Purificación cárcel del pueblo.

“Orientales! La Patria peligra Ya reunidos al Salto volad, Libertad, entonad en la marcha Y al regreso, decid: Libertad! Bartolomé Hidalgo, Himno al Salto.

Escribe: Prof. Andrés Freire

En el Cerro, en un momento y un lugar de la memoria que no me quiero acordar, asistí a una charla donde uno de los protagonistas sugirió la necesidad de expropiar el predio que fuera el Cuartel General del Jefe de los Orientales, el tiempo pasó, ese señor llegó al gobierno al ganar el Frente Amplio y su propuesta quedó en el olvido, como todo el programa histórico de dicha fuerza, porque en el fondo Purificación molestaba y mucho, porque fue no sólo un cuartel sino la cárcel donde los enemigos de la revolución popular eran enviados. Punto estratégico clave desde donde se controlaba, El Plata, el Uruguay y el Paraná, ahí el Protector ubico su estado mayor, y ahí determinó que los enemigos del pueblo fueran enviados a los efectos de su “purificación”, en ese preciso lugar austero donde no habían ni sillas, ni cubiertos para todos, dos secretarios recibían la correspondencia y redactaban lo que el Protector solicitaba. Nos cuenta Eduardo de Salterain: “Purificación lava el espíritu, rige los días, regla pasiones, redime culpas. El método es duro, áspero el lenguaje, inapelable el fallo. Se juzga, se procesa, se indulta a veces, pero ordinariamente se castiga sin contemplaciones” p.88), el nombre en sí mismo del lugar tiene una vez más una clara resonancia jacobina. Es ahí donde Artigas recibe a los hermanos Robertson que nos dan cuenta de la austeridad en que vivía el caudillo más importante de la región, y entre mate y mate se toman las medidas cruciales que determinaban la marcha de la revolución. Un conjunto de cabañas, de chozas, de tiendas, donde reinaban la austeridad e incluso la miseria, pero donde nada escaba a la mirada del Protector, soldados entrenándose, unos pocos infantes, algunos marinos, indios, negros, todos estaban ahí entrenándose como podían, sin fusiles a veces, por su alto costo y con sables y lanzas hechas con tijeras de esquilar. Y una cárcel, donde no iban los mismos de siempre, sino los ricos latifundistas españoles, los enemigos de la pública felicidad, los que nunca fueron virtuosos, en verdadera inversión de lo que es la lucha de clases. Purificación es la llama sagrada ardiendo, otra vez el mismo historiador nos cuenta hablando del Protector: “Dentro de este hombre de bronce, de naturaleza de gigante, cabía tanta energía que no quedaba hueco para desmayos. Con el material ígneo de su persona, - que no se doblegaba ante nadie, - había fuego para muchas almas. Por él y por eso ardieron de entusiasmo los pueblos” (p.93). Artigas hoy ya no está y sin embargo nos acompaña porque vuelve en cada lucha, la pregunta es: ¿queremos que otra vez ardan de entusiasmo los pueblos? Sí la respuesta es sí, y nosotros queremos ese sí, seamos como nos enseño el Protector, total y absolutamente intransigentes en el horizonte estratégico, y vamos adelante con el Plan Nacional de Vivienda Popular y la denuncia contra todas las situaciones irregulares para seguir avanzando hasta hacer a Uruguay otra vez. Somos Izquierda. Somos Patria!!!