Unos tanto y otros tan poco: Los suculentos sueldos de las empresas progresistas
- La Juventud Diario
- 27 ene 2018
- 2 Min. de lectura

Esta semana se conoció la noticia de que el gerente general de Ducsa, la distribuidora de los productos de Ancap, Osvaldo Giraudo, fue despedido por el Directorio de Ancap. Según trascendió en la prensa, el propio Giraudo habría renunciado porque Ancap le hizo una propuesta salarial que implicaba reducir a la mitad lo que cobraba hasta el momento. De los $683 mil que cobraba, pasaría a cobrar algo así como 340 mil pesos. Una cifra nada despreciable para un país cuyo salario mínimo se ubica en los 13 mil pesos. Giraudo llevaba 10 años como gerente de Ducsa, una de las empresas subsidiarias de Ancap. Esta rebaja se produce en el marco de la adecuación de los topes salariales de los funcionarios públicos fijados en la Rendición de Cuentas aprobada en 2016, la cual establece como tope el 60% del sueldo del Presidente de la República. Por tanto, varios directorios de las empresas subsidiarias del Estado tienen la orden de realizar estas reestructuras. Pero esto de los altísimos sueldos en los cargos gerenciales no es nuevo en los gobiernos progresistas. Varios casos se han conocido en los últimos años donde jerarcas ganan bastante más que el propio Presidente de la República, es decir, unos 329 mil pesos líquidos, según la última declaración jurada del mandatario. En noviembre de 2017, el profesor Andrés Freire remarcó en su columna del diario La Juventud que existían “privilegios y derroche” en el Plan Ceibal. Allí, el docente explicaba que los gerentes de este proyecto ganaban más del doble que lo que ganan los gerentes de la ANEP. “Así quien gana menos, es un funcionario no docente con 40 horas reloj semanales de labor, recibiendo una retribución nominal de alrededor de 24.000 pesos, un maestro o profesor por 20 horas pagas de labor a su vez recibe en el grado 1 alrededor de 26.000 pesos, un director entre 60 a 70.000 pesos, un inspector entre 74 y 100.000, un gerente 91.000 pesos, y el señor presidente de CODlCEN, Wilson Netto, máximo responsable real de la educación pública a nivel, inicial, primario y secundario, e incluso parte de la terciaria y toda la formación docente 135.000”, escribía Freire, y aclaraba que un gerente del Plan Ceibal ganaba arriba de los 200 mil pesos. En cuanto a Alur, en 2016 se conoció la noticia de que varios gerentes ganaban más de 400 mil pesos, es decir, casi 200 mil pesos más que el propio Presidente Vázquez. En tanto, en Republica AFAP, una de las administradoras de fondos jubilatorios que tiene respaldo del Estado, un gerente ganaba 800 mil pesos por mes incluyendo los premios anuales. Ante estos casos, ¿Qué pensará un trabajador de un supermercado o un peón rural que ganan menos de 20 mil pesos cuando escuchan estas suculentas cifras cobradas en el Estado uruguayo? ¿O qué piensa un maestro que gana poco más de 24 mil y trabaja con un grupo de más de 30 alumnos?
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