Columna- Venezuela: hacia el día D.
- La Juventud Diario
- 24 jul 2017
- 2 Min. de lectura

Escribe Gonzalo Abella
Integrante del Coordinador Nacional de Unidad Popular
En estos últimos días, la derecha golpista de Venezuela ha desplegado al máximo todas sus fuerzas. Dese afuera se financia el sabotaje, el desabastecimiento artificial, el terrorismo. De afuera vienen las armas, los explosivos, las máscaras y las drogas distribuidas masivamente entre los lumpen contratados para las “guarimbas”. Y también desde afuera, con complicidad empresarial de adentro, se bombardea a la opinión pública mundial con una campaña orquestada de mentiras y calumnias peor que en los tiempos de la “Guerra Fría”. Pero la derecha golpista no puede mantener indefinidamente esta presión sobre el pueblo, ni sus mentiras pueden sobrevivir eternamente al paciente y tenaz trabajo de los militantes bolivarianos. El mismo sector del pueblo que se cansó de las penurias sin entender a veces quién era el responsable, que por un momento dudó de la revolución, ahora se está cansando de la violencia fascista que es odio sin propuestas y que pide la intervención extranjera. La opinión pública, aún sus sectores menos politizados, va comprendiendo. Por eso la derecha necesita victorias rápidas e irreversibles, y por eso despliega todas sus fuerzas en esta coyuntura. El talón de Aquiles de una revolución popular (en un marco institucional democrático burgués) es el carnaval electoral donde se invierten capitales multimillonarios y se alquilan y maquillan candidatos. Usualmente, el estrangulamiento económico más fuerte contra un Estado anti imperialista se hace coincidir con las campañas electorales. Entonces los candidatos burgueses prometen mantener las nuevas conquistas pero a la vez mejorar la eficiencia. Si el pueblo cae en la trampa, cuando despierta ya es demasiado tarde. Cuba encontró un antídoto: en elecciones libres y universales al Poder Popular, el pueblo vota por los candidatos que conoce, representantes, que son removibles en el acto si incumplen las expectativas de sus electores. La Reforma Constitucional que propone el Gobierno Bolivariano no elimina el pluripartidismo, pero sugiere que los constituyentes sean pueblo trabajador elegido por sus pares, en cada movimiento social, en cada lugar de trabajo, en cada comunidad, en cada distrito. El pueblo encontrará así el camino institucional para salvaguardar y fortalecer la Constitución ya aprobada democráticamente, y ratificar el camino elegido. Por eso, la desesperación de la derecha es comprensible: debe impedir por la violencia que el pueblo pueda expresarse en la elección de la Constituyente el 30 de julio. Son momentos cruciales, definitorios. Ejército y policía bolivariana, y el pueblo organizado en milicias obreras y campesinas, aguantan las provocaciones más terribles por ahora sin responder, para no dar argumentos que justifiquen a los golpistas. Se busca aguantar hasta el 30 de julio y derrotarlos con pueblo que salga, valientemente, desafiante, a cumplir con su deber cívico sin miedo al terror. El 27 en Plaza Libertad, la UP-AP estará expresando su solidaridad con Maduro y su pueblo.
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