Envíos al seguro de paro y mayor tecnificación: Trabajadores molineros preocupados por su futuro l
- La Juventud Diario
- 15 dic 2017
- 5 Min. de lectura

Trabajadores de los molinos están preocupados por el futuro de su trabajo. En Comisión de legislación del trabajo de Diputados, denunciaron que “todo apunta a que queden dos grandes molinos, dos potencias”. Afirman que se ha duplicado o triplicado la producción pero ha disminuido la cantidad de trabajadores.
La Comisión de legislación del trabajo recibió a una delegación de trabajadores del Molino Dolores y de la Federación de Obreros y Empleados Molineros y Afines (Foemya). Oscar Muniz, presidente del gremio de trabajadores del Molino Dolores, planteó con claridad la problemática laboral que atraviesan los trabajadores del esa empresa. “Cuando estuvimos aquí anteriormente las puertas de la empresa estaban cerradas pero hoy están abiertas. Comenzamos a trabajar seis horas diarias, de lunes a viernes; después pasamos a siete porque aumentó la producción, y hoy estamos trabajando ocho horas pero con un turno menos ya que tenemos un turno en el seguro de paro. Entonces, nuestra problemática es lo que se nos viene. El 19 de diciembre es la junta de acreedores y hay nerviosismo entre los trabajadores por el tema de tener un turno fuera de la labor. Nuestra pretensión es que si hay un comprador se mantenga el cien por ciento del personal y se conserve la unidad productiva. También queremos dejar clara nuestra preocupación por que se mantenga la fuente laboral, ya que en Dolores es la única que existe”, expresó el trabajador. En tanto, Dante Tortosa, representante de la Federación de Obreros y Empleados Molineros y Afines (Foemya), agregó que “esta problemática está atravesando a todos los molinos menores del interior”. “Todo apunta a que acá queden dos grandes molinos, dos potencias, como Molino San José y Molino Cañuelas. Este último tiene dieciséis o diecisiete molinos en Argentina que son más grandes que el Molino San José que muele ochocientas toneladas de trigo por día. Nos preocupa la voracidad con la que se mueven en el interior para sacarle los clientes a todos estos molinos menores regalando bolsas de harina, haciendo silos y hornos”, añadió. Tortosa señaló que en estos últimos meses los trabajadores de Dolores mostraron que el molino tiene una “buena rentabilidad” aun trabajando con muchas dificultades. Explicó que, luego de los dos meses en que la planta estuvo cerrada, “se fueron muchos vendedores, sobre todo para los dos molinos grandes”. “Los compañeros que quedaron, con mucho esfuerzo y sacrificio, resignando muchas horas, sacaron el molino adelante igual. Como decía el compañero Óscar, un turno pasó seguro de paro y entonces se redoblaron esfuerzos para hacer todo el mantenimiento y la limpieza, lo que también se hizo cuando estuvo cerrado. Todo demuestra que el molino es muy rentable”, remarcó el trabajador. Tortosa indicó que una situación similar se vive en el Molino Carmelo, el cual, en plena zafra de trigo, está trabajando “con la diaria” y “recibiendo los camiones para trabajar cada día”. Dos años atrás, los trabajadores tuvieron que frenar su remate inminente. Como se sabe, agregó, la FOEMYA también brinda su solidaridad con todos los demás integrantes del gremio de la alimentación, por lo que contamos con apoyo para esta medida del día 19 que apunta a mostrar que lo que está pasando con Molino Dolores, Carmelo y también pasó con los compañeros de Durazno, Young, Cocomen y Pan de Azúcar. Esta es una batalla desigual del gran capital contra los trabajadores. En este caso el grande va devorando al chico y esta vez nos toca vivir esta situación a los trabajadores molineros, como en su momento le ha tocado a los curtidores o al sindicato de la aguja. Los trabajadores están preocupados también por la tecnificación, la cual entienden les “está jugando muy en contra”. “Los molinos están trabajando con un tercio del personal que necesitaban en la década del ochenta; se ha duplicado o triplicado la producción pero proporcionalmente ha disminuido la cantidad de trabajadores. Entonces, mientras algunos patrones de grandes molinos están llorando porque la harina vale menos o les sigue molestando la lucha de los trabajadores para que estos molinos sigan estando abiertos, nosotros vemos cómo realmente duplican o triplican la producción. Ahora hay camiones cisterna y máquinas automáticas por todos lados, por lo que nos tocan las generales de la ley de lo que está pasando en el Uruguay y en el mundo, pero lejos de resignarnos o andar llorando los trabajadores estamos aportando ideas permanentemente. Apostamos a la cadena productiva y de valores, con desarrollo productivo; estamos interiorizándonos del tema y estudiando, cómo debemos hacer los trabajadores ahora, porque lejos de bajar los brazos estamos cada vez más unidos y vamos a dar la pelea por Molino Dolores sabiendo lo que significa para un pueblo ya que es un molino histórico en el país y el segundo en capacidad productiva y tecnificación. Vemos que ha habido un mal manejo por parte de dos o tres dueños patrones anteriores; se saben las estafas que han hecho y esto, lamentablemente, siempre repercute en el más débil que es el trabajador que vende su fuerza de trabajo, lo que nos hace apelar a la unidad, la solidaridad y la lucha que mantenemos”, detalló. Oscar Muniz dijo que el molino Dolores es el segundo en Uruguay en cuanto a capacidad de producción y tecnología, sin embargo, en estos momentos está produciendo un tercio de su potencial. “Lo que sucede es que este molino estaba preparado para la exportación. Hoy no se está exportando a Brasil. También estamos siendo castigados por la importación, por ejemplo, de fideos. Están entrando fideos de Italia, de Bolivia, lo que repercute en la venta de la harina”, explicó. Los trabajadores preguntaron a los legisladores si se puede resolver este tema de la importación y exportación, porque entienden que “cada vez nos estamos quedando con menos mano de obra”. Muniz aclaró que los molinos están quedando con un 40% del personal. “De cuarenta molinos quedan seis o siete. Los demás cerraron. Vemos el futuro medio negro para la juventud; uno ya está jugado. Es impresionante la cantidad de gente que está yendo al seguro de paro. No sé por qué motivo sería la solución de la exportación, porque tenemos entendido que Brasil solicita harina, pero está limitada por ambas partes o por Brasil, no sé. El fuerte es Brasil”, expresó el trabajador. Consultados sobre las estafas o situaciones irregulares protagonizadas por quienes eran dueños de la empresa, los trabajadores aportaron algunos datos. “El tema comenzó en 2010 con el empresario Gonzalo Ruiz, quien entregó la empresa semifundida a William Johnson y este último desde 2010 hasta comienzos de 2017 fue el que cerró las puertas. En este momento la deuda está en US$ 70.000.000. Eran dos empresas: molino Dolores y una planta de grano llamada Cereoil. Como los dos eran socios uno mayoritario y otro minoritario tanto de Cereoil como del molino, iban de la mano. Dicen que la deuda era de Cereoil, lo que no entiendo mucho, por eso quedaron cerradas las puertas del molino Dolores. El nombre del empresario de la deuda es William Johnson”, explicó Muniz.
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