Editorial: Entre el pentágono, el comando sur, y la sociedad del rifle La OEA sigue haciendo mandado

No es una novedad que América al Sur del nuevo muro que pretende levantar Washington, se sigue convirtiendo en un centro de nuevas luchas democráticas y antiimperialistas, que desde distintos años están sin resoluciones y la tendencia en los últimos tiempos es a reiterar en forma constante viejos formas de control colonial o neocolonial contra los pobres y los pueblos de la región que el propio gobernante Trump desdeña en sus intervenciones xenofóbicas. Lo cierto es que en los últimos tiempos las agresiones de todo tipo contra Venezuela van en aumento, resultado de los planes ya lagamente divulgado contra este país luego que comenzó a desarrollar una política independiente, bolivariana y antiimperialista, que le ha producido todo tipo de ataque por los principales países de la OTAN y también en lo últimos tiempos la derecha regional ha ido ajustando el cerco contra este país y el gobierno Chavista hoy dirigido por su presidente Maduro. Las razones son sencillas es el conflicto constante y ya crónico generado por la dependencia de nuestros países con las políticas de los bancos internacionales, que hasta el momento han sido un tormento para la vida de los pueblos, cualquiera sea la impronta de sus gobiernos, pues ello ha producido un gran desintegración social y ha producido por consiguiente el retorno de las viejas derechas oligárquicas de corte oligárquico y de signo represivo, que nuevamente intentan restaura en lo nacional y lo regional los antiguos instrumentos de dominación y represión, uno de ello es a OEA, que hasta no hace mucho tiempo pertenecía a los más altos cuadros de ejecución política del Ministerio de Relaciones Exteriores del anterior gobierno nacional, del ex Presidente Mujica. Sin duda que el aporte de Uruguay para revitalizar la OEA, o por lo menos para intentar darle unos “plumerazos”, con la ayuda de toda la derecha latinoamericana y norteamericana ha sido un ejemplo lamentable de los que sucede en este continente, con el ahora demócrata” Almagro, que se ha prestado para el nefasto plan de intentar revitalizar el afán intervencionista de Estados Unidos, cambiado las formas, pero siempre en una búsqueda contante de ampliar la desestabilización institucional regional, para que las bases norteamericanas y las políticas de privatización fluyan contra los pueblos. En estos días la maniobra de la OEA es evidente, intentar que el presidente Maduro no llegue a Perú, donde precisamente existen problemas de legitimación presidencial de todo tipo, violaciones a derechos humanos en las cárceles, y un gobierno que es de la gran burguesía financiera. Las políticas de la OEA, no han restituido nada en su nefasta historia de gestación y existencia, más bien que han destruido políticas que pretenden ser independientes de la política dominante. En todo caso ha sido en forma constante un caballo de Troya para desestabilizar gobiernos que no son afines a los designios de Washington. La sociedad norteamericana esta sacudida por masacres permanentes en sus escuelas secundarias y la política exterior mientras ahora en algunos temas se ha vuelto proteccionista, la sociedad del rifle le vende los fusiles a su población para que se asesinen entre ellos, y de paso exporta nuevas bases de agresión contra Venezuela, es necesario denuncia y detener estos hechos.