o vergüenzas o errores imperdonables de alguno tipo, por eso podemos ver el mundo de hoy igual que ayer enteros ante la vida y sus circunstancias.

El timón de nuestro barco en un mar embravecido, sigue firme y las nuevas respuestas, nos llevan de la resistencia de ayer,a las iniciativas de hoy, nos renuevan los bríos y dan nuevas fuerzas, porque hay nuevos rostros, y son más los jóvenes que relevan en las tareas a quienes se fueron y los que aún quedamos de aquella época.

Discrepamos con Esteban cerca de cómo ve a los enemigos, tan insaciables y tan fuertes que hasta piensa que seguirán siempre, y mucho menos cuando afirma que eso ya no depende de nosotros. Ni son tan fuertes, ni seguirán siempre allí, y por supuesto, claro que solo depende de nosotros, sino de quién ha de ser esa responsabilidad. Y no está lejos el día que se cumpla esta realidad que no es un simple deseo.

¡Cuántas diferencias Esteban! Precisamente ni aquellas canciones, ni aquellas películas, aquellos poemas ni nos conmueven hoy, ni nos hacen sufrir lo más mínimo, no por su ausencia sino por el derrotero de la vida, de lo que nos demostró el proceso de la historia propia y mundial. Deberías pensar cuantos de aquellos creadores se arrepintieron de lo que escribieron, de lo que cantaron, de lo que dijeron un día. Por qué conmoverse, porque sentirse doloridos y nostalgiosos entonces. Ya no hay “ni venas que se abran” ante esta realidad”, ni Chuecos que digan “no a la baja”, para qué serviría hoy “desalambrar”, “Ven cañero a tu fusil, apronta la puntería, que las 30 mil hectáreas no expropiamos todavía”. ¿Nostalgia de aquello Esteban? Mejor olvido, antes que recuerdos de amores abandonados por sus creadores, compañeros.

Ah…duele compadre por supuesto, le da asco los sillones y adonde fue a parar el heroísmo de ayer, tanto sacrificio y desprendimiento de los puros. Pero pregúntese usted cuanto hizo para evitarlo, para frenar estas falsas solidaridades de hoy que tuvieron un comienzo. Usted por ejemplo, ¿no se habrá “comido” la huelga general del 73, los comunicados 4 y 7, el Pacto del Club Naval, el voto a ACF, la perestroika, “El grupo de los 24”, y una lista interminable en las que tu fuiste entusiasta participe?.

Entendemos al señor Valenti a pesar de no conocer el fondo de sus confesiones, porque las declaradas expuestas son más que suficientes para su comprensión. Seguramente la sensación de barro pegajoso, sobre el que se siente es de la de aquella charca mencionada por Lenin.

No hace falta a nuestro entender pretender que a partir de ese punto tan comprometido, Esteban Valenti, pueda convocar a algo importante o útil para la lucha, siquiera a algo parecido ni desde las ganas, cuanto menos desde autoridad alguna, que ya sería mucho pedir.

Es evidente que desde la tristeza de un naufragio como el de Valenti y tantos otros, solo les quede rezar.

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Segundo artículo:

¿La teoría y la práctica de la dictadura del proletariado como actúa en el mundo y en nuestro país?

El marxismo leninismo grave enfermedad del socialismo*

Por Esteban Valenti

El libro que más daño le hizo al socialismo, como teoría y cómo práctica de la emancipación de los trabajadores y de las sociedades en su conjunto fue el Estado y la Revolución, de Vladimir Ilich Ulianov (Lenin).

Esto no es arqueología teórica, es profundamente actual, tiene que ver con el voluntarismo para cambiar la historia y con los errores que tumbaron al socialismo real y efectivamente cambiaron la historia.

Escrito en realidad como una especie de folleto, en medio de la profunda crisis rusa entre la caída del zar en febrero y la revolución de octubre, impreso en agosto de 1917 se transformó, más allá de las intenciones de su autor, en el libro de cabecera de todo el movimiento comunista internacional durante décadas. Discrepar con partes o con todo El Estado y la Revolución era un imperdonable pecado de revisionismo y merecía la más profunda condena por desviarse de las ideas revolucionarias y de la pureza del marxismo leninismo. Una creación con la que no tienen nada que ver Marx y dudo bastante que fuera el objetivo de Lenin.

Es la lectura forzada y parcial de las ideas de Carlos Marx, transformadas por las circunstancias y por sus cultores me conté entre ellos en la guía más importante para la acción política. Es sobre ese libro que se construyó una específica y concreta teoría del estado y como consecuencia directa sobre la Dictadura del Proletariado.

