San José Otra perla del modelo extractivista: pid

Por: Darío Camilo Perdomo Departamental 26M San José

Se renueva la preocupación de los productores josefinos por nuevos pedidos de prospección minera en el departamento. Juan Pedro Hernández, columnista agropecuario de Primera Hora, destaca esta noticia en la que se da cuenta que la empresa Triselco S.A. solicitó a la Dinamige un permiso de prospección y servidumbre minera para la búsqueda de yacimientos de oro y plata en San José. En concreto, este pedimento minero abarca 8 padrones con una superficie total de 773 hectáreas que están ubicadas en la 3a sección catastral, alrededor del km 120 de la ruta 3 en Chamizo. Si bien en el departamento hay tradición minera ya que operaron en algún tiempo empresas dedicadas a este rubro, sobre todo en la zona cercana a Mal Abrigo, esta noticia dispara nuevamente la preocupación de los productores por esta nueva posibilidad de instalaciones de explotaciones mineras en San José. En algún punto ante el avance de la minería a cielo abierto y del avance de la forestación a escala nacional, a nivel de la Junta Departamental se ha intentado preservar el suelo para estas actividades legislando al respecto ciertas limitaciones. En un panorama que en general se presentaba tranquilo tras la baja del precio internacional de los metales y la desactivación del proyecto “Aratirí” que había generado un rechazo muy grande en la opinión pública, este permiso de prospección que es el primer paso del proceso para establecer una explotación minera, activa la preocupación de los productores que luego de que les llega la notificación judicial tienen un plazo de diez días hábiles e improrrogables para presentar los títulos de propiedad y establecer las acciones judiciales de reparo ante esta acción. De obtenerse,cada permiso tiene una validez que va de 12 meses con un máximo de 24 meses que podrá ser prorrogado por 12 meses más. Hace unos años atrás, en el departamento de San José llegaron a estar afectadas por pedimentos mineros para búsqueda de oro y plata unas 60.000 hectáreas ubicadas principalmente en la 4a sección, zona de Mal Abrigo. Por aquella época recorrimos la zona con algunos compañeros y al llegar a un pequeño establecimiento que estaba entrando en el Km. 120 de la ruta 23, nos encontramos con una señora y su hijo adolescente que nos contó su situación. Ella había quedado viuda hacía poco tiempo, estaban dedicados a la elaboración de queso artesanal, con gran esfuerzo habían revestido de azulejos la sala donde se procesaba la producción y estaban intentando salir adelante en el momento que les cae como una espada de Damocles el pedimento para minería y reflexiona diciéndonos que realmente en ese momento se daba cuenta de que era dueña sólo de 40 cm. del suelo y que del resto la disposición en definitiva dependía de las autoridades de turno que determinan quien o quienes lo explotarán. De fondo queda planteada la orientación para establecer un país productivo y solidario con justicia social, que apueste a la soberanía nacional, a la soberanía alimentaria, a la generación de alimentos sanos y de calidad para toda la población para lo cual está más que apto, que afinque a la gente en el medio rural, que defienda los recursos naturales, que reafirme el trabajo y la producción nacional hoy fuertemente comprometidos por un proceso de extranjerización de la tierra y del aparato productivo sin precedentes, o un modelo como el actual, extractivista, depredador, que apuesta a la inversión extranjera directa a la cual asegura infraestructura y ganancias de antemano, primarizando la economía, donde 12.000 pequeños productores han abandonado la actividad en los últimos años víctimas del avance del modelo forestal y sojero transgénico, donde aumenta el número de exportaciones de ganado en pie, un modelo de país de “servicios”, donde sigue creciendo aceleradamente el desempleo y la deuda externa.