Crónicas de la Victoria: Trabajando en el Parlamento con cultura comunista

Escribe Prof. Andrés Freire

No es la primera vez que el 26 tiene un diputado, de hecho lo tuvo antes en el periodo que va del 2000 al 2004, y su nombre es el de esa persona que luego abandono nuestra organización pasando a ser en su día una de las piezas claves del progresismo, ahora caído en desgracia, y al que en cierta forma le cargan las faltas de los demás a su cuenta. A esta persona le debemos un profundo agradecimiento por haberse ido en el momento en que se fue, porque bien se dijo hace mucho tiempo que el partido se fortalece depurándose, y vaya si nuestro partido salió fortalecido, cuando debiendo elegir entre los principios y la ética socialista por un lado y los cargos y privilegios por el otro, unos eligieron la opción del pueblo, y otro se fueron a disfrutar de aquello que siempre habían criticado. Hoy nuevamente tenemos un representante, que es nuestro representante y a su vez es un tribuno del pueblo y representante de la Nación, y por eso mismo no es sólo Eduardo, también son Romy Silva, Carlos Pérez, Gonzalo Martínez, Julio González entre otros compañeros. Yo que no soy más que un simple militante y esporádico de esta organización política, recibo un dato interesante de por ahí, de gente como uno que esta asqueada por tanta cosa que pasa a nuestro alrededor y levanto el teléfono, charlo con cualquiera de los compañeros, y a los pocos días saldrá un pedido de informes con la firma de Eduardo pero en el que trabajamos muchos. Me llama una persona que está pasando una situación delicada en donde una intervención de un diputado puede ayudar, se traslada el tema a alguno de los secretarios y en pocos días es recibido, quizás no se puede hacer mucho, a veces algo, a veces nada, pero por lo menos este ser humano como nosotros pudo plantear su problema y ser escuchado con respeto y preocupación. Todo esto es cultura comunista, los compañeros no compiten ni escalan por una posición o un lugar, porque rechazamos los principios burgueses de la competencia, sino que practicamos la emulación socialista, un principio superior que nos enseña a todos a dar lo mejor de nosotros mismos como parte de un proyecto colectivo. No somos individuos asociados unidos con fines egoístas, somos una organización política que lucha por la liberación de nuestra nación y por el socialismo, y trabaja como un todo con cultura comunista. Todos los compañeros somos parte de un mismo esfuerzo y latimos al mismo ritmo, sabemos que con los pocos recursos que tengamos del tipo que sea, la organización está comprometida como un todo, nosotros no tenemos un diputado, no tenemos un diario o una radio, ni 5 puestos en la feria, ni nada de eso, nosotros somos todo eso a la vez y mucho más. Y así hay quienes trabajan desde el Parlamente 5 años para asegurarse la reelección como sea, o construir su propia parcela de poder, o serrucharle el piso a otros, pero hay también quienes trabajan incansablemente para desde la colina parlamentaria construir un pedacito más de poder para el pueblo, como parte de una organización que actuando como un todo, prosigue sus planes estratégicos de acción con viento a favor, y con huracanes en contra, y eso es también cultura comunista.