Opinión: Eduy 21 viene a destruir el Estatuto del Funcionario Docente
- La Juventud Diario
- 17 may 2018
- 7 Min. de lectura

Tercerizaciones, Precarización, Privatización. El Plan de las derechas reunidas para destruir la educación pública está en marcha.
Escribe Prof.Andrés Freire
El miércoles 16 de mayo el equipo tecno burocrático que ha tenido la gran virtud de unificar a toda la derecha (es decir que cuenta con el apoyo de los Partidos Blanco, Colorado, Independiente, De la Gente, y quienes cortan el bacalao dentro del Frente Amplio) presentó su “Libro Abierto” (abierto para todos menos para los trabajadores de la educación agremiados en una u otra organización y para las Asambleas Técnicas Docentes), donde ha puesto en papel una vez más las ideas centrales de su planteo reformista, presentando como una reforma educativa lo que en realidad es más bien una reforma laboral de las condiciones de trabajo docente, símil a las que han sucedido últimamente en todo el continente. Seamos claros, muchas de las cosas que se están planteado no son novedad alguna, profesores cargo ya están existiendo con las horas de permanencia y también ya hay trabajo en duplas y tríos pedagógicos, si se hubieran tomado la molestia de bajar de la torre de marfil y llegar al barro en el que trabajamos los docentes verían y conocerían múltiples experiencias realizadas por las diferentes comunidades educativas. Otras propuestas pueden ser discutibles, en lo personal no estamos en contra de la elección de horas por más de un año siempre y cuando se establezcan salvaguardias frente a cambios de situaciones de vida y el sistema se encuentre estabilizado con una cantidad de grupos, planes y programas. Pero el punto donde no hay acuerdo posible es precisamente el central en este plan: La destrucción del Estatuto del Funcionario Docente y los cambios propuestos en la formación docente. En primer lugar se elimina la categoría de interinos, estableciendo que solo habrá docentes efectivos o suplentes, ya que habrá una política de concursos periódicos, esto es un fin loable, pero no se precisa ningún cambio estructural para realizarlo, bastaría con que las autoridades de la educación cumplieran con la promesa de llevar adelante concursos periódicos. De hecho tampoco se requiere ningún cambio organizativo para fijar un “salario docente por hora o por tiempo completo… equivalente o superior a la mediana de los ingresos por hora del promedio de los profesionales”. Hoy en día alrededor de un 30% de acuerdo los datos oficiales, esto sólo requiere voluntad política que no la hay ni la habrá, es simplemente la zanahoria para conseguir apoyo entre los educadores. Zanahoria destinada a captar gente que opte por el nuevo estatuto, textualmente se afirma: “Todos los docentes que opten por el cambio de estatuto docente”, es decir que al igual que en otros procesos reformistas similares de última generación en nuestro continente se prevé dar la opción a los docentes de elegir seguir con las reglas de juego actuales, o pasar a unas nuevas renunciando a muchos derechos laborales y funcionales actuales a cambio de ganar una suma entre 30 ó 40 por ciento más; de esta forma se busca quebrar la resistencia de los colectivos docentes, al ser una decisión individual que algunos irán tomando, y de esta forma también se evitaría confrontar con los profesores de más grado, peso y prestigio académico que no se verán afectados por esta reforma debido a que comenzará en determinadas zonas donde normalmente trabajan docentes más jóvenes, esto en cuanto a la cuestión estrictamente de estatuto. Quienes trabajen en algunos centros específicos también tendrían una compensación extra, será en los centros de contexto prioritario, los mismos donde se pretende iniciar la reforma, es otra de las formas de captar adhesiones: “En el caso de los docentes que revisten cargos radicados en centros definidos como de alta vulnerabilidad dicho salario de multiplica por una razón de hasta 0.25 para todos los grados en todas las cargas horarias iguales o superiores a las 20 horas y por hasta 0.15 en las horas asignaturas de los docentes no radicados. El presupuesto disponible para realizar tales ofertas a los docentes se encuentra bajo el control del director/a del centro educativo (y el contralor de la unidad de presupuesto de los consejos correspondientes), el que debe formalizar la oferta para los docentes que se presentan al cargo”. Ahora bien, veamos los cambios propuestos en la elección de horas: “Todos los docentes que opten por el cambio de estatuto docente pueden presentarse u ofertar sus tiempos en cualquiera de los centros considerados en la nueva modalidad. La selección de los mismos dependerá de una entrevista a cargo del director del centro y de su equipo de dirección. Una vez realizada la entrevista, el director puede cursar oferta de contrato a los docentes que hayan quedado seleccionados”. Esto quiere decir que los docentes que acepten el cambio en las reglas de juego serán contratados a dedo por las direcciones de las instituciones. ¿Y qué pasa con el resto? Con el resto de hecho se elimina el actual orden que emana del estatuto del Funcionario Docente: “Los docentes que no opten por el cambio de estatuto podrán elegir el centro educativo y las horas de su preferencia de acuerdo a un nuevo sistema de ordenamiento donde la efectividad y la antigüedad dan paso a la evaluación y la asiduidad de asistencia. En cualquier caso, cuando los docentes opten, la harán por un mínimo de tres años, prorrogable en acuerdo