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Deportes: Rachid Mekloufi, una historia que merece ser contada

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 24 jun 2017
  • 4 Min. de lectura

Nació en Argelia, el 12 de agosto de 1936. Su país era una colonia francesa en ese momento. Rachid Mekloufi es un ex futbolista que brilló en varios clubes franceses en la década del 50. Comenzó jugando en su ciudad natal, donde siendo un adolescente integró el equipo “USM Setif”. En el año 1954, un caza talentos lo vio jugar y se comunicó con el entrenador del club francés “Saint-Étienne”. Le hicieron hacer una prueba y generó una grata impresión en el director técnico por lo que decidió incorporarlo al plantel de jugadores del club. Debutó en un amistoso convirtiendo 3 goles. Jugaba de mitad de campo hacia el arco rival. Su gran visión de juego, su técnica, el gran cambio de ritmo que tenía y la gran capacidad goleadora, lo convirtieron en uno de los jugadores más importantes del fútbol galo. En el primer campeonato que disputó defendiendo la camiseta del Saint Étienne convirtió 21 goles. Su equipo se consagró campeón del torneo de 1957 Sus grandes actuaciones en el equipo Saint Étienne le posibilitaron ser nominado para la selección francesa que se preparaba para disputar el campeonato mundial de 1958 que se jugaría en Suecia. En Octubre de 1956 debutó con la selección francesa en un amistoso ante la URSS en Colombes. Pero la historia de Mekloufi fue más allá de los campos de juego. Su país Argelia luchaba en ese entonces por su independencia del dominio francés. Rachid Mekloufi entendió que debía aprovechar su fama como futbolista para llamar la atención sobre la situación por la que atravesaba su país y el sueño de sus hermanos compatriotas. Fue así, que el 11 de abril de 1958, (cuando se encontraba concentrando con la selección francesa de cara al mundial de Suecia), desapareció junto a su compañero, Zitouni, considerado el mejor defensor del fútbol francés. Las sospechas comenzaron rápidamente ya que ambos eran argelinos. Dos días después de éste hecho, se conocía en el mundo la incorporación de éstos dos deportistas al equipo de fútbol del Frente de Liberación Nacional de Argelia, creado con la idea de reunir a todos los jugadores de origen argelino que jugaban en el campeonato francés para realizar una gira por el mundo con el fin de recoger ayudas y fondos para la lucha anticolonial. La Federación Francesa de Fútbol exigió a la FIFA que el equipo del Frente de Liberación Nacional de Argelia no fuera reconocido, pero más allá de las decisiones de FIFA y el pedido de Francia, el equipo denominado: “Los 11 de la Independencia” (como se los llamó), comenzó a recorrer Europa, Asia y África dónde jugaron 90 partidos amistosos para que el mundo se enterara de la lucha de Argelia por la independencia de Francia. En una entrevista realizada a Rachid Mekloufi sobre el equipo de Liberación de Argelia, éste declaró: “Al principio nadie creía que podíamos formar un equipo competitivo, pero a medida que fuimos logrando victorias, todos nos fueron viendo como militantes, como luchadores. En todo el mundo nos veían como gente luchando por la justicia, por la independencia“. La FIFA impidió que compitieran a nivel de selección nacional ya que no les reconocía como nación, y amenazó con expulsar del mundial de 1958 a las selecciones que se enfrentaran al equipo argelino de Liberación Nacional. La selección por la Liberación Nacional de Argelia utilizó como colores de la camiseta: el verde y el blanco de la bandera argelina y durante cuatro años recorrieron el mundo jugando en lugares como: Trípoli, Belgrado, Budapest, Praga, Bagdad, Pekín, Sofía y Hanói. El interés social que despertó fue tan grande, que fueron recibidos por el propio por el líder comunista vietnamita Ho Chi Minh. En febrero de 1959 disputarían un partido en Bagdad, donde fueron recibidos como héroes. Durante el himno argelino, los iraquíes desplegaron una bandera verde y blanca que hizo que el embajador francés abandonara el estadio. El 5 de julio de 1962 los argelinos lograron la independencia después de 132 años de dominio francés. Al año siguiente, el equipo liderado por Rachid Mekloufi, finalmente se convirtió en la “Selección Nacional de Argelia”. Una frase Mekloufi quedará para el recuerdo de todos los luchadores de la independencia argelina: “Me hubiera encantado jugar la Copa del Mundo, pero no era nada comparado con la independencia de mi país” Tiempo después Rachid Mekloufi volvió a jugar en Francia. Al principio fue abucheado, pero poco a poco reconquistó el cariño de los hinchas del Saín Étienne que en ese momento jugaba en la segunda división. Logró el ascenso a Primera y en la temporada siguiente fue campeón de la Liga. Al finalizar su carrera como futbolista, comenzó su labor como entrenador. La Federación Argelina lo contrató para que se hiciese cargo de la selección. En 1975 consiguió la medalla de oro en los Juegos del Mediterráneo luego de vencer a Francia. En 1978 ganó los Juegos Africanos al vencer a Nigeria. Su gran evento con Argelia tuvo lugar en el Mundial de España de 1982. Habían dejado en el camino en la fase de clasificación a Sierra Leona, Sudán, Níger y Nigeria, logrando la clasificación en el Grupo 2 del mundial junto a Austria, la República Federal de Alemania y Chile. Debutaron con una sorprendente victoria frente a los alemanes por 2 a 1. En el segundo partido perdieron ante Austria 2 a 0 y en el último encuentro derrotaron a Chile por 3 a 2, lo que le daba a la selección de Argelia muchas posibilidades de pasar a la siguiente ronda. Sin embargo, ocurrió un hecho que ha quedado en la historia negra de los campeonatos mundiales de fútbol. La República Federal de Alemania y Austria se enfrentaban en Gijón y con una victoria de Alemania, los germanos y austríacos clasificaban ambos. Alemania abrió el marcador a los 10 minutos de juego, y desde ese momento existió un pacto de no agresión entre ambos equipos generando el enojo del público presente y acabando de ésta manera con la participación de Argelia en el mundial. En el año 1988, Rachid Mekloufi fue elegido como Presidente de la Federación Argelina de Fútbol. Pero la historia lo recordará por sus decisiones y actitudes que fueron mucho más allá de un campo de juego. Mekloufi renunció a la fama, el dinero y al poder del fútbol francés para luchar por la independencia de su país. Hoy es un ejemplo para las nuevas generaciones que lo tienen como un héroe, y lo toman como ejemplo a seguir…


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