En concepto teórico original de la Dictadura del Proletariado sufrió a partir de ese libro una transformación profunda y despiadada, que cambio su esencia.

Unas docenas de jefes del Partido, de inagotable energía y de un idealismo ilimitado, dirigen y gobiernan. Entre ellos, la dirección se halla en realidad en manos de una minoría de hombres de cerebro eminente, que de vez en cuando convocan a una elite de la clase obrera para reunirse y aplaudir los discursos de los jefes y votar por unanimidad las resoluciones que se les presenta. Es, pues, en el fondo, un gobierno de camarilla, una dictadura, es cierto, mas no la dictadura del proletariado…Esto no lo escribió ningún contrarrevolucionario, sino Rosa de Luxemburgo.

El estilo de la polémica de Lenin que acusa a diestra y siniestra a todos los que pueden pensar diferente de filisteos pequeñoburgueses y oportunistas contribuyó a crear una cultura de la exclusión de los matices y del debate. El que cruzaba la delgada línea de la pureza comenzaba la travesía del desierto, con Lenin en el plano político, con Stalin era el inicio de la travesía hacia Siberia.

(*)Fragmento

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Respuesta al segundo artículo de Valenti

A los jóvenes, queridos compañeros de lucha

Ustedes tienen muchas preguntas para hacernos. Y de nuestra parte muchas veces lamentablemente escazas respuestas para darles. Los enemigos de la organización, nos atacan de un lado y del otro. Lo hicieron siempre y en cualquier circunstancia y lugar en que nos encontráramos. En los hermosos días luminosos de la lucha clandestina y nuestra pequeña guerra. Después dentro de los Penales, cuando debimos inventar las maneras de sobrevivir, estudiando por las noches con la tenue luz de las torretas de la guardia externa, conspirando en las entrañas mismas del enemigo. O ya en el exilio, rico, exuberante de riqueza, sin detenernos a ver museos, obras de arte y universidades famosas. Por último en un regreso de “desexiliados”, dejando girones en aquella vieja Europa. Con mucha más razón lo hacen ahora, estando a pie firme, cuando la organización comienza a destacarse entre las masas, y la figura de Eduardo Rubio crece sin parar. Y muchos de nuestros detractores comienzan a percibir, que "el Flaco" no está solo pues en ese tránsito, pues hay toda una nueva camada de jóvenes que se destacan como seguros relevos de los viejos militantes del 26 de Marzo.

El imperialismo norteamericano tiene muchas formas de penetración ideológica en América Latina. El objetivo de esta penetración consiste en ganarse a las capas medias y en primer lugar a muchos intelectuales, los líderes de los partidos políticos pequeñoburgueses, los profesionales, los dirigentes de las organizaciones estudiantiles y hasta de los principales dirigentes sindicales.

Nuestros jóvenes deben saber que la historiografía burguesa contemporánea continua esforzándose por todos los medios en poner en duda la autoridad del jefe de la Rebelión de Octubre y creador del ex Estado Soviético, V.I.Lenin. Desacreditar a Lenin, como así mismo a otros destacados dirigentes del movimiento obrero internacional, sin detenerse ante la más baja calumnia, es tarea que se ha propuesto la propaganda imperialista. Al mismo tiempo ésta se esmera en poner sobre un pedestal a renegados de diverso tipo, a tergiversadores del marxismo, haciéndolos pasar por los “verdaderos seguidores de Carlos Marx”. En una maniobra que la burguesía realiza con el fin de asestar un golpe al movimiento revolucionario, digámoslo así, por la retaguardia, con el fin de engañar a las masas y desviarlas de la lucha revolucionaria.

Hace falta precisamente en conexión con esto, la necesidad de analizar el elevado interés que la propaganda imperialista y burguesa presta a Trotsky durante los últimos años. Se han derrochado toneladas de papel en la reedición de sus “obras”. Comenzando en 1962, cuando la editorial norteamericana “Random House” publicó los “Principales Trabajos de Trotski”. En adelante estos fueron publicados también en Alemania Occidental, Italia, Grecia, Francia, Dinamarca y otros países capitalistas. Los anticomunistas escriben sin descanso grandes y pequeños “tratados” sobre Trotski. Entre ellos se destaca la biografía en tres tomos de Trotski escrita por Isaac Deutscher, un antiguo trotskista que posteriormente llegó a ser un importante “sovietólogo”. La “biografía”, que apreció primero en Ingles, fue impresa más tarde en alemán y tuvo un gran eco en la prensa reaccionaria. Con gran entusiasmo habló de ella en Inglaterra el periódico burgués “Times”, al que siguieron la revista reaccionaria norteamericana “Time”, el diario de Alemania Occidental “Deutsche Zeitung” y muchos otros órganos de carácter similar.

