Seminario del diario La Juventud: La educación soviética como liberadora de la mujer y los jóvenes
- La Juventud Diario
- 28 oct 2017
- 3 Min. de lectura

Este año, al cumplirse 100 años de la Revolución Rusa, la gesta de Lenin no podía ser ajena a la temática de los seminarios organizados por La Juventud. Esta vez fue el turno de abordar los avances de la mujer, la educación y los jóvenes durante la Revolución soviética.
Por: Sebastián González Vignoli Redacción de La Juventud
Con motivo de los 100 años de la Revolución Rusa, La Juventud ha organizado varios seminarios que repasan la trascendencia de este acontecimiento histórico desde varios puntos de vista. Sus fundamentos filosóficos, su contexto histórico y los logros que consiguieron los trabajadores en este período histórico han sido abordados en profundidad por varios distinguidos panelistas. El pasado viernes fue el turno de los jóvenes. En la Coordinadora de Jubilados y Pensionistas del Uruguay (COJUPE) se realizó un encuentro donde disertaron María José Andrada, integrante de la Juventud del 26M; Milton Rodríguez, trabajador del INAU y dirigente del PCR; y Gonzalo Martínez, integrante de la bancada parlamentaria de la Unidad Popular. Pasadas las 19 horas, el local de la COJUPE, ubicado en Jackson 1409, estaba repleto de público ávido por escuchar las reflexiones del panel. María José Andrada fue la encargada de reflexionar acerca del significado que la Revolución Rusa tuvo para la mujer. La joven comenzó con un detallado repaso la situación actual de la mujer en el Uruguay. Indicó que, representando el 52.3% de la población, 1 de 4 mujeres viven en hogares pobres. Destacó que el 15% de esos hogares pobres son monoparentales y están a cargo de una mujer. María José recordó que el desempleo femenino triplica al masculino y se agrava dentro de las mujeres más jóvenes llegando al 31%. La joven hizo hincapié en que muchas de las dificultades que afrontan las mujeres en el ámbito laboral, académico y social se producen debido a una “desigualdad socioeconómica” y una “realidad de privaciones” provocadas por “un acceso restringido a la educación y la salud pública de calidad”. Dijo que la “Ley del Aborto” es restrictiva debido al alto costo de los medicamentos y puntualizó en que el pago de la deuda externa implica un aumento en el índice de mortandad infantil. “Con toda esta situación como introducción, ¿En qué nos inspira la Revolución Rusa y las mujeres soviéticas de ese entonces?”, se preguntó, y detalló algunas de las primeras medidas a favor de la mujer cuando los trabajadores tomaron el poder en 1917: divorcio libre, eliminación del proceso de divorcio, fin de la diferencia entre hijos legítimos y naturales, procesos de investigación de paternidad, poder demandar al padre por alimentos, comedores públicos, casas cunas y jardines públicos. “Si no se construye un estado en que la mujer participe activamente y sea creadora de sus propias instituciones como lo hizo la Unión Soviética después, la mujer sigue siendo esclava del hogar y embrutecida por el trabajo doméstico. Esta experiencia que hizo la Unión Soviética en los primeros tiempos de la Revolución comprobó lo que decían las luchadores feministas revolucionarias cuando se enfrentaban al movimiento feminista oportunista y burgués: la igualdad ante la ley formal de la burguesía no nos hace libres si no se traduce en políticas concretas de la realidad. Las burguesas aceptan como norma la desigualdad económica de las clases oprimidas y toleran que esa desigualdad coexista pacíficamente con la supuesta igualdad formal”, sentenció. En tanto, Milton Rodríguez abordó los avances educativos durante este período histórico. Reseñó tres etapas de la “pedagogía socialista”: la primera desde 1918 a 1928, período dominado por las concepciones de Lunacharsky y Nadezhda Krúpskaya; la segunda desde 1928 hasta 1955, donde la principal referencia pedagógica fue Antón Makarenko; y la tercera se desarrolla desde 1958 en adelante, la cual se caracteriza por manuales oficiales de moral comunista. El trabajador dijo que el sistema educativo soviético tuvo como fin “romper con las estructuras heredadas del antiguo sistema y establecer un sólido sistema institucional capaz de integrar a las grandes masas”. Milton destacó el papel de Lenin en las transformaciones educativas soviéticas que permitieron alfabetizar a millones de campesinos y obreros. El encargado de cerrar la parte oratorio fue Gonzalo Martínez, quien subrayó la importancia de realizar eventos que homenajeen y recuerden la obra de la Revolución Rusa. Destacó la obra de Lenin y su entusiasmo hacia el papel de los jóvenes en el proceso revolucionario. Gonzalo también enfatizó sobre el papel de los “intelectuales sensibles” que identificaron las problemáticas y promovieron la creación de varios movimientos sociales. Indicó que el papel político de los estudiantes es fundamental y que estos deben señalar las contradicciones de clase. “No se puede lograr la unidad del movimiento estudiantil si no existe una base material e ideológica real que los una”, alegó.
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