Castillos: El modelo progresista destruye el paraíso rochense
- SGV
- 15 sept 2017
- 3 Min. de lectura

Por: Sebastián González Vignoli Redacción de La Juventud
Rocha tiene una enormidad de lugares paradisíacos. Playas, palmares, dunas y bellas lagunas conforman un entorno maravilloso. Sin embargo, el modelo económico del progresismo hace que la localidad de Castillos atraviese una difícil situación dominada por la falta de trabajo, la eliminación de la fauna y la flora autóctona y la alta tasa de suicidios.
Ohbar Fernández vive en Castillos desde hace más de 50 años. Ha vivido las diferentes etapas de la vida de su pueblo. Si bien nació en la localidad de Dieciocho de Julio, después de hacer un largo viaje por Brasil que lo llevó a sumar experiencias increíbles, se asentó en Castillos y allí echó raíces. Hoy se considera un “castillense” más. Trabajó como administrativo en Secundaria, ahora es jubilado y cada tanto sale a pescar a alguna laguna del lugar. Ohbar, con sus 77 años, es un ferviente militante de la Unidad Popular casi desde el mismo momento de la creación de la fuerza política de izquierda. Como buen militante de la UP, a Ohbar le preocupa la cuestión medioambiental, el trabajo, la vida y la naturaleza. Castillos es una localidad de unos 8000 habitantes. Se encuentra a 56 kilómetros de la ciudad de Rocha, la capital del departamento que lleva el mismo nombre. Castillos está entre dos enormes lagunas: al norte, la Laguna Negra, también conocida como Laguna de los Difuntos; al sur, la Laguna de Castillos. La biodiversidad que se aloja allí es enorme y sumamente rica. Diversas aves, reptiles y peces forman parte un delicado ecosistema que deber ser protegido. Ohbar siempre fue un amante de la pesca y la naturaleza. Salía habitualmente a pescar y a navegar en bote. Hoy en día está preocupado porque mucha de la fauna que habitaba en las lagunas se ha perdido. Cuenta que las bandadas de aves, como chajás, patos picazos, mazaricos, cigüeñas, cisnes rosados, garzas blancas y gansos, cruzaban de una laguna a la otra debido a que muchas de estas aves ponían sus huevos en una laguna y se alimentaban en la otra. Hoy en día, según cuenta, muchos de esos animales han desaparecido. Ohbar cuenta que, durante el primer gobierno frentista, fueron vistos varios cazadores españoles que depredaron la riqueza de la fauna de esa zona. Según contó, estos cazadores le pagaban a baqueanos de la zona para que tiraran semillas que las aves se juntarían a comer en bandadas y de esa manera sería más fácil cazarlas. La forestación y el cultivo de soja han cambiado también el paisaje de Castillos. Los agrotóxicos han contaminado el agua de las lagunas y la plantación de eucaliptus ha destruido el suelo y ha terminado con parte de la flora nativa. “Hace unos años, a Castillos la llamaban la capital del medio ambiente, pero eso no sirvió para nada”, explicó. Rocha es conocido por sus enormes y exótico palmares que cubren más 66 mil hectáreas. Ohbar contó a La Juventud que los palmares de Castillos, formados por enormes palmeras Butiá, se están extinguiendo y no están siendo protegidos de la manera adecuada.
La falta de trabajo
Como sucede en varias localidades del interior del país, Castillos también padece de la falta de trabajo, principalmente entre los más jóvenes. La forestación ha expulsado a varios productores rurales pequeños de la zona. Muchos de ellos –o sus hijos– han terminado engordando los cinturones urbanos de Castillos. Ohbar contó que “la gente de mucha plata” y los comerciantes están preocupados por poner “cámaras de seguridad, alarmas, perros, rejas y sirenas”. “Acá vivimos todos de lo mismo, vivimos del Estado. Acá somos jubilados, pensionistas, empleados de la policía, del hospital, de secundaria, de primaria, del municipio, de vialidad, del correo. No hay trabajo para los jóvenes, se están yendo”, explicó. Varias escuelas rurales han cerrado en el entorno de Castillos, según contó, debido a que las zonas rurales se han despoblado enormemente. “El Frente Amplio ha terminado con el pueblo de Castillos. Ya no quedan medianos productores. Han vendido al gran capital porque no pueden pagar los impuestos”, subrayó. “El pueblo de Castillos está en extinción. En Castillos no nacen más niños. A las madres las mandan a Rocha o al Chuy o a Maldonado. Es una región que la están extinguiendo”, contó Ohbar con preocupación.
La alta tasa de suicidios
Según un informe del diario El Observador publicado en agosto de este año, Castillos tiene una de las tasas más altas de suicidios, principalmente entre los jóvenes. A nivel nacional, la tasa de suicidios en 2016 fue de 20,37 cada 100 mil habitantes. Sin embargo, en la localidad de Castillos fue de 106 cada 100 mil habitantes, es decir, 5 veces más que el nivel nacional. En el informe, los vecinos hablan de cuatro suicidios por mes.
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