No se aceptan críticas

El gobierno frenteamplista está mostrando un grado de intransigencia que raya con la censura. Desde hace 13 años lleva adelante una política que no ha dado los resultados prometidos, que hunde al país día a día en una crisis económica que se expresa en lo social sino también en lo político. Lasdenuncias de mal manejo de las finanza públicas, la corrupción mostrada a través de las investigadoras con derivaciones en la justicia, han hecho que la crítica de la ciudadanía o de entidades sociales, instituciones y demás aparezcan a diario. Lamentablemente lejos de hacer pensar a los integrantes del gobierno la reacción es el enojo, la soberbia y el descrédito. Ha pasado en los Consejos de Ministros llamados “abiertos”, donde el Presidente de la República ha llegado a descalificar a personas que han planteado situaciones personales que las afligen, con los autoconvocados, con algunos sindicatos, con la oposición Política, en el Parlamento o a través de los medios. Hoy la reacción fue a un documento del Episcopado de la Iglesia Católica donde se analiza la situación nacional. En esta oportunidad fue Juan Andrés Roballo, prosecretario de la Presidencia de la República quien por medio de una carta divulgada en la edición central de Subrayado, del pasado jueves, quien critica el documento de la Conferencia Episcopal por advertir sobre la fragmentación de la sociedad uruguaya, tan desubicado que señala que el documento tiene putnos de contacto con el sector “Todos” del Partido Nacional y con el movimiento de productores autoconvocados “Un Solo Uruguay”. Señala que el título del documento tiene términos que usó hace unos días el senador Lacalle Pou. La Iglesia respondió a través de sus autoridades expresando con claridad que existe una fragmentación social que los asentamientos se han duplicado y en el otro extremo aparecen barrios privados donde las parejas eligen micro climas de seguridad para criar a sus hijos. Milgon Trócoli negó que exista una operación contra el gobierno y que se dejen manipular, al tiempo que el obispo de Canelones , se rió de la acusación de una confabulación que no existe. Triste lo del gobierno, y una absoluta falta de grandeza para aceptar crítica y reconocer errores.