MEMORIA | El Frente Amplio y las consultas populares
- La Juventud Diario
- 17 oct 2020
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El secretario general del PIT-CNT Marcelo Abdala se reunió con las autoridades del Frente Amplio para plantear, de manera formal, el pedido de apoyo de esa fuerza política al referéndum contra la Ley de Urgente Consideración que decidió impulsar la central sindical, y espera en breve una respuesta.
Según dijo Abdala a la salida de la reunión, “hay un acuerdo de criterio de que la Ley de Urgente Consideración es una herramienta mala”.
El fin de semana pasado, el senador Mario Bergara había dicho en televisión que no están dadas “las mejores condiciones políticas y sociales para embarcarse en el proceso” de juntar firmas para un referéndum contra la LUC, aunque aclaró que “no se puede definir (la postura del Frente Amplio) hasta no tener más datos y saber contra qué se va”, si ante todo el articulado o frente a algunas disposiciones.
“Si se va contra toda la ley está claro que el Frente no lo puede acompañar porque votó buena parte de eso. Hay que definir quirúrgicamente contra qué artículos se va”, agregó. A su vez, indicó que vería con “mucho mejores ojos” ir por el camino corto: “54 mil firmas de acá a diciembre, algo completamente factible, y que después la población defina con 25% si quiere ir a plebiscito. Es más compatible con el estado de situación actual”.
El senador dijo estar convencido que se “va a necesitar” el mecanismo de las 700 mil firmas más adelante durante el quinquenio: “Son balas limitadas. Si el año que viene se viene la desmonopolización de combustibles, ahí sí quiero juntar firmas”, expresó.
Sin embargo a mediados de 2005, en los primeros 100 días de gobierno del Frente Amplio el semanario Búsqueda publicaba la conferencia brindada por Mario Bergara en nombre del gobierno progresista uruguayo en Washington, asegurando al Banco Mundial y al Banco Interamericano de Desarrollo BID que habría reformas en el Estado incluso similares a las que la izquierda había vetado hasta hacía poco mediante referendos, como la asociación de ANCAP con capitales privados y garantizó que la estrategia de trancar esas privatizaciones con votaciones “ya es cosa del pasado”.
Bergara afirmó en esa reunión ante el BID y el Banco Mundial que “había cosas ridículas”, como decir “Vamos a votar en contra del tema de ANCAP, no porque la asociación esté mal sino porque los que lo van a hacer son ellos. En cambio ahora, que lo vamos a hacer nosotros, lo podemos apoyar”. Eso dijo el entonces viceministro de Economía en Washington, durante un seminario en la sede del BID.
Durante su presentación, Mario Bergara habló acerca de varios países de la región y definió a Uruguay como una nación con una “relativa debilidad institucional” para prestar servicios públicos, donde las reformas son “amenazadas con referendos o plebiscitos”, por falta de “cooperación intertemporal” de los actores políticos y porque existe una “rigidez derivada de factores institucionales” y del “conflicto político”.
Además, indicó, las mejoras logradas en las empresas estatales y la función recaudadora que éstas tienen, han desalentado los cambios.
Más tarde, al contestar preguntas, Bergara reconoció que “también hay un sesgo cultural” en la oposición a las reformas. “Uruguay mira para Argentina y dice, ¡Qué desastre las privatizaciones! Pero, ¿por qué no mira para Argentina y dice, ¡Qué desastre la provisión estatal de los servicios!? Porque en Argentina era patética la provisión de los servicios públicos con propiedad estatal”.
El razonamiento que cuestionó el ex subsecretario de Economía Mario Bergara era empleado con frecuencia por dirigentes del Frente Amplio para oponerse a la venta o semiprivatización de empresas estatales en Uruguay. “Argentina es un mal ejemplo en privatizaciones y es un pésimo ejemplo de provisión estatal de servicios”, insistía.
Ernesto Stein, economista principal del Departamento de Investigaciones del BID, realizó una pregunta específica, la que llevó a Bergara a hablar sobre los planes de gobierno de Tabaré Vázquez en esta materia.
Al comentar respecto a la oposición de los uruguayos ante las privatizaciones, Stein decía que en el país era “fácil” activar mecanismos de democracia directa contra las reformas del Estado, como hasta entonces hizo una “coalición” entre el Frente Amplio y los sindicatos.
“Pero las cosas han cambiado”, apuntó Stein, y sugirió que esa “coalición” opositora podría haber caducado con la llegada del Frente Amplio al gobierno.
Bergara, un frenteamplista independiente con un doctorado en economía en la Universidad de California, en Berkeley, relató que en Uruguay “los sindicatos impulsaron muchos referendos, pero no todos fueron apoyados por la fuerza política. De los que no fueron apoyados por la fuerza política, ninguno fue exitoso. Sólo los que apoyó la fuerza política ganaron. Post crisis, el Frente Amplio los apoyó todos y ganó todos, incluso contra leyes que el propio Frente Amplio había escrito”.
“O sea, ahí lo que ganó no era una percepción de si el marco regulatorio del sector eléctrico estaba bien diseñado o mal diseñado, cuando la realidad era que la gente iba a votar eso, o si la asociación de la empresa de petróleo estaba. ¡No! Ahí era un tema político, relacionado al marco partidario y en un marco de amplio descontento con el gobierno”, agregó.
Entre 1989 y el 2004, la izquierda uruguaya unida o dividida pero siempre con Tabaré Vázquez a la cabeza apoyó nueve votaciones en referendos o plebiscitos contra leyes y reformas promovidas desde el gobierno por los partidos Colorado y Nacional.
Cuatro de esos casos la ley de empresas públicas de 1992, el marco regulatorio del sector energético de 1998, la ley de ANCAP del 2003 y la reforma constitucional sobre el agua del 2004 fueron pronunciamientos directamente vinculados a la prestación de servicios públicos.
La oposición de la izquierda triunfó en tres de esos cuatro casos: sólo fracasó en la consulta sobre el sector energético.
Bergara insistió en que “la gente, aunque le pongan sobre la mesa que está votando sobre el sector eléctrico, en realidad está votando todo un marco de cosas”.
“En Uruguay pasó eso. ¿Si cambia con el triunfo del Frente Amplio? Sí, cambia”, afirmó. “Ahora sería mucho más difícil pensar en que alguien pueda activar mecanismos de democracia directa. O sea que esto va a quedar un tanto de lado”.
“A lo que voy es que yo creo que va a haber reformas. Porque había cosas ridículas, como decir: “Vamos a votar en contra del tema de la empresa de petróleo, no porque la asociación esté mal sino porque los que lo van a hacer son ellos. En cambio ahora, que lo vamos a hacer nosotros, lo podemos apoyar”, dijo el pichón de Astori.
“Este tipo de razonamiento había en la sociedad uruguaya. Entonces, está abierto el campo para seguir haciendo reformas”, anunció. Evaluó que “había un tema atrás de confianza en un partido político y no en otro partido”.
Cuando Bergara terminó con su respuesta, el moderador se acercó al micrófono. “Muchas gracias, Mario”, dijo. “Y ahora que nos dijiste qué van a hace, te vamos a decir qué vamos a hacer en el Banco Mundial”. De inmediato anunció un receso para almorzar.
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