Surge la pregunta: ¿por qué los ideólogos imperialistas propagan tan ampliamente la herencia de quienes según ellos mismos se encuentra “al otro lado de la barricada”? ¿Por qué no pueden negarse a la lectura de sus obras?, como lo expresaba la editorial burguesa Doubleday Incorp.Book al hacerle propaganda a la edición norteamericana del libro de Trotsky “La Revolución Rusa”.

No se necesita rebuscar mucho para encontrar la respuesta. En las obras de Trotsky los ideólogos del imperialismo encuentran lo que buscan, el veneno anticomunista con el que pueden emponzoñar el espíritu de las gentes poco entendidas en política e historia. Tras la máscara del dragón rojo que se puso el trotskismo, ellos entrevieron hace tiempo su fondo oportunista y renegado, su esencia contrarrevolucionaria. Los ideólogos burgueses comprendieron que el trotskismo sólo aparentemente está contra el capitalismo, que su verdadera punta está dirigida contra la ideología y la política de clase obrera y de su partido marxista leninista.

Si tratáramos de actualizar el anticomunismo actual, ya sin la ex Unión Soviética, quizás sería bueno retroceder a los planteos de partido de emigrados de blancos rusos de Miliukov. Su diario “Posliednie novosti” que se editaba en Paris, caracterizaba sin rodeos la oposición trotskista como el más terrible enemigo del ex Poder Soviético, “que se acerca a éste arrastrándose inadvertido, lo rodea con sus tentáculos y lo liquida antes de alcanzarse a dar cuenta de que está liquidado”. Finalmente las esperanza de la burguesía se realizaron, y a pesar del tiempo transcurrido, el trotskismo se sigue utilizando como principal arma de los dirigentes imperialistas contra las organizaciones revolucionarias marxista leninistas.

En el proceso uruguayo, habría mucho para investigar acerca de la participación del trotskismo criollo. Pero solamente pondremos algunos ejemplos actuales, que nos ayuden a identificar la labor destructiva en el plano ideológico dentro de los partidos de izquierda y el frente de masas.

Los cadáveres políticos de aquellos que hoy confiesan el abandono de la lucha, y lo hacen con claridad o encubiertamente, pueden ser identificados claramente si se tienen en cuenta algunas de las características y rasgos principales de su “quebradura ideológica” expuesta.

Un “ex izquierdista” seguramente hablará de la “falta de certezas actuales”, para él todo ahora está en duda. Seguramente han de comenzar viendo cual es la actitud en ese sentido, por los “ex” que se hayan encumbrados en las grandes publicaciones de multimedia de empresas privadas. Politólogos, economistas, analistas, intelectuales, artistas, escritores, profesores, guardan silencio ahora respecto de la lucha de clases, en beneficio de los intereses de los nuevos patrones, se trate del Estado o de particulares. Los reconocerán seguramente si tienen la oportunidad de identificarlos personalmente, por su flexibilidad excesiva de su espina dorsal.

Es cierto no todos, pero tampoco en soledad, ministerios, cargos de confianza, redacciones, radios, canales de televisión están poblados de ex comunistas, ex tupas, ex trotskistas, ex anarquistas, ex socialistas, ex independientes en general, hoy arrepentidos o de otra manera “convertidos”. Estos “renegados” de hoy ganan grandes espacios en los grandes medios de prensa, después de repetir para satisfacción de sus nuevos “patrones”, que ya no son lo que fueron, que ya no piensan como cuando eran jóvenes, “limpiándose” ante los ojos de los burgueses de sus pecados de juventud.

El “ex”, temprano o tarde ha de escribir y repetir en conferencias públicas en ADM, que sería ser un extra terrestre a los 18 años no ser radical, y otro tanto sería continuar siéndolo a los 40 años. Es simpático usar la expresión “entradora”, que se es incendiario a los veinte y bombero a los 40, todo joven es revolucionario hasta llegar a la madures de la vida adulta y sentar cabeza, suelen explicar durante sus conferencias.

Hemos visto a tantos de estos “ex”, decir que, “el socialismo fracasó”, “que la izquierda los ha decepcionado”, “que los políticos son todos iguales”, “que no hay diferencia entre izquierda y derecha”. De esta manera es fácil pasar del escepticismo al cinismo, para declarar que es mejor votar a una derecha autentica, que a una derecha disfrazada.

