Juan Lacaze sigue esperando por trabajo genuino: Fanapel busca nuevos negocios con mucha energía
- La Juventud Diario
- 5 sept 2017
- 4 Min. de lectura

Fanapel cerró sus plantas de producción en Juan Lacaze en el mes de febrero, pero como empresa sigue viva y activa en nuestro país.
La sociedad anónima Fábrica Nacional de Papel SA (Fanapel) que cotiza en la Bolsa de Valores, perdió más de 50 millones de dólares en el ejercicio anual cerrado al 31 de mayo, mientras que en 2016 había registrado ganancias en casi 5 millones de dólares. Esta situación es la que llevó a la empresa a cerrar su planta productiva en Juan Lacaze, dejando sin trabajo a 260 trabajadores. Según el balance, en este ejercicio bajó sus pasivos de más de 68,5 millones de dólares a menos de 46 millones de dólares, pero sus activos se vieron reducidos de algo más de 194 millones de dólares a 116 millones. Según informa El País, el balance da cuenta que el día 21 de marzo “la sociedad firmó un acuerdo con sus trabajadores sobre un plan de indemnización por despidos” de los que había reconocido US$ 5.883.000. En este acuerdo, la empresa no podía disponer libremente de su maquinaria y establecimientos hasta tanto saldara su deuda con los trabajadores en el entorno de los 6 millones de dólares, lo que se concretó a finales del mes de agosto. Mientras tanto, la empresa prosigue su actividad comercial en nuestro país, en el negocio del papel y todo lo relativo a ello, prescindiendo de la producción propia. Según reza en el balance, “los planes de la dirección consisten en proseguir comercializando papeles y otros productos importados en el mercado local mientras se continúan evaluando alternativas para intentar retomar las actividades industriales a mediano plazo, en el caso que se concluya que ellas sean viables, lo cual es incierto a la fecha”.
Reconversión empresarial
Pocos meses después de cerrar el negocio fracasado de la fabricación de papel, Fanapel solicitó al gobierno una autorización para reconvertir su actividad, en busca de nuevos negocios. En 70 días, la Dirección Nacional de Energía amparó la solicitud de la empresa. El Ministerio de Industria Energía y Minería (MIEM) autorizó a la empresa Fanapel a generar energía eléctrica con biomasa. Según los trascendidos el negocio consistiría en vender energía a los parques eólicos, ya que tienen asegurado por UTE la compra de una cierta cantidad de energía, y cuando el recurso (viento) no les permite generar la energía suficiente, podrían utilizar la generada por Fanapel para cubrir su cuota. Fanapel intentaría de este modo aprovechar parte de la infraestructura de la que dispone y en buenas condiciones, para desplegar un nuevo negocio, redituable. Como sabemos, cuando el negocio de la fabricación del papel no le fue rentable, cerró su producción; del mismo modo, explora iniciar actividades en otro negocio que sí lo sea. La empresa pidió esta autorización a principios de junio, 5 meses después de cerrar la planta de papel, buscando reconvertirse para mantener su nivel de negocios en un sector que ya tiene experiencia, porque desde 2012 ya generaba parte de la energía para su fábrica. La Directora Nacional de Energía, la ingeniera agrónoma Olga Otegui, confirmó consultada por Radio Uruguay que la autorización concedida a Fanapel el pasado 15 de agosto es para comercializar la energía que pueda generar, aprovechando los contratos que tenga en cuanto a abastecimiento de madera con empresas forestales. Es bueno recordar que los parques eólicos más que un cambio en la matriz energética, ha sido un tremendo negocio privado, y un funesto negocio para el Estado, por la forma en la que se ha implementado. El Estado los promueve brindando préstamos a través del Banco República para su instalación, y asegura a los privados la compra de una cuota de energía a un precio mucho mayor a la que produce en sus represas hidroeléctricas, que en estos tiempos por ejemplo se ha tenido incluso que resignar generar energía a bajo costo por las compromisos asumidos de compra a privados. Estos negociados de privatización de la energía eléctrica son a costillas de las ganancias del ente estatal, que en el primer semestre del año cerró con un balance positivo por más de 300 millones de dólares, pero que no redunda en beneficio de la mayoría de los clientes, que son la población uruguaya, y los pequeños y medianos comerciantes y productores.
Reconversión para los trabajadores
No tan efectivas fueron las medidas del gobierno para atender la debacle del pueblo trabajador lacazino. “No podía caber otra posibilidad que el Gobierno estuviera junto a ustedes, porque la realidad que viven ustedes no es la que se ve desde atrás de un escritorio”, dijo el presidente Vázquez en Juan Lacaze, semanas después del cierre de la planta productiva de Fanapel donde asistió con los ministros Danilo Astori, Víctor Rossi, Ernesto Murro, Carolina Cosse y el director de la OPP Álvaro García. Allí concedió un seguro de desempleo especial de 1 año para quienes perdieron sus empleos - unos 300 contando los dependientes de empresas tercerizadas por Fanapel-; un emprendimiento privado de polo logístico exento de impuestos que recibiría un préstamo de 10 millones de dólares del BROU; otra iniciativa privada de un barco de carga para transporte fluvial a Buenos Aires también con crédito del banco país; un nuevo puerto libre exento de impuestos igual que una zona franca; todas iniciativas que siguen esperando y que se anunciaba que darían trabajo. También se anunció incentivo a pequeños y medianos emprendimientos en la zona; en particular Vázquez se refirió a la textil Puerto Sauce, una cooperativa la cual se analizaría su viabilidad; la que pasados los bombos y platillos de su visita por la localidad, el MIEM directamente le bajó el pulgar al emprendimiento, condenándolo a su hundimiento al realizar un análisis negativo y rechazarle cualquier tipo de beneficio, préstamo o subsidio. Concretamente para los trabajadores, Vázquez había anunciado además de subsidios por desempleo, una serie de iniciativas de capacitación para su reconversión a través del Inefop que “totalizan una inversión de casi 17 millones de pesos”. Posteriormente, la Ministra de Industria Carolina Cosse había anunciado que adelantaría la instalación de la fibra óptica en el departamento, lo que permitiría emplear provisoriamente a unos cuántos trabajadores.
Tal como lo dijo el gobierno a través del primer mandatario in situ, todas las baterías puestas en atender las necesidades laborales de la población de Juan Lacaze; sin embargo aunque no se sabe absolutamente nada del posible negocio, genera mucho más expectativas los empleos que pueda ofrecer Fanapel con su nuevo emprendimiento.
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