Palestina : Carta abierta de las comunidades cristianas palestinas
- La Juventud Diario
- 22 jun 2017
- 7 Min. de lectura

Carta abierta de la Coalición Nacional de Organizaciones Cristianas de Palestina (NCCOP) al Consejo Mundial de Iglesias y al movimiento ecuménico.
Aprendan a hacer el bien; busquen la justicia: defiendan al oprimido (Is. 1,17)
Antecedentes
Nos hemos reunido este mes en Belén, Palestina ocupada. Llevamos 100 años sufriendo la injusticia y la opresión que se infligió sobre el pueblo palestino, empezando por la injusta e ilegal Declaración Balfour[1], intensificada a través de la Nakba que nos convirtió en refugiados/as, seguida por la ocupación israelí de Cisjordania, Jerusalén oriental y Gaza, y la actual fragmentación de nuestro pueblo y nuestra tierra mediante políticas de aislamiento, confiscación de tierras, construcción de colonias ilegales y del Muro de apartheid. Todavía estamos sufriendo a causa esa declaración política emitida por un Imperio Occidental, basada en una premisa teológica retorcida. Incluso algunas iglesias y unos pocos líderes cristianos apoyaron el establecimiento de un Estado colonial en nuestra tierra, ignorando totalmente –e incluso deshumanizando− a nuestro pueblo, que había existido en esta tierra durante siglos, y que pagó el precio de las atrocidades cometidas contra los judíos en Europa. Cien años más tarde, con miles de vidas perdidas, pueblos y aldeas borradas de la faz de la tierra −aunque no de nuestra memoria−, millones de refugiados, miles de hogares destruidos y el encarcelamiento continuo de prisioneros, nuestra Nakba continúa. ¡Cien años más tarde, y todavía no hay justicia en nuestra tierra! La discriminación y la desigualdad, la ocupación militar y la opresión sistemática son la regla. Hoy nos encontramos frente a un callejón sin salida, y hemos llegado a un punto muerto. A pesar de todas las promesas, las cumbres interminables, las resoluciones de la ONU, los llamamientos de líderes religiosos y seculares, el pueblo palestino todavía anhela su libertad e independencia y busca justicia e igualdad. Humanamente hablando, hemos llegado al “momento de lo imposible”, como dijo recientemente el patriarca católico emérito Michel Sabbah. ¿No será que hemos llegado a este “momento imposible” porque las cosas fueron construidas desde el principio −hace cien años− sobre una premisa injusta? ¿Debemos esperar que semejante declaración injusta no cree otra cosa que conflicto y destrucción? Hoy es también una oportunidad para recordar el Llamamiento de Amán, que fue proclamado hace diez años. Agradecemos a quienes estuvieron entonces junto a nosotros/as, en una “costosa solidaridad”, para defender la verdad y la justicia. También nos preocupa que, diez años después, la situación haya empeorado en el terreno, y siga deteriorándose. Al igual que otras iniciativas que abogan por el fin de la ocupación, el Llamamiento de Amán no logró sus objetivos de construir y alcanzar una paz justa, y hoy debemos preguntarnos: ¿por qué?
También nos preocupa el ataque sistemático de Israel a la resistencia palestina creativa y a nuestros aliados en todo el mundo que utilizan ese método de presión para que Israel ponga fin a la ocupación[2]. Muchas nuevas leyes han sido aprobadas en Israel y en todo el mundo para oponerse ilegalmente a esta resistencia no violenta creativa, y para detener todos los esfuerzos hacia la paz. No se trata sólo de un ataque a la libertad de conciencia y de expresión, sino también de un ataque a nuestro derecho y deber de resistir el mal con el bien. ¡Israel está tratando incluso de impedir que las y los peregrinos visiten Belén[3], la ciudad de Emanuel! Si bien estamos agradecidos por la “costosa solidaridad” articulada en el Llamamiento de Amán y practicada por muchas iglesias alrededor del mundo, nos preocupa que algunas iglesias hayan debilitado sus posiciones en los últimos diez años como resultado de la presión manipuladora. Muchas todavía se esconden tras la cobertura de la neutralidad política, por miedo a ofender a sus contrapartes en el diálogo inter-religioso. Finalmente, nos encontramos en un ambiente de guerras y persecución religiosa en nuestra región. El extremismo religioso está en aumento, y las minorías religiosas han pagado un precio alto y doloroso. Les damos las gracias por sus esfuerzos en favor de las personas refugiadas y para poner fin a los conflictos en nuestra región. También les agradecemos su apoyo a las y los cristianos perseguidos en lugares como Irak y Siria.
