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Opinión Más allá de su nariz

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 23 mar 2018
  • 5 Min. de lectura

por Yanko Silva

Ellos sirven y nunca debemos dejar que sea una especie en extinción. Por ellos y su condición es que debemos hacer un esfuerzo y aunque haya disminuido considerablemente debemos replantear las estrategias y vender a como dé lugar nuestro paisito “¡¡viva nuestro país!!’’ estemm...hasta yo me votaría...Lo cierto es que hay personas y políticos que sí realmente lo sienten y viven como pregonan y se mezclan entre el transporte público, y se atienden en centros de salud del Estado y dejan la vida porque esos ideales realmente son fidedignos, pero hay otros que hablan acá y en el extranjero y dicen “Hoy en Uruguay no se detecta la indigencia y la pobreza se sitúa en el orden del 8 o el 9%”, si lo traducimos a números estaríamos hablando de unas 27.000 personas aproximadamente, lo que podríamos especular que esas 27.000 bocas no deberían generar un problema ya que es un número que no se detecta. Incluso podría atreverme a decir que por ser un número menor y controlable, sirva parar exponerlo en las conferencias de las altas esferas y esperar que de ahí salga el diezmo de algún país que quiera ‘’ayudar’’ y que después se haga dueño de alguna parte de este rico país. Develar esa información al mismo tiempo genera en la sociedad el estado de adormecimiento y despreocupación ‘’porque el gobierno se está encargando de ellos, los más pobres’’. Lo cierto es que eso no es tan cierto, basta recorrer un poco los barrios para ver la realidad Sr. Presidente. La soja es el negocio más rentable del Uruguay (según ellos) con su hermanada como una tetra de asociados que se llevan todo y dejan migajas hasta que el suelo ya no sirva, la soja, el maíz, las papeleras y la mega minería; con todo ese dinero que dejan estos 4 productos podríamos razonar que ya no hay pobres, porque el país está en crecimiento aunque a su paso contaminemos todo a diestra y siniestra, (sobre todo la siniestra) porque hacer de todo eso algo que está bien que pase se contrapone con el país natural que se vende aquí y en el extranjero porque siguen llegando de todos lados engañados. Lo curioso de todo esto es que hasta hace algún tiempo se daba la indigencia en personas jóvenes vinculadas con las drogas y hoy la cara de esa realidad está subiendo en gente mayor de los 40 años como pasó en aquel corralito, pareciera que pasada cierta edad ya la persona es obsoleta y no tiene cabida en la sociedad, pierden la fuerza, quedan sin puestos de trabajo y hasta quizás podrían perder lo que hayan aportado para su jubilación. ¿Qué podemos hacer? ¿Pasamos y le damos una limosna? ¿Esperamos que la viejita del barrio salga con un platito de comida? ¿Lo vemos revolver un tacho de basura y somos indiferentes? ¿Juzgamos su condición diciendo: por algo está así? ¿Esperamos que los planes sociales del MIDES y/o que alguna ONG salga en la madrugada con alimentos y alguna manta? A mí me parece que todos somos necesario y que no hay que subestimar la condición o los conocimientos de las personas, el Gobierno debería dejarse de tantas conferencias y de decir que la economía sube y sube y fomentar más el trabajo, invertir en opciones de trabajo incluso para algunas de esas personas que no hayan tenido la posibilidad de estudio o por culpa de “otras” administraciones cayeron en el clearing luego de que se les dejara sin dinero por unos atorrantes que ahora están sueltos, debería dejar de comprar maquinaria militar ara los cascos azules, un avión presidencial con la escusa de que el mismo podría ser utilizado para maniobras sanitarias, ¿o no, querido ex-Presidene cuando andaba por los barrios pidiendo que se confiara en su palabra? ¿Qué diría el viejo luego de todo lo que hizo por los cañeros?. Aunque este sea un simple ejemplo hay cientos de cosas por las cuales toda la población podría reclamar, deberíamos considerar que tenemos poblaciones en todo el país que están por debajo de la franja educativa, indigentes, rancheríos que cada vez más pululan por los arroyos y ríos, incluso hasta la población carcelaria la cual el pueblo debe pagar impuestos para que ellos puedan mantenerse con la barriga llena, cuando se debería entender que ellos deberían rehabilitarse en todos los sentidos y reinsertarse en la sociedad, pero no unos pocos para después jactarse mostrándolos como trofeos de sus logros y sus planes, hay gente que sirve para muchas cosas y si no tienen capacidad de estudio por las diferentes razones con las que llegaron a esa condición, no debemos subestimarlos, porque aquel que no sirva para ser técnico en robotica, puede ser idóneo en trabajar la tierra para autoabastecerse e incluso para tener su propio dinero que dignifique su salida y tenga herramientas para continuar creciendo como persona y no vuelva a reincidir, podrían aprender mecánica y nos dejaríamos de despilfarrar tanto dinero en autos de cartón chino. Todos tienen derecho a trabajar para generar buenos hábitos de convivencia dentro de una sociedad que no se queja porque las personas sean útiles hasta los 40 años. Comentaristas somos todos, desde la casa o desde alguna barra de boliche, somos capaces de arreglar el mundo de la boca para afuera pero en lo general no sabemos cómo arreglar nuestra propia vida, los políticos antes de las elecciones dividen al pueblo y luego de ganar no cumplen sus palabra, le roban al pueblo haciendo bien su trabajo y diciendo que ahora debemos trabajar todos juntos, como explicaba en las primeras líneas de esta narrativa. Son muy pocos y al mismo tiempo han sido los más relegados de todos los medios, desmerecidos por la población porque son los menos, como si los que fueran más tienen todas las respuestas y van a salvarles la vida sin importar los ideales, lo que me lleva a reflexionar que para la gente las ideas no sirven tanto, sino quien tenga mejores estrategias para llenarle la panza. Creo con firmeza que deberíamos dejar de ver nuestro ombligo, no ser solidarios sino luchar por nuestros intereses y ellos deben ser con más razón por los de aquellos que casi no tienen voz. Somos un pueblo hipócrita y no porque nos guste serlo, sino porque los diferentes gobernantes se han preocupado a todo momento de que no pensemos y compremos y compremos y compremos... Yo lo sé, yo lo vi y quizás muchos de ustedes lo saben, pero hay muchos que no. La pobreza y la indigencia es el mejor negocio para un político que solo piensa en sus intereses... Yo lo sé y yo lo vi tomarse un ómnibus a la salida del Anexo, atenderse con mi esposa allá en el Centro de Salud de Ciudad Vieja, pelear desde su pequeño lugar porque todos esos relegados de la sociedad puedan tener su vivienda, investigar la corrupción y denunciarla, trabajar para que no haya ni un sumergido. Nadie es perfecto pero es bueno saber que hay algunos que ven más allá de su nariz.


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