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Columna Contra la corrupción en ASSE

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 14 oct 2017
  • 3 Min. de lectura

Escribe Daniel Pereira Integrante del Mov. 26 de Marzo – lista 326

Al triunfar el F.A. en las elecciones presidenciales en octubre del año 2004, la mayoría del pueblo uruguayo albergaba la esperanza de un futuro personal y colectivo, mejor. Más trabajo, más salario, más y mejor salud, educación, vivienda y organizando al pueblo hacia la justicia social, esa promesa recibió el apoyo popular. “Que los más infelices sean los más privilegiados”, frase de J. Artigas que también es una guía, parecía se podía concretar en realidad. Sin embargo desde días antes de asumir, confirmando algunas sospechas, los principales ministros nombrados por Tabaré Vázquez y el mismo primer mandatario electo, demostraron una predisposición inocultable a las relaciones almibaradas con EEUU, con los organismos internacionales de crédito y las multinacionales. A la vera del camino, Tabaré Vázquez, sus ministros, diputados, senadores, el FA y la inmensa mayoría del PIT-CNT, dejaron principios fundamentales, luchas históricas, reclamos fundados, propuestas programáticas serias y fundadas. La alianza con el capital fue sagrada, dura y pura. Por eso en su momento ENCE, la hoy UPM (BOTNIA), y el actual Claro, recibieron el aval del frenteamplismo progresista. Así el discurso de Vázquez en el día internacional del medio ambiente en Minas de Corrales contra las industrias contaminantes como el realizado en San José sobre que no se permitirían las sociedades anónimas sin nombre y apellido, se borraron de un codazo. El programa histórico quedo de lado, los dirigentes del FA y del PIT con la simpatía de los medios de comunicación, facilitaban cualquier desbarranque ideológico – político. El Uruguay había caído muy bajo durante la crisis del 2001, 2002, 2003, con gran desempleo y muy bajos salarios. El pueblo desorientado, desorganizado, desinformado, aplaudía como bueno algo que significaba pan para hoy y hambre para mañana. Se acuñó como válida en varios ámbitos la criminal consigna prefiero morir de cáncer y no de hambre. Ante esa realidad las autoridades del gobierno, del FA y del PIT parecían andar sobre rieles eternos, indestructibles y de plena felicidad. Aumentaron los impuestos para quienes trabajan y también subieron los subsidios para el capital privado y si es extranjero mejor, hay más zonas francas. Hoy hay más claridad, se empieza a ver, se empieza a reaccionar, el mensaje oficialista resultó falso, creció la desigualdad, los asentamientos, los jóvenes que no estudian ni trabajan y la violencia callejera. Se funden los granjeros, los tamberos, los apicultores, los industriales chicos y medianos cierran cada vez más negocios barriales. La deuda externa cambió a deuda eterna, las vaquitas son ajenas también lo es más del 50 por ciento de las tierras productivas por el plan sojero y las agro industrias. Crecieron las zonas franjas, se llenan de productos extranjeros las grandes superficies y los mismos dirigentes sindicales oficialistas denuncian privatización, tercerización y precarización en las empresas públicas. El gobierno apuesta a los nuevos trabajos que traerá la construcción de la segunda planta de UPM a la que califican como la mayor inversión extranjera en el país, contrato que se firmará en las próximas horas pero que muy difícilmente el pueblo conozca por decisión de la empresa y el gobierno. Esto en nada ayudará al futuro del pueblo uruguayo ni a la soberanía nacional, la contaminación será cada vez mayor y el endeudamiento por la infraestructura que la empresa multinacional necesita será otra gran mochila sobre las espaldas del pueblo uruguayo. Las espaldas del pueblo uruguayo, que les dio el lugar de privilegio al gobierno y el FA para construir una sociedad libre, justa, solidaria, transparente y ética, cargan cada día con situaciones más graves y complejas. Los informes de la investigadores parlamentarias demuestran hasta qué punto está vulnerado el interés nacional y la ética. A poco de ponerse en funcionamiento la investigadora de ASSE se han descubierto manejos irregulares, controles vulnerados, contratos sin licitación y favorecimientos a personas para su beneficio personal en contra del pueblo uruguayo. ASSE destina millones de dólares por año a la medicina privada que deberían utilizarse en la salud pública. Las denuncian se suman en la investigadora de ASSE pero a contra pelo de lo que dice la Dra. Susana Muñiz, que se quiere destruir la salud pública, en realidad se quiere salvar la salud pública. Que los dineros de ASSE sean para la mejor salud del pueblo. A nuestro entender la salud pública debe ser para todo el pueblo, gratuita y de la mejor calidad, es posible, es necesario y será lo mejor. No sólo la denuncia, la crítica, también la organización la movilización, la buena información, la propuesta potenciará un proyecto de cambio profundo, real y ético.


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