Editorial: Cataluña y los efectos de la crisis en la UE

Nuevamente la crisis internacional del capitalismo, que en estos días tiene expresiones diferentes, no pueden de dejar de comprometernos con lo que está sucediendo, más cuando en el marco de políticas fondo monetaristas, neoliberales y de un acentuado proceso de derechización se producen acontecimientos políticos que tienden a la conservación del statu quo dominante. No es una novedad que la Unión Europea de la que España es parte importante como integrante del mundo ibérico con ramificaciones principalmente en la región americana, ha tenido un gran desarrollo a las expresiones nacionales vinculadas a los factores que tiene su expresión con los nuevos repartos y alentamientos entre países o regiones que defienden sus intereses económicos y financieros. Tampoco es una novedad que la irrupción de los temas nacionales en el mundo actual son parte de contradicciones mayores que afectan al reparto económico y a las enormes necesidades del capitalismo universal por apropiarse de las riquezas del petróleo, gas y todo lo que sirva a sus intereses estratégicos por perpetuarse en el poder. Lo que si nos llama la atención ha sido el apresuramiento del ministro de Relaciones Exteriores Nin Novoa por defender la integridad nacional española, cuando no ha tenido el mismo comportamiento ante otras iniciativas en relación a la República Bolivariana de Venezuela, apoyando iniciativas que van directamente contra el proceso popular y antiimperialista. El gobierno uruguayo en este caso ha respaldado en los hechos al gobierno de Rajoy, luego que este ha llevado actitudes claramente intervencionistas en otros casos. También es cierto que en el tema, hoy suelen aparecer muchos problemas vinculados al independentismo o a casos que han derivado en operaciones de limpiezas étnicas, sin que los organismos internacionales o la ONU, necesariamente tengan actitudes que den garantías para frenar estas injusticias, o imposiciones de fuerza contra pueblos que luchan por sus intereses. En estos días además la represión en Cataluña, contra los votantes del referéndum catalogado como ilegal por el gobierno de España, ha profundizado la crisis regional con una de las regiones más poderosas en su desarrollo económico de la península, que es bueno tener presente que en el tema ya ha tenido otros enfrentamientos de intereses a lo largo de su historia, de índole política y social con zonas más pobres y menos desarrolladas, de España. Lo que sí es cierto es que luego del Brexit, y los intentos de Escocia por separarse del Reino Unido, evidencian por cierto como el nacionalismo en los países más desarrollados del capitalismo se expresa, por una razón muy sencilla, y es que nadie quiere pagar el precio de la crisis financiera que hoy tienen. También en estos países la balcanización de países se una obra de los círculos de poder mundial para mantener su hegemonía. No hay más que observar las políticas imperiales hasta nuestros días. Aunque lo cierto en relación a Cataluña, es que Rajoy no solo ha tenido grandes dificultades para constituir su gobierno y parece que ahora también, para mantener la corona y el estado unida. Lo que está claro es que el triunfo del referéndum en Cataluña abre un antes y después para España y también para los independentistas. Lo que se abre es un resquebrajamiento del estado, del gobierno y de la corona. En todo caso no es más que una seria confirmación de una crisis de enormes proporciones, que tiene el antecedente en los problemas financieros globales cuyo centro comenzó en este país con su crisis inmobiliaria 2008, y de lo que aún no se ha recuperado.