Editorial: La deuda externa nuevamente amenaza la vida de los orientales

Una de las medidas más sobresalientes del gobierno de la política económica durante estos años, ha sido el proceso de endeudamiento que ha tenido nuestra economía durante los gobiernos del Frente Amplio, pues ha desatado una verdadera calesita que ha golpeado sobre la economía nacional y últimamente sobre su propia gestión. En estos días ha trascendido que los aviones de PLUNA serán vendidos como chatarra, en una muestra sin igual de los caminos por lo que se ha adoptado en esta política de libre inversiones y privatizaciones a granel. Los resultados han sido dudosamente calificados como positivos pues, el proceso de continuación de esta política lleva invariablemente a una perdida constante de los valores patrimoniales nacionales y a un proceso de endeudamiento que no tiene fin, por el momento, y si observamos lo que está sucediendo, la tendencia es al crecimiento constante de la deuda externa y el pago puntual de sus intereses. No es una novedad que en nuestro país el proceso de “inflación controlada”, implica por la vía de los hechos un fuerte recorte del “gasto público” en las áreas claves como educación y salud, al tiempo que los salarios y las jubilaciones no han tenido una contrapartida que se corresponda con las necesidades de la familia de los trabajadores nacionales. El tema de la situación de la educación en estos días también es un proceso que involucra a esta política económica donde lo financiero tiene un lugar determinante en las orientaciones prácticas, pues es poco entendible que luego de dos gobiernos y medio de Frente Amplio en el gobierno todavía en materia educativa no se halla pasado el 6 % del PBI para el presupuesto y todos debamos recibir de parte de los voceros del gobierno como estamos frente a un verdadero despegue nacional. No hay más que observar la vida de una maestra o un docente, y sus esfuerzos para darnos cuenta que ello no se cumple y en donde los reclamos han sido una y otra vez, no tenidos en cuenta. Hasta donde han sido tenidos en cuenta estos reclamos, y hasta donde se producen los límites de esta política, es algo que impone una lógica financiera por encima de los justos e históricos reclamos de la población, son temas que aun están por dilucidarse en la vida nacional. Lo cierto es que la deuda externa y su crecimiento ha sido y continúa siendo, un factor de enorme riesgo, en la vida nacional pues lleva invariablemente a procesos recesivos crónicos y a un empobrecimiento progresivo de la sociedad uruguaya, en todo este tiempo, donde no se reconoce por parte del capital financiero, la existencia de supuestos gobiernos progresistas, que han abierto la economía a la penetración de poderosos intereses extranjeros. Una vez más la lógica de hierro del capital extranjero, no tiene limites más con la existencia de gobiernos complacientes a la política de privatizaciones y de llevar adelante políticas de ajuste para intentar lograr el imposible de reducir el déficit fiscal, en estos próximos años que también anuncia problemas y descompensaciones cada vez más generalizadas en la economía nacional. De lo que se trata es de llevar adelante una política que no hunda más el país en el pantano del endeudamiento crónico y se abra camino al trabajo y a un horizonte de recuperación de la soberanía.