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Desmenuzando las nuevas denuncias en el Hospital Rivera: Camas escondidas, insumos vencidos, designa

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 18 abr 2018
  • 8 Min. de lectura

El Hospital de Rivera sigue arrojando nuevos elementos en la Investigadora de ASSE, que involucran directamente a la gestión del Dr. Toriani al frente del Hospital. Este lunes la Lic. en Enfermería Inés Támara testimonió y respaldó con documentación importantes denuncias sobre cómo se ocultaban camas de CTI, insumos médicos vencidos, prepotencia e impunidad de los jerarcas y encargados, persecución a quienes denuncian con procedimientos irregulares en los sumarios, y contrataciones a dedo y sin concurso.

Camas de CTI escondidas

Luego de 18 años trabajando en la salud privada, Inés Támara consiguió presupuestación en ASSE y se volcó por entero a trabajar en el Hospital de Rivera. En 2010 bajo la gestión del Dr. Segura, predecesor de Toriani en la Dirección del Hospital, se vinculó al CTI que creó Segura sin fondos especiales, lo que trajo importantes ahorros para ASSE al dejar de contratarle a privados. El ingreso de pacientes al CTI se da por 2 vías; por la Coordinadora de CTI de ASSE, o por disposición de los médicos del Hospital cuando valoraban que correspondía el ingreso. Según consta en las versiones taquigráficas de la Comisión a las que accedió La Juventud, la Lic. Támara denunció en persona al Dr. Toriani cómo se le ocultaban a ASSE las camas de CTI, lo que tiene documentado como recibido con la firma del ex Director. Según Támara, de este modo se mejoraban los números de la gestión de Toriani, al tiempo que incurría en mayores gastos en contrataciones para ASSE a nivel nacional, e incluso se pudo perjudicar la atención a usuarios de otros departamentos, en tiempos en que por ejemplo murieron pacientes en Montevideo por falta de camas de CTI disponibles.

Támara explicó la operativa a los legisladores de la Comisión. “Teníamos un cuaderno donde se registraban los ingresos y salidas de los usuarios. La coordinadora de ASSE llama cada 6 horas y habla con la licenciada directamente y pregunta las camas existentes. Entonces, como licenciadas, tenemos que decir los usuarios que están en esa cama y las camas disponibles que hay. Nosotros llegábamos a la guardia y nos encontrábamos con que en la guardia… Arriba del teléfono, teníamos estipulado en una hoja escrita por la licenciada encargada, donde teníamos que pasar esto a la coordinadora”. Támara seguró que “muchas veces nos girábamos y las camas no estaban con estos usuarios; estaban vacías, pero en el cuaderno de registro” decía que no estaban disponibles. El argumento para falsearle la información al organismo, era de reservar esas camas para pacientes de Rivera, porque si se declaraban disponibles enviarían pacientes de otros departamentos, y si un usuario local precisara ser internado, debería trasladarse quizá a otro departamento. De esta forma, el Hospital de Rivera redujo el gasto y la contratación de camas de CTI a privados, pero no por buena gestión, sino trasladando el problema a otros hospitales, que sí cumplían con la normativa de ASSE. “No gastaban; no habían gastos con mutualistas en Rivera, pero sí en otros puntos de ASSE. Es decir, si Artigas necesitaba cama, tenía que pagar una mutualista, pero Rivera no”… “se ahorraban varias decenas de millones de pesos que iban a parar a privados, a quien antes los contrataban esas prestaciones, para lucir la gestión del CTI. Y así venían más. El CTI bajó los gastos de la contratación en privados, en Rivera. O sea, la dirección del doctor Toriani”; pero “Al esconder camas de ASSE, él perjudicaba a ASSE, porque le escondía las camas a ASSE, pero a la vez, su dirección, el CTI de Rivera, no contrataba privados porque siempre había camas vacías, para sus pacientes. Entonces, lucía lo que ahorraba”, sostuvo Támara. “Obviamente que nadie nos obligaba”… “Ellos nos decían que era porque querían camas libres para usuarios de Rivera”… “Ellos no querían que hicieran esos traslados porque decían que era feo que un usuario de Rivera tuviera que irse a Tacuarembó porque no había camas en Rivera. Eso era lo que nos decían a nosotros”, manifestó la trabajadora. Esta situación es más grave aún, porque “en ese período de 2011, hubo muertes en el CTI de Montevideo por falta de camas”. Támara hizo “una denuncia al doctor Toriani para que viera cómo se estaban manejando las camas en el CTI y que frente a las muertes que había en Montevideo se estaban escondiendo camas a ASSE”, de lo que “está la denuncia que hice, firmada por el doctor Toriani, que la recibió”. Además, la enfermera mostró “los nombres de los usuarios que decían estar y no estaban” y fotos que lo respaldan. “El libro de actas era verdadero, tenía la fecha de ingreso y egreso, pero lo que se pasaba a la coordinadora no”. Según manifestó Inés Támara, ante la denuncia Toriani “me dijo que me iba a costar caro”, y agregó que la justificación que me dieron fue que las camas estaban siendo reservadas para pacientes que se iban a operar por el doctor Araújo y que también estaban para arreglos algunas. Resulta que los arreglos a la coordinadora nunca le mentimos porque cuando estaban para arreglo le decíamos”.

