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Gustavo López: “En este país se pasa hambre a dos cuadras de las vacas”

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 18 ago 2017
  • 10 Min. de lectura

El integrante del Coordinador Nacional de la Unidad Popular se refirió a la contestación del presidente Vázquez en el Consejo de Ministros abierto a una pensionista que lamentó entre sollozos los $3.000 que cobra. Gustavo López agregó “En este país se pasa hambre contemplando y digo hambre porque lo que decía esta señora era expresión de hambre, y hasta el rostro de esta señora era expresión de hambre. Entonces en esta contraposición de visiones de país, de poder o de actitudes… ¿Usted vio con qué voz acaramelada le habla Tabaré Vázquez a los empresarios, con cuánta fineza diplomática recorren el mundo ofreciendo el país al mejor postor y las mejores condiciones para la inversión extranjera directa, saqueadora, privatizadora de la economía?”. A continuación, un fragmento de la entrevista realizada por Efraín Churi Iribarne en Mañanas de Radio (CX 36).

Antes de meternos de lleno en el análisis de esta situación generada en el consejo de Ministros, yo quiero hacer una breve consideración preliminar para de alguna manera preparar el terreno de lo que uno pretende decir. somos plenamente conscientes de la responsabilidad que supone emitir opiniones, reflexiones, consideraciones en un medio de comunicación y por tanto esa responsabilidad nos impone también cuidar ciertas formas, cierta corrección política, cierto modo de comunicarme con la audiencia. y cuando se nos impone opinar acerca de un tema que lo ubicamos en el casillero de lo intolerable, de lo insoportable para la racionalidad y sensibilidad de izquierda, uno tiene que tener mucho cuidado porque la indignación le gana a la razón en estos casos, y uno no puede más que expresar en primer lugar un visceral repudio a esta actitud de soberbia, de desprecio frente a una situación en donde en estas puestas en escena que hace el gobierno por el país, una puesta en escena con un elenco que cada vez desafina más, que no puede ajustarse a un libreto, que da cuenta de un gobierno en franco deterioro, en descomposición en su vínculo con la gente. Poblado de dificultades desde todo punto de vista en el plano de la corrupción, en el plano de la ética y el manejo de los fondos públicos, en el marco de lo que ha sido la reciente rendición de cuentas donde el gobierno reafirma un camino de ajustes antipopular, una vez más trasladando el costo de las dificultades económicas sobre las espaldas y los bolsillos de los trabajadores y los sectores medios. En ese marco, en esa puesta en escena que el gobierno desarrolló en Nuevo Berlín, una señora de este pueblo le enrostra al presidente la realidad que todo el mundo conoce, le dice que tiene una pensión de $3.000, le dice además que sus hijos, dos peones rurales, se van a trabajar con un café negro en la panza y que en su establecimiento laboral si no se avalanchan sobre la olla no consiguen comer. Frente a este testimonio, frente a este relato que es rigurosamente cierto, que todo el mundo sabe que esa es la situación y la realidad que viven decenas de miles de trabajadores en este país, conteste recitándole un conjunto de leyes y decretos que el gobierno ha impulsado en este período para favorecer a ese sector. Entonces lo recita con la soberbia que lo caracteriza y con esa irritación que le da al presidente Vázquez cuando el pueblo mismo, el pueblo como es, le enrostra la realidad en su cara, desconoce que le estaba planteando a esta señora una serie de derechos virtuales que nunca le llegaron a la puerta de su casa del establecimiento donde trabajan sus hijos. Porque no es en Nuevo Berlín, ni en san Javier, ni en Paso Carrasco a unos kilómetros de Young, es en la totalidad del trabajo real en este país, en donde se trabaja en condiciones propias del siglo XIX, en donde esos derechos consagrados en el cuerpo legal no se expresan en las relaciones concretas de trabajo de quien tiene que salir a vender su fuerza de trabajo por un jornal obligado. Cuando Tabaré Vázquez le contesta de este modo a la señora -por eso yo decía de cuidar la forma nosotros-, uno siente que es muy difícil contener el estado de bronca que genera ver a alguien desde el poder despreciando el mundo del trabajo, despreciando al pueblo pobre. Uno siente casi que una inclinación natural a proferir un improperio, a decir “¿pero será posible?”. Porque en el mundo real quien desprecia a los de abajo se abraza a los de arriba; en el mundo real de las relaciones humanas de hombres y mujeres de carne y hueso que luchan todos los días para sustentar a su familia, en ese mundo donde decenas y cientos de miles de uruguayos todos los días se levantan a las 6 de la mañana para vender su fuerza de trabajo a cambio a veces de un plato de comida y unos pesos para cubrir los servicios básicos elementales como el agua, la luz y poca cosa más. En ese mundo real lo que uno debería plantearse es: habrá muchas formas de concebir la relación entre el poder y la gente. Ahora desde el punto de vista de la izquierda hay una que es central: el respeto y el aprendizaje que se debe hacer desde los sectores populares, desde nuestra gente, desde el mundo del trabajo, desde la pobreza, sobre todo desde la pobreza rural, muchas