Realidades: Lujos para la casta gerencial, miserias para el resto

Días pasados tuve que concurrir al predio del LATU a los efectos de hacer una gestión, ahí es donde están por ejemplo los 12 (si doce) gerentes del Plan Ceibal, los mismos que cobran más de un millón de dólares al año entre sueldo, salario vacacional, aguinaldo y un bono anual que puede llegar a entre uno y dos meses de sueldo.

Prof. Andrés Freire

Pase la puerta del predio, rodeado de alambrados y custodiado por un guardia de seguridad, fue como salir de Uruguay y entrar a otro país, en realidad simbólicamente fue eso, salí de nuestro país, del país que conocemos y padecemos por momentos los docentes de aula por ejemplo y entre al “paraíso” de la casta gerencial. Una hermosa fuente nos recibía a pocos metros, un pequeño parque, bancos para sentarse, autos algunos de un precio importante por todas partes, y personal de servicio limpiando en varios lugares era parte del panorama. Ahí en ese medio con salarios y beneficios de los que la gran mayoría muchas veces ni se aproxima trabaja parte de la casta considerada prioritaria por las actuales autoridades políticas y las pasadas también. Hay centros educativos con graves problemas edilicios y las soluciones se dilatan, demoran o directamente no llegan, lugares donde la limpieza es un problema acuciante, mal iluminados sin espacios dignos para los niños, adolescentes y adultos, pero todo eso aquí evidentemente no pasa. Esta es la realidad de nuestra sociedad actual, una sociedad partida cada vez más en tres grandes sectores, la capa marginal por un lado, la nueva clase alta gerencial, que se multiplica y crece a costa como en este caso del supuesto presupuesto educativo, y el resto. Una escueta frase en la respuesta al pedido de informes del que hemos hablado en varias ocasiones dice: “paga aguinaldo y salario vacacional conforme con la legislación presente. Adicionalmente puede pagar bono de acuerdo con la política vigente…” Supuestamente el Plan Ceibal es un plan educativo, por lo que estamos hablando de educación pública, aquí desde la época de la dictadura fascista el salario vacacional docente no existe, y tampoco por supuesto para los funcionarios de servicio o administrativo, sin embargo con una escueta frase, se recuerda como los más privilegiados son los más felices. Lo simbólico, en una palabra, en un gesto, en lo arquitectónico y en el paisaje, demuestra quien vale y quien no, eso es el progresismo …