Sin concurso, por cargo de confianza

A la Lic. Támara le costó caro. Un sumario (luego vino otro) que le trajo consecuencias a su salud, y tuvo la mala fortuna de caer en manos justamente del Dr. Toriani en su prestador de salud privado. Pero primero, observó una designación de cargo de confianza pasando por encima de un concurso que ella ganó. “Vino el resultado de un concurso en 2011 que me había presentado. Toriani asumió en 2012. Yo le presenté esa denuncia en 2012, y el resultado vino a los pocos días de esa denuncia, vino el resultado del CTI del concurso de licenciada, donde yo vine en primer lugar, salgo en primer lugar del concurso”. Sin embargo Rita Da Rosa, que “vino en segundo lugar… se creó un cargo de confianza y la licenciada Rita Da Rosa pasó a ser encargada jefa del CTI”. Según dijo Támara, esto ocurrió tras una reunión entre “Mario Zabolewicz el encargado, la licenciada que estaba en ese momento encargada y el doctor Toriani”, quien aclaró que “eso me lo dijeron porque yo no lo vi”. Pero de hecho, quien hoy está como nurse encargada, “salió el cargo de confianza”. Támara agregó que “debido a que el llamado no era para encargadas, él usó eso, y yo no pude reclamar”.

Sin concurso, por la puerta del fondo

En cuanto a los ingresos y egresos en CTI, la enfermera señaló que “nosotros concursábamos, pero pude constatar que en 2013 ingresaron 5 auxiliares de enfermería por la puerta del fondo, sin concurso nosotros concursamos, y pasaron a plantilla de suplentes”. Támara averiguó que “los 5 eran de Comeri”, la mutualista privada de Rivera, y “estuvieron 3 meses sin cobrar sueldo”. Agregó que “ellos se quejaban y les dije: ‘Eso les pasa por entrar por la puerta del fondo’. Después, hubo supuestamente llamados y pasaron a presupuesto”. Hoy, uno de ellos “renunció por problemas particulares”.

Sin concurso y entre familia

Durante las denuncias esgrimidas por Támara, se involucra al administrador del Hospital, Cuña, durante la gestión Toriani. Actualmente, la administradora es María Da Silva. “Ella vino de la RAP”, manifestó la Lic. en Enfermería, que agregó durante su comparecencia que “en lugar de ella ahora quedó el esposo”, es decir como administrador en la RAP, y “sin concurso” denunció en 2 oportunidades.

Insumos médicos vencidos

Actualmente, Inés Támara ejerce un cargo en el economato del Hospital de Rivera. Allí también encontró graves irregularidades. Una de ellas vinculada a los insumos médicos vencidos, que 2 semanas atrás lo informó al actual director, Lorenzo Cobas. “Constaté insumos vencidos desde 2013, 2014, 2015, 2016, puestos en góndolas con los insumos que están al día o sea que se trabaja con material vencido, así como compras en grandes cantidades de materiales, que están amontonados y echándose a perder”.

Támara informó a la jefa que en el programa informático infostock, “vi que había facturas cargadas dobles de un insumo”. Aunque “inmediatamente, recibí como devolución de ese informe que era yo la que no sabía manejar el programa”, la valiente trabajadora tiene pruebas del antes y el después de su denuncia, cómo “a continuación se arreglaban las facturas”. En economato encontró que los materiales estaban todos amontonados, en pésimas condiciones, al tiempo que se encuentra materia de ratones en medio de los insumos. “Ese material sube al block en esas condiciones”. Según consta en las versiones taquigráficas, la trabajadora cree que esto se atenderá a la brevedad. También señala una práctica poco usual, “la encargada espera llegar a stock cero para solicitarlo; lo que lleva a que tengan que pedir a tercerizados, Comeri, el préstamo o compra del material. Estoy hablando de insumos básicos como sondas vesicales o guantes”. Agregó que “Eso se dio en 2012, 2013, 2014… muchas veces firmadas por el doctor Araújo y la encargada del block”, por lo que cuando se encontró con la documentación “le hice saber al doctor Lorenzo Cobas la gestión de la encargada”.