veces tan lacerante porque en este país se pasa hambre a dos cuadras de las vacas. En este país se pasa hambre contemplando y digo hambre porque lo que decía esta señora era expresión de hambre, y hasta el rostro de esta señora era expresión de hambre. Entonces en esta contraposición de visiones de país, de poder o de actitudes… ¿Usted vio con qué voz acaramelada le habla Tabaré Vázquez a los empresarios, con cuánta fineza diplomática recorren el mundo ofreciendo el país al mejor postor y las mejores condiciones para la inversión extranjera directa, saqueadora, privatizadora de la economía? ¿Qué expresión usa cuando va a los foros empresariales y en contraposición como le habla a esta señora, a esta mujer? ¿Por qué tanta dulzura para el capital y tanta dureza para el pueblo? ¿Por qué le habla así a esta señora que le estaba enrostrando su realidad? Que por cierto no es la realidad única de esta señora de San Javier, porque el propio gobierno o el propio presidente conoce, debe conocer o sus asesores les deben informar cuales son las cifras que en este país su propio gobierno reconoce respeto por ejemplo de la infantilización de la pobreza, problema terrible en el Uruguay que no han podido resolver. Entonces hay que pensar también en términos de posición dialéctica la realidad y decir cómo este hombre que se pasea desde los campos de Anchorena del brazo de Bush, que le rinde pleitesía a cuanto gringo pisa este país, que recurre el mundo ofreciendo los recursos naturales para los emprendimientos extractivistas saqueadores y después responde con esta virulencia, con esta soberbia a una mujer de nuestro pueblo, nosotros debemos pensar eso. Rubio dijo que cuando alguien está desbordado de problemas en general salta frente a lo más mínimo y yo creo que el gobierno está desbordado de problemas, ha perdido la forma, el rumbo y lo único que tiene para ofrecer a nuestra gente es este tipo de actitud. Actitud que para decirlo como nos sale nomás es propia no solo de un soberbio, es propia de quien ve el mundo del otro lado, del que se ha acostumbrado a esa vida de nuevo rico y le parece escandaloso que alguien le diga que los hijos se van a trabajar con una taza de café negro, que tienen que abalanzarse frente a una olla en el establecimiento rural para poder llevarse algo caliente para pasar la jornada. Le llama desagradecida y con eso lo que hace es de alguna manera trasladar la responsabilidad, parece que esta señora es responsable de su pobreza y siempre se exime de responsabilidad a los sectores poseedores de la riqueza, en un país donde 25 mil personas -esto es lo que entra la tribuna del Estadio Centenario- controlan un cuarto de la riqueza nacional, en ese país se responsabiliza a una mujer de campo por su pobreza, se produce una humillación en público y esto es intolerable, invancable, insoportable, no se puede humillar en público ni en privado pero mucho menos en público a una mujer de este pueblo como lo hizo ayer el presidente de la república frente a las cámaras de televisión y para quien quisiera verlo. Decía esa vida de nuevo rico, ese lugar desde donde ve el mundo los arrastra a este tipo de situaciones y nosotros si algo no podemos bancar y lo tenemos que señalar con toda la dureza es esto que se les falte el respeto a los de abajo, sobre todo cuando en el otro extremo aparecen cándidos y acaramelados cuando hablan con el poder No sé qué reflexión habrá hecho esta señora cuando recibió esa respuesta, pero de lo que sí estoy seguro es que buena parte de la inteligencia sensata de este país, de la tradición de la izquierda, la sensibilidad del campo popular, de los trabajadores y trabajadoras cuando vieron ese video sintieron algo similar a lo que sentimos nosotros. Y quien percibe que eso es exactamente lo que quiere el gobierno tiene que sumarse al repudio, a la indignación, señalar que quien le falta el respeto a la clase obrera de este país no ha entendido nada de la historia de este país, no de la historia reciente, de la historia desde los tiempos de la colonia y la independencia, este país se hizo a partir del esfuerzo del trabajo organizado y nosotros creemos que ser de izquierda es muchas cosas, lo hemos dicho acá varias veces pero sobretodo pensar el mundo desde el punto de vista de los trabajadores, de los explotados, los oprimidos y cuando se pierde esa perspectiva lo único que hay que esperar es esto, degeneración, corrupción, soberbia, mirar al mundo desde la torre de no sé qué sin rozar siquiera la realidad y no puede quedar esto como una simple anécdota de un dicho desafortunado, el presidente de la república preso de cierto nerviosismo por la situación política nacional, no, esto es una conducta sostenida del gobierno que inició entre otros José Mujica cuando despreció públicamente a los maestros, al magisterio uruguayo, yo digo si en Uruguay todavía hay educación pública es entre otras cosas por el vínculo vocacional, abnegado y cotidiano de los maestros de este país al que Mujica trató de vagos y de dejar tirados a los niños, el desprecio sostenido y permanente que lo puede uno cuantificar en los registros de Internet, del conjunto de expresiones que tuvo Mujica referida a los funcionarios públicos de este país, todas estigmatizantes a lo que continua naturalmente en la misma línea el doctor Tabaré Vázquez, expresiones de desprecio en