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Enfrentamientos, muertos y militarización en Casavalle: “Contra la violencia, trabajo” debe ser la c

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 29 sept 2017
  • 6 Min. de lectura

Gustavo López, dirigente de la Unidad Popular abordó la problemática instalada esta semana y agregó: “contra la represión, pueblo organizado; capaz de decirle a las fuerzas del orden que no es a los tiros ni pateando puertas que lo va a resolver”. “Nunca se le pateó la puerta a un Peirano, a un Soloducho que se llevó una fábrica al hombro, a un Matías Campiani, aquí se mantiene cárcel de privilegio para terroristas de Estado violadores de los derechos humanos que fueron capaces de secuestrar y violar a mujeres y a niños”, sostuvo en contraposición. López aseguró “No hay antídoto más eficiente y más probado a escala planetaria contra la violencia, que el trabajo organizado y los valores fundados a partir de una educación para la libertad, que le haga comprender al individuo qué lugar ocupa en la estructura de producción y cuál es su papel en la transformación”. “250.000 uruguayos viven en asentamientos irregulares; entonces una vez más la combinación del trabajo, la vivienda, la atención de la salud, la recreación, la fuerza del pueblo organizado atrás de un proyecto de cambio es lo único que puede poner freno a este tipo de lógica represiva”, enfatizó. A continuación, reproducimos las consideraciones de Gustavo López respecto a este tema en declaraciones para La Juventud.

“La situación expresada en Casavalle es el resultado lógico y natural de la aplicación de un modelo social, político y económico que excluye a grandes mayorías, que va pauperizando las condiciones materiales de existencia de los sectores populares, que lo va degradando también desde el punto de vista de sus vínculos de integración social, y que genera una fragmentación socio-territorial que determina que por ejemplo en los 20 km que separan Casavalle de Carrasco, uno pueda encontrar en un extremo indicadores del primer mundo, de Bruselas, y en otro indicadores de Haití o de África, en materia de alfabetización, de acceso a los servicios, de maternidad infantil o el indicador que uno quiera elegir. Esta fragmentación no es producto de las casualidades, sino de la aplicación de un modelo económico que se viene sosteniendo en este país desde la dictadura en adelante, y que el Frente Amplio en algún sentido ha profundizado, que determina la concentración de la riqueza en pocas manos y la exclusión social generalizada, sobre todo en la periferia de Montevideo. La respuesta que el gobierno elige para el resultado lógico de su política, es una vez más la represión, la militarización de los barrios, la estigmatización de ciertas zonas de Montevideo. Un operativo policial sin precedentes, que lo que hace es cercar un barrio, privarle incluso a los vecinos de allí el derecho de ir a trabajar, el funcionamiento de servicios básicos como los centros infantiles, las escuelas, los espacios de uso y goce común del barrio militarizados; en el marco de lo que llaman entre bandas narcotraficantes, que en última instancia también son funcionales al mismo modelo económico y social que impulsa el gobierno. En ocasión de la discusión en la comisión multipartidaria de los temas de seguridad, nosotros dijimos que si aquí se quiere combatir en serio el narcotráfico, lo primero que hay que hacer es levantar el secreto bancario. Comprender que no son estas estructuras barriales las dueñas, las que generan del tráfico ilícito de drogas en Uruguay, sino que son estructuras trasnacionales, que han incluso penetrado en la región en los gobiernos; se conoce la situación de Méjico, Colombia, etc. donde hay narcojueces y narcopolíticos. En Uruguay no estamos muy lejos de que el avance de las estructuras del narcotráfico vinculadas al poder generen entre otras cosas el control territorial, como está planteado en esta disputa en algunos barrios. El camino de la represión es el de la profundización y la multiplicación de las expresiones de violencia. No hay forma de resolver elementos como estos vinculados a la pobreza, a la ausencia de referencias y de valores, que no sean a partir del trabajo y la educación. No hay antídoto más eficiente y más probado a escala planetaria contra la violencia, que el trabajo organizado y los valores fundados a partir de una educación para la libertad, que le haga comprender al individuo qué lugar ocupa en la estructura de producción y cuál es su papel en la transformación. Lo verdaderamente terrible, es que un gobierno del Frente Amplio, con un Ministro del Interior como Bonomi, que en alguna vez en su pasado remoto quiso enarbolar la bandera de los pobres, y hasta reivindicar a figuras de ese barrio como el Chueco Maciel, hoy sea la cabeza visible de un operativo de represión contra los pobres, antipopular, para sostener intereses vinculados al gran capital. Si queremos avanzar en la resolución de los problemas sociales que se expresan en Casavalle, Marconi, Casabó en la zona del Cerro, etc. tenemos que tener una fuerte intervención estatal y social en favor del trabajo y el empleo de calidad. Ese es el antídoto: “contra la violencia, trabajo”, esa debería ser la consigna a levantar. Y “contra la represión, pueblo organizado” capaz de decirle a las fuerzas del orden que no es a los tiros ni pateando puertas que va a resolver el problema. El mismo gobierno que se inclina frente a las trasnacionales, que ofrece exoneraciones impositivas de toda naturaleza al capital trasnacional para que desarrolle aquí su estrategia de acumulación por saqueo, por la primarización de la economía, es el mismo gobierno que raudamente sale a reprimir a los pobres.