La nueva dirección

Inés Támara reconoce mejores manejos en la nueva Dirección del Hospital. “Por lo que sé, hay 9 investigaciones en curso, 10 con esta última que presenté y se está abriendo. Esa Dirección está haciendo lo correcto. Pude ver que la gente está con miedo por las investigaciones, aunque el que no debe no teme. He visto buena gestión de esa nueva Dirección”. Consultada de si tras la salida de Toriani, y su gestión defendida por Susana Muñiz por la gran atención que brindaba en Rivera a pesar de las irregularidades, había caído la calidad de atención a los usuarios, Támara respondió que “No. La atención continúa igual. No he visto cambios. Al contrario; siempre están escuchado y tratan de solucionar todo. Ellos abren las puertas a todo el mundo y escuchan”.

Persecución al que denuncia (1)

Consultada por el vínculo entre Toriani y los trabajadores, Támara señaló que “lo que pude constatar fue que el vínculo con las personas que se quejaban de su gestión, eran perseguidas y muchos casos terminaron en sumarios”. Como cualquiera sospecharía, Támara es una de ellas. Tras sus denuncias, primero se la trasladó como nurse en las policlínicas. “Ahí hicieron desaparecer un pendrive, que supuestamente era la llave de un programa de ergometría, que era un servicio tercerizado. Supuestamente, su valor era de US$ 15.000. Ese pendrive desapareció, y como yo estaba a cargo, me sumariaron”. Támara, junto con su abogado, logró ganar el sumario. “En primer lugar, el encargado del pendrive era el doctor Leonardo Cuña, porque era quien llevaba el registro en un cuaderno de entrada y salida, y lo pude demostrar en el sumario. Tampoco había protocolo donde se dijera que yo era la encargada; nunca supe y nunca me informaron”. “Inmediatamente, cuando hice esa defensa, se cerró el sumario y acá puedo demostrar que salí ilesa”. Sin embargo allí se archivó, no se determinó al verdadero responsable. Leonardo Cuña, el administrador, no tuvo consecuencia alguna por este hecho. “Al finalizar el sumario, se suspendió, yo no era culpable, y quedó en eso”. Lo de Cuña “no se investigó. Quedó que era yo. Al presentar esa denuncia, se cerró la investigación”.

Persecución al que denuncia (2)

“Yo también sufrí en la APS. Cuando pasé para las policlínicas, estaba rotulada como conflictiva. En la dirección de la doctora Guevara, me hicieron otro sumario, mucho más grave. Los dos fueron con intento de que perdiera el empleo, con causa administrativa grave. Me pusieron cinco temas a responder. Lo más grave fue que usaron a ciento cincuenta usuarios para que firmaran que yo los maltrataba. Mi abogado me hizo ir casa por casa, presentarme en todo el barrio y preguntar si realmente yo los había maltratado. Me pasé un mes golpeando puertas en las casas. Me gané al barrio. Vi la necesidad de la gente. Me sirvió como ser humano. Ahí surgió que mucha gente había firmado engañada. Les habían dicho que era para cambios de horario y reforma de la policlínica, y firmaron en blanco”. Incluso, en la investigación “Llamaron a veinte a declarar como testigos de ellos y se presentaron cinco. Cuatro dijeron que si sabían que era yo no firmaban y una era amiga… Hay un manejo de entrega de números para la gente”. “Presenté todo esto y ASSE lo archivó. Ahora, con nuestro abogado estamos apelando para que el expediente se abra y se vea el manejo de usuarios, con firmas en blanco, para perjudicar a una persona. Esto también va a ir a un juzgado en lo penal. Los hicieron firmar en blanco, mintiéndoles a los usuarios. En los dos sumarios dejaron muy establecido que ASSE era el primer prestador de salud y tiene que primar el derecho de los usuarios. Se basaron en insumos, en el pendrive. No vieron la denuncia que había hecho de CTI, relativa a la muerte de usuarios. Utilizaron a los usuarios para perjudicar a las personas”.


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