Otros dicen muy sueltos de cuerpo que Stalin fue igual que Hitler, que los dos eran totalitarios. Y afirman que Stalin solamente aplicó las ideas de Lenin, y que los orígenes del totalitarismo comenzaron con la obra de Carlos Marx. Afirmar que Weber tenía más capacidad explicativa que Marx. Que el marxismo es reducido, que solamente tiene en cuenta la economía, y que esto es la base del totalitarismo de la ex Unión Soviética. Que el marxismo no deja lugar para las pequeñas subjetividades de la vida cotidiana, a las “banalidades”, porque el marxismo-leninismo lo reduce todo al capital-trabajo, a los poseedores-desposeídos, a proletarios -capitalistas. El marxismo-leninismo parece no haber tenido en cuenta las contradicciones de género, el machismo-feminismo, el medio ambiente o las diferencias raciales y de etnias.

Ahora hablan de Fidel, de Chávez, o Maduro como “dictadores”. No se habla de Fidel o Raúl, sino “los Castro”. Utilizando palabras como “populistas”, fanáticos “nacionalistas”, cuando no tildándolos de “fundamentalistas”. Aquí en el continente, para esta nueva camada de ex Bolivia, Venezuela, son países inestables, en crisis, “problemáticos” e inestables. ¿Pero, no existen acaso o no son tenidos en cuenta, México, Perú, Colombia, Paraguay? Allí por lo visto está todo bien. Cuando hablan de Latinoamérica, se olvidan de Cuba, o mejor dicho aclaran con la excepción de Cuba. Sin hablar jamás del bloqueo norteamericano. Y cada paso que Cuba da es calificado de un paso más hacia la “transición” democrática, de las que existen en el continente.

Ninguna alianza latinoamericana sirve para algo según ellos. No existimos en el mundo, no hay unidad interna. Hay que mirar bien alto nos dicen, hay que relacionarse con las grandes potencias y celebrar muchos TLC, en lugar de convivir entre nosotros los países de la región, hay que mirar para Estados Unidos, China, Europa, Asia.

Hay que aceptar que nuestro principal problema es la educación, que empleos sobran, pero hace falta capacitarse en la Universidad. Que hay que eliminar la repetición, y la “ceibalita” es la solución más democrática, para lo cual hace falta tener un poco de paciencia para ver los resultados. Posibilidades hay muchas, como en UPM por ejemplo, solo hace falta aprendizaje para generar mano de obra calificada.

No es lo único ni todo por supuesto, falta el final donde siempre ha de descalificar al Estado, como el mal principal de todos los males. Por ineficaz, obsoleto, burocrático, corrupto, corrupto. Y como contrapartida reivindicar, admirar y destacar lo brillante de la “economía privada”, al “mercado salvador”, por su dinamismo, su capacidad de innovación tecnológica. Defensa a ultranza de las privatizaciones, en todas las ramas del estado, la telefonía móvil, “cuánto demoraba antes conseguir un borne”. Y ver la maravilla de hoy, donde cualquier persona usa un celular.

Hermanos nuestros: hay tantos motivos para quien tenga decidido dejar de luchar, de ser de izquierda, solo alcanzaría con pensar que “la caridad empieza por casa”, o repetir aquello de que “mientras el hijo dispare, la madre tendrá hijo”. Tanto el mercado como la sociedad burguesa saben premiar generosamente a quienes reniegan de los principios que ayer defendían. No nos olvidamos que entre los muchos que se han pasado, lamentablemente unos pocos fueron de los nuestros. No estamos en una pompa de cristal, somos parte de este pueblo.

Pero a ustedes que son muy jóvenes, les decimos cuando los vemos a estos muchachos desencantados con la izquierda a quienes creímos conocer un día, que sin duda hoy están sufriendo su traición.

Por eso a ustedes les decimos que es mucho más fácil y honroso para cualquier luchador social seguir siendo de izquierda, marxista-leninista. No hay ni existe pretexto alguno para no convencerse de ello. Si falta el empleo, los sueldos no alcanzan, falta salud, estudio, comida. Y hay gente en la calle, familias enteras durmiendo en refugios. Crecen los tugurios, la drogadicción, la droga vendida en farmacias, la prostitución, la corrupción y el lujo mayor obsceno y oscuro. Bastan las razones sobre lo que es este mundo y del mundo posible que ha de ser, cuando el mismo sea de los trabajadores.

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