Editorial: La gran batalla por la vivienda popular

En política siempre hay cosas que a veces parecen imposibles y otras que son posibles de encontrar si se persevera en la motivación y lucha constante para alcanzar los objetivos, este ha sido una año en que el proyecto de ley presentado por de la Unidad Popular sobre vivienda ha obtenido un importante apoyo social y también un significativo apoyo político. Si bien en estos días pasados se dio, un paso en la comisión parlamentaria, con una aprobación mayoritaria del proyecto de ley presentado por Eduardo Rubio, cosa que no parecía muy probable si se medían estrictamente las posibilidades en votos de la Unidad Popular, sin embargo el hecho se consumó a nuestro juicio por varios motivos, lo que posibilita que ello siga su curso ahora en el pleno de diputados en el años próximo. Es evidente que la falta crónica de viviendas en el país no es un problema nuevo pero se ha agravado en los últimos años, pues se constata que más de 80 mil viviendas es el faltante que requeriría ajustar, el tema en materia de habitación, para los trabajadores y sus familias. Ello junto a los altos niveles de especulación inmobiliaria y al control del mercado hace elevar los precios de la vivienda y de su alquiler, lo que hace imposible el sostenimiento para las personas con bajos ingresos. La necesidad de vivienda en todo el país ha hecho que personas de todas las procedencias constaten la necesidad de la vivienda como uno de los factores de mayor desestabilización social, en la medida que ello no se soluciona. También es cierto que la política oficial en el tema ha dejado por el camino el tema aunque en el discurso oficial se diga lo contrario, lo cierto es que dirigentes de todos los partidos se han ido comprometiendo con un proyecto justo, y que está desprovisto de temas ideológicos, pues es bueno recordar que este es un tema que es parte de la lucha por las mejores condiciones de vida, y el techo es un derecho humano universal, instalado en la Constitución de la República. En una época que se instituye una enorme crisis en la política dominante sobretodo en sus valores, pues los hechos vinculados a la corrupción son diarios, adquiere una gran dimensión que el sistema político de un paso en la resolución de este tema, que aún está lejos de resolverse y es altamente probable que se deteriore más, si el estado no interviene. Sin duda que en estos ya dos años de caminar con la ley ha concitado un apoyo importante y difícil de imaginar si en política o en la vida social se vieran solo las dificultades que hay por delante, lo que se ha demostrado hasta hoy es que cada día crece más la demanda social por la vivienda en todas partes del país, inclusive con sólidos apoyos municipales. El próximo año será sin duda un tiempo decisivo, que llevará indudablemente a nuevos y mayores apoyos que son necesarios a los efectos que el proyecto siga obteniendo nuevos acuerdos y mayorías para ser aprobadas. Ello también dependerá de la ascendente movilización social de las organizaciones sociales que vienen avanzando a los efectos que ello se concrete, para emprender en este tema un nuevo camino de desarrollo social para la familia trabajadora uruguaya.