Columna: Tiempo de resurgir

Por Gonzalo Abella Integrante del Coordinador Nacional de Unidad Popular

El año político 2018 será recordado como el más tempranero en nuestra Historia. Ya estamos en la contienda. Y nos encuentra en nuestra trinchera de la UP, que es nuestro lugar pequeño y firme en la confrontación mundial de los pueblos por su supervivencia. El imperialismo USA está complicado. Contradicciones inter-capitalistas cada vez más severas le hacen perder su hegemonía mundial. En cada continente aparecen Estados soberanos que se le resisten con inmensa dignidad. Pero ante todo los pueblos luchan en múltiples frentes, desde reivindicaciones concretas hasta en la lucha por el poder. Y a veces una reivindicación sencilla y concreta, sustentada por la lucha masiva, puede cuestionar todo el Sistema capitalista. En el Continente este es un año crucial. Elecciones en la martirizada Venezuela, debates en el campo de los revolucionarios en Bolivia, relevos generacionales en una Cuba que consolida su institucionalidad con cambios generacionales trascendentes pero que no logra despegar desde su situación de dignísima supervivencia. Brasil se debate entre la extrema derecha y el corrupto PT. Argentina “uruguayiza” su economía y la carestía se dispara. Chile, gracias a la desunión de su pueblo, sigue siendo el obsecuente peón imperial de toda la era post Pinochet. Los crímenes políticos siguen a la orden del día en Colombia. México se desintegra en el marco de la corrupción oficialista más abyecta; Puerto Rico descubre amargamente las “ventajas” de ser colonia yanqui. Pero en cada rincón de la Patria Grande, desde la tierra de Marichuri y Haití hasta la heroica tierra mapuche, los pueblos luchan. ¿Y por qué madrugamos en 2018 interrumpiendo la tradicional siesta veraniega? Porque el tarifazo fue demasiado, porque el desempleo también, porque la entrega de la Patria a UPM es demasiado escandalosa, porque la corrupción en el Estado estalla, y porque no cesan los escándalos en el FA y en el Partido Nacional. Y a todo eso se suma la agitación en el campo, donde los pequeños expresan su desesperación y los grandes quieren aumentar sus ganancias. Madrugamos porque sembramos madrugada. Por eso ya estamos en movimiento por el Plan Nacional de Vivienda Popular, por Presupuesto, en la movilización contra la Ley de Riego, y en diversos frentes, la vida nos demanda avanzar, porque hay coincidencias plenas entre nuestro Programa y los anhelos y propuestas del pueblo organizado. La UP-AP ha logrado la hazaña de sobrevivir y crecer. Cuida su pluralismo ideológico, su firmeza programática y su ética. Y al mismo tiempo la UP-AP analiza cada resquicio por donde puede conseguir conquistas inmediatas para la gente. Todavía frena nuestro crecimiento el escepticismo, la desesperanza, el descrédito a la acción política que ha causado la conducta de la cúpula del FA. También desde las redes alguien alimenta y auto-multiplica un sistema de calumnias que busca distorsionar los debates necesarios en el seno del pueblo, mientras la prensa grande, (que ya no puede ignorarnos) fragmenta y distorsiona los problemas del país. Por eso es tan importante que el 8º Encuentro Nacional del 28 de abril esté rodeado de multitudes. Vamos a fortalecer aún más los hilos que nos vinculan ida y vuelta con el pueblo y sus luchas; vamos a profundizar nuestro trabajo en cada lugar geográfico, en cada centro de trabajo o estudio y en los entretejidos de la informalidad laburante; y vamos a consolidar nuestra organización y muy especialmente nuestras finanzas, porque todo cuesta y cuesta mucho. Es el tiempo de resurgir.