Editorial: A propósito de las zonas francas en el desarrollo nacional
- La Juventud Diario
- 16 nov 2017
- 2 Min. de lectura
Que el capitalismo ha ido desarrollando en cada época histórica de acuerdo a sus necesidades de acumulación de capital no es una novedad sino más bien una tendencia histórica confirmada por las diferentes clases en pugna, y los instrumentos que ha desarrollado en las relaciones económicas y políticas siempre tienden a la obtención de ganancias invirtiendo lo necesario para obtener mano de obra barata para que el proceso de acumulación de grandes beneficios sea posible. Un viejo instrumento de las potencias coloniales, se ha desarrollado hasta nuestros días con una característica que es la de controlar y abaratar los recursos obtenidos para obtener grandes beneficios imponiéndole a países y zonas del mundo una gran obtención de recursos financieros, para lo que se requiere seguridad en la inversión, así como estabilidad social, léase que los trabajadores trabajen sin huelgas, ocupaciones o cosas que se le parezcan. Claro que esta ecuación de acuerdos múltiples, entre gobierno empresa y también trabajadores debe cumplirse a rajatabla. En nuestro país las zonas francas han tenido un aumento exponencial durante las últimas décadas hasta nuestros días, sobre todo cuando la posición de enclaves coloniales y neocoloniales para la súper explotación del trabajo, en los partidos que se dicen de izquierda han ido variando la posición para verlas como un “factor de desarrollo”, que proporciona fuentes de trabajo. En las últimas décadas, hasta nuestros días donde este procedimiento se ha transformado en uno de los predilectos para las operaciones del capital extranjero, que tiene todo tipo de subvenciones, evitando los aportes a la economía nacional y reduciendo los ingresos por los servicios que se producen en las zonas francas, aunque es necesario anotar aquí que el gran responsable de esta política han sido los sucesivos gobiernos nacionales hasta el actual. Hace apenas unos días nuevamente el diputado Eduardo Rubio, fundamentó su único voto negativo contra la extensión de nuevos y más amplios beneficios, para el régimen de zonas francas. Ello una vez más ha dejado en evidencia los por demás sugestivos cambios que ha provocado acciones contra el “imperialismo”, por parte del sindicalismo oficial, al tiempo que en nuestro país el gobierno nacional ha llevado una política económica de privatizaciones, de achique del estado, y de pago riguroso de la deuda externa que no ha parado de multiplicarse y ello provoca a diario más desocupación, crecimiento de la inflación y miseria para los trabajadores y jubilados. Esta entrega creciente de la soberanía por parte del gobierno nacional, lleva invariablemente a situaciones muy difíciles para la producción nacional de la ciudad y el campo, al tiempo que a importantes contradicciones en el plano político pues se expresan en estos días, en la nueva limitación por parte de economía a los “cincuentones”, o a los nuevos recortes que se producen por parte de economía para intentar pagar a los acreedores internacionales, en un marco de fuertes problemas de corrupción en las alturas de su gestión. Las zonas francas en nuestro país las han traído para quedarse y son el resultado de las políticas concertadas por el partido de gobierno y los demás, sobre todo para bajar el salario y el gasto social.
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