Fetiche progresista- Gobierno insiste con las PPP en la salud: tras fracaso en el Clínicas, van por
- La Juventud Diario
- 24 ago 2017
- 3 Min. de lectura

La exposición a la que está sometida la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) a raíz de la Comisión Investigadora de su gestión por iniciativa del diputado de la Unidad Popular Eduardo Rubio, ha puesto al descubierto una serie de irregularidades de grueso calibre en la entidad pública prestadora de la atención de la salud. Por detrás de ella, se encuentra la privatización de la salud, concebida como mercancía por el Sistema Nacional Integrado (SNIS).
Producto de la reforma de la salud llevada adelante por el Frente Amplio desde su primer período de gobierno, la política privatizadora como pilar medular de las sucesivas administraciones progresistas se ha enraizado también en este sector. Hoy se propone dar un paso más en cuanto a las privatizaciones, tratando de suscribir a la salud pública a la Ley de Participación Público Privada (PPP), mecanismo privatizador estrictamente neoliberal impuesto por el gobierno, que supone delegar en privados la gestión de ciertos servicios cobrando un abultado canon durante décadas, a cambio de realizar una determinada obra y su mantenimiento. En plena controversia por el inminente comienzo del trabajo de la Comisión Investigadora, y la decisión del Directorio de ASSE de remover a los directores del Hospital de Rivera a consecuencia de tomar estado público las graves irregularidades que se le investigan, y la licencia por motivos personales de la Presidenta de ASSE Susana Muñiz, la entidad prestadora de los servicios de salud pública planteó al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) la posibilidad de refaccionar el Hospital Pasteur mediante el mecanismo de Participación Público-Privada (PPP). La carta enviada al MEF y dirigida al Ministro Danilo Astori, fue firmada por el presidente interino de ASSE, Mauricio Ardus, tras la sesión del directorio de la semana pasada. Según informa El País, en ella señaló la “intención” de ASSE de “hacer uso de la modalidad” de PPP “para realizar la segunda etapa de las obras del Nuevo Hospital Pasteur”, cuestionadas en algunos aspectos por el diputado Rubio por serias irregularidades y beneficio a empresas privadas. Se explica que “estamos concluyendo las obras de la primera etapa” que incluyen “emergencias, block quirúrgico, centro de materiales y cuartos médicos”, pero se advierte que “visto el estado de avanzado deterioro del edificio donde permanecerán funcionando el resto de los servicios del hospital, resulta imprescindible continuar con la ejecución de la segunda etapa que comprenderá las áreas de internación y servicios de apoyo médico, asistenciales y administrativos, integrando todo el hospital en una única planta física”. Tras esta determinación, viene el camino que ya conocemos, que recorrió la Universidad de la República, cuando fue acorralada a aceptar la también urgente remodelación de su planta edilicia y la necesaria refuncionalización del Hospital Universitario. Se deberán presentar “los estudios de prefactibilidad o factibilidad” ante el MEF y la OPP para que esta última preste su conformidad técnica y asesoramiento”. “Obtenido el informe favorable a la elegibilidad del proyecto, o en su defecto el documento que establezca que se prescinde de dicha evaluación, y el informe emitido por parte de la OPP, deberá ser presentado ante este organismo y el MEF un documento de evaluación para que este último se expida”. En estos tiempos en los que las farmacias no saben si pueden o no vender marihuana, si el vicepresidente continuará o no en su cargo o si es o no respaldado por su fuerza política, en tiempos en los que no se sabe si un director de un hospital se mantendrá o no en su cargo y si lo mantiene los agentes de su sector político en la administración o no le baja el pulgar el propio presidente de la República, que no se sabe quién podría ser candidato a la presidencia del oficialismo ni tampoco qué partido gobernará en nuestro país en el próximo período, lo que no está en duda es el incansable motor privatizador del gobierno del Frente Amplio. Estará una vez más en manos de los trabajadores y el pueblo organizado y los actores políticos consecuentes en la defensa de la salud pública, tirar para atrás una vez más las PPP en otro de los hospitales más importantes del país.
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