Columna El laberinto
- La Juventud Diario
- 18 abr 2018
- 2 Min. de lectura

Por Gonzalo Abella Integrante del Coordinador Nacional de UP
Entre nuestro pueblo trabajador y su única expresión política, que es la UP-AP, aparece un laberinto transparente, construido con paredes de cristal blindado. No lo vemos, pero está. Se interpone a la esperanza del cambio verdadero y necesario. El voto obligatorio empuja a la gente a entrar en el laberinto. Con mayoritaria irritación, o con minoritario entusiasmo, la gente camina por él tanteando los espacios, y choca con paredes que no ve. Finalmente, aturdida por mensajes confusos, encuentra un camino de salida y, con el voto en la mano, emerge hacia la urna en la fecha preestablecida. Sólo muchos meses después descubre que la salida era falsa, que la llevó al mismo punto de partida del que quería alejarse. Ofrecemos una guía práctica para evitar las salidas falsas y sus carteles engañosos. Falsa Salida del cambio interno del FA. Por ella se cae en brazos de personas acomodadas en cargos, que prometen una rectificación de rumbo ya imposible, y sólo buscan arrastrar votos descontentos para los oportunistas de siempre. Falsa Salida del voto anulado. Se sale a un barranco vacío y se oyen los ecos de la carcajada de los que siguen gobernando. Falsa Salida de partidos “ecologistas”, “independientes” y pulgarcitos varios. Se emerge del laberinto en un universo fragmentado e inoperante, donde de forma “independiente” no se cambia nada y se separan los problemas reales de la única solución posible, que es la liberación nacional. Falsa salida de la Derecha Antigua. Tiene tres puertas contiguas que dicen PN, PC y P de la Gente Rica. Si a pesar de nuestra advertencia se hace esta opción, hay que tener cuidado de no desviarse un poquito, porque es difícil distinguir estas salidas de las que dicen PERI y PI. La mitología griega dice que Teseo logró entrar al laberinto, matar al Minotauro opresor y salir con vida porque Ariadna, enamorada, le dio un hilo con el que el héroe recorrió sus trampas sin equivocarse. El hilo salía de un ovillo inagotable y su despliegue por los pasillos recorridos, ayudaba a recordar de dónde se venía e impedía equivocarse y volver atrás. El hilo de Ariadna es la memoria del pueblo. Desde el ovillo de dolor y luchas acumuladas, el hilo se despliega, nos orienta, a condición de que no lo soltemos. La Unidad Popular nos espera en la única salida verdadera. Se distingue por su aroma de amanecer definitivo. Ese amanecer rojo sobre el verde de la tierra recuperada es la bandera que escolta la salida. No estamos en ella definitivamente mientras seamos pocos; necesitamos la multitud que nos abrace, nos controle y nos guíe. Muchos vendrán con los moretones y cicatrices por haber tropezado tanto, por haberse estrellado, confiados, contra los muros, en su búsqueda del amanecer definitivo. Son tan imprescindibles como aquellos que encontraron de inmediato la salida verdadera, quizás por circunstancias especiales que los guiaron hacia allí. Y cuando empezamos a ser más, a ser muchos más, debemos aferrar aún más fuerte el hilo que nos trajo hasta aquí. Es la única garantía para no transformarnos en otra salida falsa.
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