Editorial: Otro montaje imperial de agresión a Siria

Mientras en nuestro país, la política de privatizaciones y de crecimiento del endeudamiento externo se generaliza e influye en todas las áreas de nuestra economía y la política nacional, en la vida internacional nuevas agresiones se montan contra los pueblos respondiendo a la locura de la política imperial que mantiene todo tipo de maquinaciones y pretextos, ahora para bombardear a Siria. Los imperios llevan en la historia del último siglo una constante invención de pretextos, para invadir diferentes países o zonas estratégicas del mundo para la obtención de recursos naturales, y la obtención de lugares preferenciales para el comercio mundial y bases militares. Estados Unidos y sus aliados han mostrado en estos últimos tiempos que han buscado por todos los medios la destrucción de países enteros si sus gobierno no están bajo su influencia o compartiendo sus exigencias políticas. El camino que nuevamente intentan las principales potencias occidentales contra Siria, es el manual que han aplicado contra casi todos los países de la región, que han sido centro de la economía mundial al convertirse en abastecedores de petróleo y gas para occidente. Aunque con la nueva política de la llegada de Trump y gobiernos de derecha en Inglaterra y Francia ello ha tenido un nuevo giro de la agresión militar que se precipita a partir de los grupos terroristas en Siria armados por las potencias occidentales y los aliados en la región como Arabia Saudita e Israel. El conflicto aleja la paz, y al mismo tiempo precipita un conflicto bélico donde no han podido derrotar al gobierno Sirio, pero busca en forma artera su debilitamiento sobre todo ocasionando nuevas pérdidas a su infraestructura económica. Los países que han bombardeado Siria son los que paradojalmente poseen los mayores recursos en sus arsenales en armas de todo tipo, incluidas las químicas. La nueva campaña no solo intenta subsanar la derrota que han tenido las potencias occidentales sino que además este nuevo bombardeo no hace más que echar más material inflamable en la política internacional donde lejos de encontrar soluciones al conflicto los países de la OTAN, generan más disconformidad y enemigos por el mundo pues provocan con lo insaciable de su industria bélica necesidades constantes para ampliar la actividad de sus industrias hoy en graves problemas por las nuevas guerras económicas que desatan contra China y Rusia. La única solución promovida por Estados Unidos y sus Aliados, ha sido incrementar la guerra, la desestabilización y el apoyo constante a fuerzas irregulares de mercenarios, preparadas por sus propios asesores. Hasta ahora lo que se venía produciendo en la región, de incrementar bombardeos, derrocar países, e intervenir militarmente no ha sido tan lineal por una sola razón, y es que Assad tiene sólidas bases en la sociedad Siria, y porque además no ha podido ser aislado internacionalmente y ha contado con apoyos definidos como Rusia e Irán, que han cambiado la balanza en el conflicto. Tampoco las fuerzas imperiales han podido dividir a las fuerzas de la resistencia intentando que en el tema se produzca un guerra en que todos luchen contra todos, cosa que en los últimos tiempos parece ser uno de los instrumentos predilectos, previo a los intentos de destrucción de un gobierno y un estado. Ello no ha sido posible en el plan de Washington y sus aliados y nuevamente la situación en Siria traerá consecuencias mayores para el conflicto, aunque a varias décadas ya de confrontación la guerra está lejos de terminar, y el imperialismo y el sionismo sigue siendo el factor de mayor responsabilidad en el Medio Oriente.