Editorial: La vivienda no es un ícono de otros tiempos Es una necesidad del presente
- La Juventud Diario
- 11 jun 2018
- 3 Min. de lectura
No es una novedad que en estos días el mundo está conmovido y que pasan cosas para muchos inesperadas, tanto en la política internacional como también en nuestro país. Uno de los grandes debes que tiene nuestro país es en la política de vivienda, lo que expresa muy claramente cuál es nuestro estado actual de desarrollo económico y en forma especial, en lo que tiene que ver con las políticas sociales. Los últimos gobierno nacionales han hablado mucho de las políticas de asistencia, de las que todavía estamos lejos de abandonar, a pesar que el gobierno del Frente Amplio ha sostenido durante todos estos años que “estamos mejor” y que el país se encamina por una senda de “crecimiento”. Sin embargo, los índices de personas que viven en las calles han ido en aumento a pesar de estas estadísticas, que surgen una y otra vez de los ministerios correspondientes. Ello muestra dos problemas crónicos de la sociedad uruguaya que se han desarrollado al influjo de las políticas oligárquicas y de corte financiero que han sido instrumentadas a partir del predominio del capital financiero en nuestro país sobre una economía básicamente asentada sobre el campo y que su fase de industrialización emprendida desde los inicios del siglo pasado, ha retrocedido en forma cada vez más notoria. Las grandes válvulas de escape que han sido la emigración constante, y el endeudamiento, han permitido que la estructura económica dominante no tenga variaciones importantes, al tiempo que la inversión pública decaiga, pues el gran descubrimiento de los neoliberales ha sido que es necesario achicar el estado, manteniendo los grandes privilegios, al tiempo que se llama a la inversión extranjera para salvar al país, emprendiendo una nueva etapa de endeudamiento externo que no conoce límites. Ello ha provocado que el presupuesto se achique, y que los grandes temas que ocupan el día a día no tengan importancia para los nuevos administradores de la política del estado, que ha llevado la deuda a niveles siderales, a que se dispare el déficit fiscal, y que la vivienda y la salud sea una presa fácil para los emprendedores privados que sacan su tajada financiera, sin resolver los problemas de fondo del país. La vivienda no es un ícono de otros tiempos, es una necesidad del presente, que se ha postergado notoriamente en los últimos tiempos por una razón muy evidente, y es que la orientación del capital ha sido hacia la construcción suntuaria y para los sectores acomodados cuando se orienta el crédito. El proyecto presentado por la Unidad Popular y particularmente por el diputado Eduardo Rubio, parte de una necesidad diferente y es estrictamente social, reside en que el estado construya viviendas dignas para una franja social donde no es posible el ahorro, pero si se asegura la forma de pago por el 10% del ingreso familiar, lo que ha constituido un estímulo económico alcanzable para el núcleo familiar, cosa que no ha sido contemplado hasta hoy por otros proyectos, que han tenido su curso hasta hoy pero no han contribuido a resolver el acuciante tema de la vivienda para la población que la necesita. Por otra parte el dinero está, hay que buscarlo, sobre todo cuando da seguridad para la vida social y trabajo a miles de uruguayos que lo buscan para llevar su sustento a sus familias.
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