Aquí nunca se le pateó la puerta a un Peirano, a un Soloducho que se llevó una fábrica al hombro, a un Matías Campiani, aquí se mantiene cárcel de privilegio para terroristas de Estado violadores de los derechos humanos que fueron capaces de secuestrar y violar a mujeres y a niños. Esos tienen condiciones de privilegio. Y los pobres, los desposeídos, los que fueron empobrecidos producto de la devastación del aparato productivo de este país, son los que reciben la respuesta del Estado en materia de represión y más represión, o en el mejor de los casos de un asistencialismo barato por parte del MIDES, que lejos de atender las causas estructurales de la pobreza, la perpetúa, porque sostiene con asistencialismo esta lógica de ampliación de los 2 ó 3 Montevideos: un Montevideo de lujo y opulencia, un Montevideo de trabajadores y capas medias que sobreviven con salarios miserables, y un Montevideo de indigencia y de exclusión absoluta de sectores que ya forman parte de 2, 3 ó 4 generaciones de individuos condenados a esta forma de existencia.

250.000 uruguayos viven en asentamientos irregulares; entonces una vez más la combinación del trabajo, la vivienda, la atención de la salud, la recreación, la fuerza del pueblo organizado atrás de un proyecto de cambio es lo único que puede poner freno a este tipo de lógica represiva. Finalmente, rechazar enérgicamente la respuesta represiva contra los pobres, y pensar que las causas estructurales de la violencia, están en este modo de organizar la vida y sobretodo la economía. Un punto de vista relevante a la hora de comprender cuál es la política del gobierno, es centrar el destino de los recursos presupuestales, y no la oposición de ideas retóricas con la oposición de la derecha tradicional. Al mismo tiempo que se posterga el necesario 6% del PBI para la educación; que se le niegan aumentos de salario a los sectores que son parte del proceso educativo, sobretodo a los maestros y profesores; que se estigmatiza todos los días desde figuras clave del gobierno como Mujica insultando al magisterio uruguayo y diciendo que son vagos; que para conseguir dineros para el Hospital de Clínicas, principal referencia de la salud pública de este país, hubo que desarrollar una intervención con la acción de la Unidad Popular y reducir el subsidio absurdo a la cerveza; al mismo tiempo el Ministerio del Interior viene aumentando su presupuesto en cada rendición de cuentas. El PADO, la policía de alta dedicación operativa, la policía en las esquinas, ha aumentado el presupuesto en cada una de las rendiciones de cuentas y particularmente en esa zona, en el eje de Casavalle-Borro-Marconi, hay una presencia permanente. ¿Cuál ha sido el resultado? El que conocemos; represión selectiva contra los jóvenes y los pobres, en un país que tiene una de las poblaciones carcelarias per cápita más grande de todo el continente, formada básicamente por jóvenes y pobres, con un sistema penal tan selectivo que solo los encarcela a ellos”.


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