La cara oculta del Plan Ceibal II. Privilegios simbólicos y honoríficos

Escribe: Prof. Andrés Freire

En la puerta de una escuela pública de Canelones (y no precisamente de las más carenciadas, sino una escuela de práctica en una ciudad muy importante de cuyo nombre no me quiero acordar) los padres juntan firmas, hay un salón con graves problemas edilicios, la directora ha cumplido con todas las gestiones habidas y por haber, sin resultado, la comunidad educativa responde como puede. Se anuncian nuevos centros educativos comunitarios, bombos y platillos para … sí tres contenedores, al comienzo andarán bien, después frio en invierno, calor insoportable en verano, puertas que se trancan, o se cierran, o ni una de las dos. Una escuela sin cerco perimetral, una maestra directora que sufre una agresión sexual, pudo haber sido una niña, o un niño. Edificio histórico, docentes y alumnos en conflicto, hay salones clausurados. Una chica que viene de cursar primer ciclo en un privado viene muy preocupada a una adscripción y afirma: “se acabo el papel higiénico”, en esa sana ingenuidad de la juventud, ignora que jamás hubo ni abra papel higiénico en el baño de los alumnos, si en cambio tendrán los docentes y funcionarios siempre y cuando se lo paguen de su bolsillo. Avenida Italia, al lado de uno de esos templos del consumo, ahí se encuentra el LATU y ahí está el edificio del Plan Ceibal, y uno cuando entra a ese lugar, se da cuenta que está en otro país, es decir no salió de Uruguay, pero entro a otro Uruguay, el de ellos. Aquí no hay problemas con la seguridad, todo el predio esta correctamente cercado y hay seguridad privada vigilando, tampoco hay edificios ruinosos, y hay un entorno limpio y armonioso que llama al trabajo, pero también al disfrute, una hermosa fuente, un jardín bien cuidado, bancos que llaman al relax, a hacer una pausa reparadora durante la jornada, y bueno seguramente los baños tengan papel higiénico. Unos muchos y otros nada decía la canción: ¿y por qué? ¿Sí le sacamos la seguridad privada, el jardín, las instalaciones en condiciones, y el papel higiénico de los baños, serán los mismos resultados? ¿Por qué unos tienen derecho a comodidades, limpieza y seguridad, y el resto bueno que trabaje igual debajo de un árbol? Llegan las 19 horas, usted prende un informativo, sí hay paro docente, los gobernantes y gran parte del sistema político comienza el coro: “dejan a los niños sin clase”, “peligra el futuro del país”, y por lo bajo “la corporación de los docentes es culpable de todo”. Ninguno dice: “los cargadores se rompen a cada rato”, “las máquinas demoran un mes, o dos en arreglarse”, “la conectividad se cae”, “se gastan millones y millones de dólares, para que los gurises estén conectados a Facebook, Youtube y descarguen juegos”, muchos menos “la corporación tecnocrática es culpable de todo”. El Marketing hace la diferencia, algún proyecto premiado por la misma maquinaria de promoción, algún carguito por aquí, la ilusión virtual de ser parte de un mundo que se puede conocer, pero que la billetera o el monedero no permite ingresar y está todo dicho. Ayer hablamos de la diferencia abismal, obscena, entre la escala salarial de la ANEP y la del PLAN CEIBAL, aportando los datos obtenidos por el diputado Eduardo Rubio de Unidad Popular, hoy no precisamos un pedido de informes para ver la realidad, usted primero entre a la escuela o al liceo del barrio, y después se va al LATU y vera que diferentes que son los lugares de trabajo y el ambiente a su alrededor. A unos se los mima, material, simbólica, honoríficamente, son los que importan y son los que valen, a los otros, a nosotros, bueno ya sabemos. Somos Izquierda, Somos Patria.