Nuestro llamamiento “Felices quienes tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados” (Mt. 5, 6) “Felices quienes sufren persecución por la justicia, porque suyo es el reino de los cielos. Felices cuando la gente les insulte, les persiga y diga todo tipo de mentiras contra ustedes por mi causa.” (Mt. 5, 10-11) Al encontrarnos frente a este “momento imposible”, no nos da ningún placer decir que “se los habíamos dicho” hace ocho años, cuando declaramos el momento de Kairos. Estamos de pie frente a lo imposible, pero no hemos perdido la esperanza, ya que como seguidores y seguidoras del Resucitado, somos el pueblo de la esperanza. Sin embargo, les necesitamos, y les necesitamos ahora más que nunca. Necesitamos vuestra costosa solidaridad. Necesitamos mujeres y hombres valientes que estén dispuestos a ponerse en la vanguardia. Éste no es momento para la diplomacia cristiana superficial. Les instamos a escuchar nuestro llamamiento y a actuar en consecuencia; les pedimos: 1. Llamar a las cosas por su nombre: reconocer que Israel es un Estado de Apartheid según el Derecho Internacional y en conformidad con lo que dijeron desde Desmond Tutu hasta el informe de la CESPAO (ONU): “Israel es culpable de imponer un régimen de apartheid sobre el pueblo palestino”. Nos perturba el hecho de que estados e iglesias traten a Israel como si la situación fuera normal, ignorando la realidad de ocupación, discriminación y muerte cotidianas en esta tierra. ¡Tal como las iglesias se unieron para acabar con el apartheid en Sudáfrica, y el Consejo Mundial de Iglesias desempeñó un papel profético y de liderazgo valiente y fundamental, esperamos ahora que hagan lo mismo! 2. Condenar inequívocamente la Declaración Balfour por injusta, y exigir al Reino Unido que pida perdón al pueblo palestino y lo compense por las inmensas pérdidas. Pedimos que las iglesias y las personas cristianas apoyen el reclamo palestino de justicia. Fue esa declaración infame, después de todo, la que sentó las bases para instalar el concepto de un Estado etno-religioso –la misma cosa que nuestra región está sufriendo hoy. 3. Adoptar una postura teológica clara y más firme contra cualquier teología o grupo cristiano que justifique la ocupación y privilegie a una nación sobre la otra basándose en una etnicidad o en un pacto. Les pedimos que adopten y vivan la teología sugerida por Kairos Palestina, y que organicen conferencias para sensibilizar sobre este tema. 4. Tomar posición contra el extremismo religioso y contra cualquier intento de crear un Estado religioso en nuestra tierra o región[4]. Les pedimos que nos apoyen en la lucha contra los fundamentos del extremismo, y que busquen nuestro consejo cuando actúen contra el extremismo religioso, para no poner en peligro ni perjudicar nuestra situación aquí. 5. Revisar y cuestionar a sus contrapartes en el diálogo inter-religioso, y estar dispuestos incluso a retirarse si fuera necesario, en caso de que la ocupación y las injusticias cometidas en Palestina/Israel no sean cuestionadas en esos espacios. 6. Encabezar campañas para que los líderes de las iglesias y los grupos de peregrinación visiten Belén y otras ciudades palestinas de este lado del Muro, en cooperación con las agencias turísticas y de peregrinación palestinas, en respuesta a las recientes pretensiones de Israel. Les pedimos que desafíen públicamente cualquier intento de Israel o de otros grupos cristianos por desalentar a las peregrinaciones de visitar los lugares palestinos. 7. Defender nuestro derecho y nuestro deber de resistir la ocupación de manera creativa y no violenta. Les pedimos que hablen en favor de adoptar medidas económicas de presión que obliguen a Israel a poner fin a la ocupación, y que apoyen incluso medidas de presión en los ámbitos deportivo, cultural y académico, hasta que Israel cumpla con el Derecho internacional y las numerosas resoluciones de la ONU que le ordenan poner fin a la ocupación y colonización, y permitir que las y los refugiados regresen a sus tierras y hogares. Éste es nuestro último recurso pacífico. En respuesta a la guerra declarada por Israel contra el BDS, les pedimos que intensifiquen esas medidas. 8. Constituir grupos de lobby en defensa de las comunidades cristianas palestinas. Les pedimos que desafíen pública y legalmente a las organizaciones cristianas que desacreditan nuestro trabajo y nuestra legitimidad. 9. Por lo mismo, proponemos que con la mayor urgencia se cree un programa estratégico dentro del Consejo Mundial de Iglesias −similar al Programa “Combatir el racismo”− para liderar esfuerzos de cabildeo, promoción y desarrollo de programas activos que trabajen por la justicia y la paz en Palestina/Israel y ayuden a mantener la presencia cristiana en Palestina, apoyando el trabajo de las iglesias, sus organizaciones y sus iniciativas pacíficas. Como testigos fieles, reconocemos, afirmamos y continuamos la tradición profética de larga data, especialmente la iniciada por el Llamamiento de Ammán y articulada en el documento Kairos Palestina. Comprendemos totalmente la presión que los líderes de las iglesias están enfrentando aquí y en el exterior para no decir la verdad, y es por eso que estamos haciendo este llamado. La situación es más que urgente. Estamos al borde de un colapso catastrófico. El statu quo actual es insostenible. Ésta podría ser nuestra última oportunidad para alcanzar una paz justa. Como comunidad cristiana palestina, ésta podría ser nuestra última oportunidad para salvar la presencia cristiana en esta tierra. Nuestra única esperanza como cristianas y cristianos viene del hecho de que en Jerusalén, la ciudad de Dios, y nuestra ciudad, hay una tumba vacía; y Jesucristo, que triunfó sobre la muerte y el pecado, nos trajo a nosotros y a toda la humanidad una nueva vida. Nos sobrevienen pruebas de toda clase, pero no nos desanimamos; estamos llenos de perplejidad, pero no desesperados; somos perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. (2 Cor. 4, 8-9). Sigue lista de apoyos de organizaciones cristianas de Jerusalén y Gaza
Fuente: Kairos Palestine. Traducción: María Landi Equipo de Kairos Palestina.
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