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Columna Un programa para tiempos turbulentos

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 15 jun 2018
  • 3 Min. de lectura

Por Gonzalo Abella *

El programa de la UP-AP comienza con la propuesta de ruptura de los lazos de dependencia del Estado. Propone enfrentar la sangría de la Deuda Externa (punto1); rechaza el sometimiento financiero ante las instituciones multilaterales (punto 2); demanda la Estatización de la Banca (punto 3); y se propone estatizar un Comercio Exterior que opere en función de un plan nacional (punto 4). Sólo después se ocupa del problema de la tierra, porque sólo en el contexto propuesto en los 4 puntos anteriores puede implementarse una Reforma Agraria en libertad, al servicio de la soberanía alimentaria, el cuidado del Medio Ambiente y la calidad de vida de la población. Por eso en el punto 5, donde se empieza a tratar el tema de la tierra y la Reforma Agraria, se establecen algunos vínculos necesarios. La tenencia y el uso de la tierra deben estar relacionados con la preservación ambiental, la producción sustentable, la industrialización con base nacional y la colectivización de los emprendimientos allí donde haya condiciones objetivas y subjetivas para ello. El límite de la extensión permitida para una explotación de la tierra en régimen de propiedad privada deberá oscilar en función de las variables de la renta diferencial, especialmente del índice CONEAT. La entrega de tierras deberá ser hecha con criterios de equidad y en régimen de usufructo no enajenable y con la obligación de producir en forma sustentable. En la fase de tránsito a una Reforma Agraria definitiva, los subsidios necesarios al pequeño productor y a los emprendimientos colectivos deberán ser obtenidos gravando a los más ricos y a la usura de las empresas financieras. El Programa asocia claramente el proyecto agrario de país con la Educación Pública, el aumento de sus recursos y la reformulación de sus Fines y Objetivos. No puede haber cambios en el Modelo Productivo para ponerlo al servicio del pueblo, si no se enfrenta el siniestro proyecto de manipulación juvenil que se pretende estructurar tras la apariencia inocente del Plan Ceibal. No puede haber cambios positivos si empresas como UPM meten su cuchara y organizan la Educación Técnica y Profesional. No se puede admitir el vaciamiento sistemático de contenidos de una Educación sin recursos y pensada para el adiestramiento, la bancarización compulsiva y la resignación a salarios miserables. No puede haber recuperación de la cultura productiva y del orgullo productivo sin sustituir los planes asistencialistas por planes de inserción laboral y social, hacia una vida digna, con oferta estable de trabajo. Nada se puede hacer si no se recupera la esperanza. La complejidad y la magnitud del inmenso desafío planteado exigen poner a funcionar colectivamente nuestras fuerzas y sumar a ellas, en la diversidad, a todas las fuerzas sanas de nuestro pueblo. La deuda pública y los contratos entreguistas que nos asfixian, así como las cadenas de un Mercado mundial de productos materiales tan controlado como Internet, a lo que se suman las patentes tecnológicas y sobre organismos vivos; todo está pensado para frenar un cambio de rumbo. Necesitamos coraje y sabiduría para conducir el barco por mares tormentosos. Por eso, el Programa debe ser profundizado y actualizado, para después identificar en qué terreno es posible avanzar en cada coyuntura específica. Pero actualización y profundización requieren elaboración participativa y resoluciones democráticas. Los técnicos y los expertos son asesores imprescindibles, pero es nuestra gente la que los oye, incorpora su propia experiencia práctica, debate, y finalmente decide. Por eso, en nuestro reciente Octavo Encuentro Nacional (28 de abril) se recibieron y debatieron propuestas programáticas que ahora serán difundidas para su examen masivo y que finalmente serán incorporadas, o no, al Programa, en el 9º Encuentro Nacional de UP-AP que tendrá lugar el próximo Noviembre. Mientras tanto, nuestro paso no se detiene. El debate de la próxima Rendición de Cuentas lo demostrará, como lo muestra hoy la lucha masiva por el Plan Nacional de Vivienda Popular.

* Maestro, escritor, dirigente político, candidato a la Presidencia de la República por Unidad Popular, para las elecciones nacionales de 2019


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