público y luego la política económica de desprecio concreto, objetivo, material que graba el salario, que deja el conjunto de las relaciones económicas sujetas a los vaivenes del mercado que subordina la economía nacional e intereses foráneos de modo tal que también por esa vía se desprecia el mundo del trabajo. Se desprecia el mundo del trabajo cuando se insulta a una mujer del pueblo en Nuevo Berlín y se desprecia cuando niega recursos para la educación, para la salud y para el salario en la última rendición de cuentas o cuando se tolera y de pronto más adelante podemos abordar estos temas, que con el dinero público y el dinero público destinado nada más y nada menos que a la salud de los pobres se terminan enriqueciendo sectores privados vinculados a las esferas del gobierno y del poder, ese es el modo de hacer política que nosotros tenemos que enfrentar con dureza y levantar una perspectiva, una alternativa de izquierda. Se sorprende Vázquez cuando alguien le dice que algunos cientos de kilómetros de Montevideo en Uruguay hay hambre, pero en Montevideo vivimos una situación de segmentación. Necedad que además lo conduce a niveles de desprecio como señalábamos inauditos, inadmisibles, no en Nuevo Berlín en la capital aquí en Montevideo vivimos, esto es objetivamente comprobable, registrado del punto de vista estadístico, alcanza a poco que uno salga a recorrer esta ciudad, vivimos un nivel de segmentación socio cultural que determina que los 15 kilómetros o 20 que separan Carrasco o Punta Gorda de Marconi o Casabó o Borro uno tenga en un extremo niveles del Primer Mundo indicadores de Bruselas en materia de natalidad infantil, de educación, de acceso a servicios, etcétera y en el otro extremo indicadores de Haití o de África, en 15 kilómetros, entonces se sorprende y se indigna, se irrita Tabaré Vázquez por esta verdad enrostrada por esta señora valiente de Nuevo Berlín a la que a la distancia por lo menos saludamos y sentíamos ganas de abrazarla ayer cuando vimos el desprecio con que fue tratada; pero tómese una mañana Tabaré Vázquez y váyase a ver cómo viven cientos de miles de uruguayos que todavía viven entre chapas y cartón en asentamientos irregulares sin saneamiento, dónde comen esos gurises, con qué se visten, tómese un 149 como me tomé yo hoy a las 8 de la mañana que venía de Mendoza y vea el rostro de la gente que venía a trabajar, la expresión, como vienen ataviados, de qué manera salen de su casa en invierno a trabajar, observe la realidad, repare los detalles, respete a su gente y si no sea consciente que podrá disfrutar por ahora esa breve brisa de viento a favor que puede tener y podrá embriagarse de poder, pero el viento de la historia arrasa lo soberbio y el viento de la historia pone en su lugar a los que hacen este tipo de cosas. Nosotros que como Unidad Popular pretendemos con toda modestia defender el punto de vista de la izquierda, el programa de la izquierda, la tradición de la izquierda y el campo popular, decimos que vamos a reaccionar siempre cuando se ofenda, se humille a nuestro pueblo a la hora de ponerse en actitud obsecuente y mendigante frente a los intereses del capital como hace este gobierno. Entre las cosas que Tabaré le dice a esta señora ayer, usted debería ser agradecida, entonces debería agradecer sus desdichas y la de su familia, debería agradecer las condiciones materiales de existencia a la que es condenada, ¿saben quiénes son los agradecidos con este gobierno, que hacen público su agradecimiento a este gobierno?, las cámaras empresariales, los sojeros, el agro negocio, la inversión extranjera directa, esos son los agradecidos con este gobierno que le ha propiciado las condiciones para multiplicar exponencialmente su tasa ganancia, para pesar el dinero al tiempo que condena a trabajadores a condiciones de vida propias del siglo XIX, entonces Tabaré y su séquito en lugar de enrostrarle a esta mujer, recitarle esa lista de derechos debería reconocer la realidad. Las 8 horas en el papel -que Tabaré parece que descubrió la pólvora- por las que murieron los mártires de Chicago en 1886, si no salen del papel a la realidad son letra muerta y para decena de miles de trabajadores de este país eso es letra muerta que no sirve ni siquiera como referencia, peor todavía porque sabe lo que tiene en el cuerpo legal y que no lo puede hacer realidad. No hace mucho tiempo atrás estuvimos en un pueblo llamado Paso de la Cruz a 30 y pocos kilómetros de Young, cercado por las forestales y estos tambos de última generación de capitales internacionales, no había día de descanso en el tambo, ya no 8 horas, no había descanso semanal, se trabajaba de domingo a domingo, en la forestación había trabajo nocturno en el medio del monte sin reparar en la más mínima condición para el trabajador y qué tipo de salario se paga, los que el propio gobierno reconoce en sus estadísticas oficiales, 600 mil trabajadores por debajo de los $20.000, 800 mil por debajo de los $25.000, 200 mil jubilados con $12.000 de jubilación, los que el propio gobierno reconoce Seguramente abordemos otros temas pero en primer lugar reconocer la valentía de esta señora, uno sinceramente sentía ganas de abrazarla y decirle no se deje humillar por esta gente, no se deje humillar usted es la mujer de este pueblo no esta gente.


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