con el equipo de dirección”. Aquí vemos otro cambio fundamental, gravísimo; se concreta finalmente la iniciativa planteada por Filgueira en su hoja de ruta para el cambio educativo, se elimina la distinción entre docentes efectivos e interinos. Las horas o cargos se ofrecerán no por el escalafón y los listados, sino por un nuevo ordenamiento donde no se respetarán ni las efectividades, ni los grados, sino solamente evaluación y asiduidad. En cuanto a los pases de grado y consiguiente aumento salarial se establece: “La progresión en el grado docente, inicialmente establecida cada cuatro años, no se producirá por antigüedad. Esta será tan solo una variable más para habilitar los cambios de grado. Cada docente en cada grado parte de un total de cero puntos su primer día de trabajo en su nuevo grado debiendo alcanzar los cien puntos para el paso de grado. Cada año de antigüedad proporciona 5 puntos. En un período de 4 años eso completa 20 de los 100 requeridos. Los restantes se obtienen mediante asiduidad de asistencia, desarrollo profesional docente que incluye formación en servicio con foco en los centros educativos, evaluación del director e inspectores y evaluación de pares. Se podrá también con cuatro años de antigüedad —aun sin el puntaje requerido—solicitar el paso de grado, que se otorgará a un cupo determinado por concurso de mérito y oposición”. “El año laboral del docente es similar al de los trabajadores generales, con 20 días de licencia con goce de sueldo más los feriados no laborables. Se suman días de licencia por año de antigüedad y por permanencia en centros de alta vulnerabilidad”. Este punto también es muy importante, ya que los docentes pasaremos a trabajar en los feriados laborables y se establece un régimen común similar al de los demás trabajadores, pero sin salario vacacional como tienen estos. En cuanto a la Formación Docente el estado renuncia al cuasi monopolio que tiene admitiendo en el ejercicio de la docencia a egresados universitarios que no tienen formación docente, despreciando un sistema único de práctica docente que ha sido orgullo, ahora se admitirán “graduados, por ejemplo, en ciencias básicas, tecnológicas, agrarias, de la salud, sociales, humanas y artísticas. Los licenciados en esas disciplinas, interesados y vocacionales de la enseñanza deberían ser admitidos, sujetos a una evaluación diagnóstico y al cumplimiento de: a) un programa de complementación en teoría y en práctica pedagógicas, de un año a tres semestres de duración o b) de un curso de maestría en áreas pedagógico-didácticas”. También habrán otros organismos públicos y privados que emitirán títulos docentes, en igualdad de condiciones con los que dan los CERP, INET, ISEF, IPA e Institutos Normales: “con perfiles de egreso sustentados en competencias docentes, ofertadas por universidades e institutos públicos (entre ellos, también una eventual futura Universidad de Educación)12 y privados, cuyos diplomas deberían ser en condiciones de igualdad, títulos habilitantes para el ejercicio docente”. Hemos reseñado aquí algunas de las propuestas nefastas sostenidas por este colectivo, son las propuestas de la reacción que vienen a imponer lo han proclamado abiertamente, imponer si se quiere a cuchillo, la tercerización, la precarización, la privatización de las condiciones de trabajo docente y la formación docente. Este proceso ya empezó hace tiempo con la ley de PPP, la imposición del marco curricular común, la designación directa de los docentes de taller, los cambios proyectados en el reglamento de interinos y los cambios en el sistema de certificación médica. No nos hacemos ilusiones, Eduy 21 ha acumulado un enorme poder político, sus propuestas no son un mero ajuste, son un cambio estructural en un sentido regresivo y reaccionario y vienen trabajando desde hace tiempo, parte de su equipo son los mismos que junto a Germán Rama impusieron el funesto plan 96, la estrategia es similar; la diferencia quizás es que en 1996 el Frente Amplio era oposición y la decidida lucha de los estudiantes, padres y docentes lo obligó a pronunciarse en contra de la misma, a pesar que importantes cuadros políticos de la misma estaban participando. Hoy el escenario es otro. Exhortamos a todos los trabajadores de la educación a no votar a ningún grupo o sector político que apoye estos planes, necesitamos diríamos desesperadamente legisladores que en el Parlamento alcen su voz a favor de nuestros derechos laborales en particular y de la educación pública en general, porque esta reforma además se plantea hacer por vía legislativa en el nuevo Parlamento que nazca como resultado de las elecciones del 2020. Precisamos senadores y diputados comprometidos con los trabajadores de la educación. Si una oportunidad tenemos para frenar por lo menos las aristas más negativas de este plan, es enfrentarlo unitariamente desde todas las organizaciones sindicales, gremiales, profesionales y académicas opuestas, articulando todas las expresiones de lucha junto con el accionar político, y el Parlamento será también una vez más una trinchera de lucha. Somos hijos de aquel que nos encomendó ser tan ilustrados como valientes, y también que nos enseñó que todos los tiranos tiemblan y enmudecen ante el paso majestuoso de los hombres libres, y como tales sabremos cumplir, porque el Protector de Los Pueblos Libres estará con nosotros una vez más, y siempre después de un 16 de mayo funesto hay un 18 de mayo victorioso. Somos Izquierda, Somos Patria.
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