Columna: Seremos gobierno

Hoy deseo hablar de una nueva victoria de la Unidad Popular y por ende del pueblo Oriental. Bien podría haber titulado esta nota “crónica de una victoria anunciada”, y refiero al festejo y acto que realizamos el pasado 25 de agosto en Lezica. La Agrupación Jorge Briceño de la Zona Norte de Montevideo había decidido festejar los triunfos obtenidos por la Unidad Popular en el parlamento y en la lucha en la calle. Para eso invitamos al maestro Abella a Gustavo López y al diputado del pueblo Eduardo Rubio. Y además cantar con Julio Fernández y comer una rica buseca. El fin era bien claro: acto y buseca gritaban nuestros carteles y volantes caseros. Debo aclarar por si hay algún despistado, que esta agrupación al igual que todas las del 26 se autofinancia y precisábamos recaudar algún dinero para el alquiler del local. Y la cosa no era fácil, pero ¿lo fue alguna vez? El único camino que conocemos y que esta organización nos enseñó es TRABAJAR, y eso fue lo que hicimos. Así que metimos pata varias semanas, pintamos carteles, repartimos volantes, llevamos invitaciones personales, vendimos tiquetes por adelantado, y HABLAMOS con muchos vecinos. El triunfo de la actividad dos semanas antes era seguro, 40 tiques vendidos lo presagiaban. Pero el tiempo comenzó a jugar en contra y empezó el invierno cuando nos arrimábamos a la primavera. El viernes anterior al acto, reunidos los compañeros (como todos los viernes) decidimos en conjunto que como fuera la actividad salía, (70 platos encargados) tenían sobradas razones para ir pa’lante. Y todo estaba pronto dos días antes, pero el agua caía a baldes y comenzaba a afectar a mucha gente, gripe y dolores de huesos atacaban a varios compañeros y ante la duda de algunos, la agrupación hizo honor a su nombre “Jorge Briceño Mono Jojoy “, revolucionario bajo sol, agua, piedra, balas y bombas, que era entonces un temporalito para nosotros. Un día antes 24 de agosto una compañera sufre un accidente y seguía cayendo agua, y la agrupación sacaba fuerzas de todos lados y seguía para delante. 25 de agosto 8y30 de la mañana se juntan los compañeros y bajo un diluvio aprontan una toldería típica de campamento obrero, y arrancan con la buseca. 10y30 comienzan a llegar compañeros a dar una mano. 11 y poco, se arma truco (no cuento quién perdió por solidaridad con los cros.), 12 y 30, 13 pierdo la cuenta pero el local está lleno hace un rato. Prendimos fuego, los vecinos comienzan a levantar los encargues. Habla Gonzalo, luego Gustavo y cierra el Flaco. Comen, cantan, beben y brilla lo bueno. No puedo decir qué hablaron los compas, no dimos a basto atendiendo a los comensales, pero sí puedo decir lo que disfruté escuchando a Julio. Resumiendo, fue un gran triunfo, reafirmamos nuestra fuerza, nos unimos más y demostramos que “pa’ atrás ni para tomar impulso”. No voy a mencionar cuánto recaudamos pero sí puedo decir que podemos pagar tranquilo el alquiler, podemos comprar material para propaganda y hacer algún pequeño arreglo al local. Alguien preguntó cuántos éramos y de verdad no los contamos, pero 80 platos de buseca, 15 chori, 5 tiras de asado, 6 pechugas de pollo, 15 litros de vino, 6 de refresco, una asadera de pascualina, una torta y 2 budines no lo comen 10. Y escribo 10 porque era lo que había el sábado 26 en el local del Frente Amplio. Acá no se rindió nadie, no se cambió la fecha, ni la hora y acá se demostró que SÍ SE PUEDE. Por último, un fuerte abrazo a todos los que participaron, a los compas de la Salerno solidarios siempre, a los vecinos que apoyaron y eso dice mucho, a Gonzalo, Gustavo y Eduardo, a los compas de todos lados que llegaron y a Julio ese enorme artista que por suerte esta acá, a los que no pudieron venir pero que nos dieron para delante.

Y para despedirnos ya los invitamos para el próximo 25 de agosto a celebrar luchando y a comer LA BUSECA!!

Poesía.

¿Mal tiempo? Truenos, lluvia y humedad Mojados izquierdistas dispuestos a luchar El rengo prende el fuego y el chino frita cebolla Raúl; nervioso, hace de todo, la Delma en cama rezonga El agua rabiosa y espumosa los desafía, Sube el cordón de la vereda, cambia de dirección y cae un rayo Al unísono lanzan una puteada, HIJA DE PUTA!!! Llega Walde, Alba, Pedro, humo, vino y reencuentros. Rampla baja de la moto, y el holandés afirma “¡al mediodía para!” Un vecino parte con vianda llena, suenan bocinas. Entonan “Credo” Abrazos y rostros alegres, Julián pide un vino, Richard lo acompaña y Alicia habla bajito. Y juntan los vasos, lavan las ollas, apagan el fuego, barren el lugar Se miran, sonríen, y alguien dice, “si se puede”

Luis Pérez