Que la música siga sonando en el aula
- La Juventud Diario
- 18 sept 2020
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Fotos: fb Orquesta - Ensable del CES
Esta semana se dio a conocer a través de una Circular del Consejo de Educación Secundaria que las autoridades limitarán las horas docentes de los coros liceales, bajando a cuatro horas al director de Coros y tres al pianista acompañante, lo que disminuirá notoriamente el alcance de la enseñanza artística en la educación pública, que ya de por sí está sofocada. La medida traerá como consecuencia la menor incidencia sobre los estudiantes que disfrutan de estos espacios y una seria pérdida laboral para los docentes.
En 2010 el gobierno de José Mujica aplicó un recorte sobre la educación que amenazó con remover la música de las aulas. Finalmente la asignatura fue eliminada de cuarto año, con la intención de quitarla también de tercero. Tras una negociación y movilización de todos los profesores de música del país, se logró que se mantuviera en el último año de ciclo básico, pero como un taller que no lleva calificación.
Con una ley presupuestal en ciernes dispuesta por el gobierno de turno que trae un nuevo y salvaje ajuste, teniendo las cartas sobre la mesa se espera la continuación de la pelea que se deberá dar desde el pueblo organizado en defensa de un presupuesto digno para la educación pública.
La enseñanza musical en la educación pública de nuestro país ha dado lugar a muchos lindos proyectos que han hecho partícipes a miles de estudiantes, los cuales están dentro la cantidad de aspectos que escapan de las cifras internacionales y del gobierno que juzgan el nivel educativo, y son en su mayoría propuestas llevadas adelante a pulmón por los docentes.
Para adentrarnos en algunas de estas iniciativas, dialogamos con María Noel Abella, directora de coro y orquesta y docente de música, quien forma parte de la dirección de la Orquesta de Estudiantes del CES. María Noel comentó que el proyecto es abierto a todos los estudiantes de liceos públicos, privados, UTU, e incluso ex alumnos que siguen vinculados con su institución de educación media. Para formar parte, el estudiante debe llevar un instrumento propio, sin importar el nivel de conocimientos que tenga, porque uno de los ejes de la propuesta es aprender de los pares y aprender en cada ensayo, aportar de cada uno lo que pueda. La idea es ir aprendiendo en el proceso, y para eso los arreglos se adaptan a las posibilidades técnicas de cada uno.
La docente explicó que el objetivo más importante es formar parte de un colectivo musical haciendo el mejor aporte desde su lugar: “Hay una gran diferencia con una propuesta de orquesta tradicional, vienen muchos guitarristas, percusionistas, ukelelistas, flautas dulces, traversas, violines, violoncellos, todos entreverados. Hacemos básicamente música popular uruguaya, y nos enfocamos en el año a la preparación de un repertorio al que podamos invitar a su compositor/a, o a un intérprete, para lograr a fin de año un “Concierto con autores”. Es una experiencia muy movilizante, marca mucho a los chiquilines compartir escenario con artistas de trayectoria”.
La enseñanza artística en secundaria son en su mayoría actividades extracurriculares que llenan de experiencias a los adolescentes: “Toda la enseñanza artística, y los coros dentro de ella, siempre estuvieron en la mira dentro de la currícula escolar. Siempre se cuestiona qué tan importante es. ¿Qué sirve, qué es útil? Responde a qué perfil de ser humano queremos que se desarrolle en su tránsito desde la escuela, el liceo y la enseñanza terciaria”, indicó Abella.
El teatro es otra de las disciplinas con la que la música se entrelazó en más de una ocasión. El año pasado la Orquesta del CES tuvo un proyecto en común coordinado con el taller de teatro del liceo 46, que también tiene muchos años de trayectoria. Se hizo teatro musical para jardines de infantes y escuelas en homenaje a Canciones para no dormir la siesta, en un recorrido que duró todo el mes de agosto.

María Noel Abella manifestó que el comunicado de la Circular no solo es un recorte laboral que afecta a la oportunidad laboral de muchos docentes y de sus ingresos económicos, sino que desmejora la calidad del espacio que se puede brindar. Agregó que fue una decisión unilateral, sin consultar a los técnicos, a la gente formada en la asignatura: “Porque un profesor no es lo mismo lo que puede brindar teniendo el tiempo necesario para preparar el repertorio, para coordinar con un colega, y reduce drásticamente el tiempo de trabajo directo con los chiquilines, de ensayo. Entonces todo ese trabajo que hay detrás cuando uno ve un trabajo realizado en un liceo, eso está siendo totalmente mutilado”.
La docente sumó que este recorte es perjudicial porque quita espacios y oportunidades. Con menos carga horaria disponible para esa actividad ya hay muchos estudiantes que no podrían acercarse al espacio. No les daría el tiempo, o les coincide con alguna otra actividad. Están sesgando la posibilidad de participar. “La educación artística no solo brinda lo que se aprende en cuanto a lo artístico y a lo técnico, es como persona, como ser humano. Te brinda un grupo de pertenencia, comunicarte, expresarte, explorar distintos aspectos de tu personalidad. En etapa adolescente es muy importante encontrar vehículos de comunicación y vías de expresión, para un montón de cosas. Para el que quizás encuentre su lugar, una posibilidad para sentirse feliz; y para el que decide que no, pero transitar por esa experiencia es muy enriquecedora, y simplemente la oportunidad debe existir. Siempre es un área muy desvalorizada en cuanto a la formación de una persona”.
Sostuvo que el coro es un espacio muy importante también para esos estudiantes que a veces en los espacios más tradicionales, en las propuestas más convencionales que tiene la enseñanza de educación formal, encuentran un espacio diferente: “Porque se manejan otros códigos, porque los vínculos son distintos, y es un lugar importante de pertenencia dentro de la institución.
Por otro lado, en la educación pública se debe brindar también, porque la enseñanza artística en forma privada no suele ser accesible, económica, y de ninguna manera puede ser un privilegio. Esa posibilidad de desarrollo que hace bien y está vinculada a un montón de cosas”.
Ante la pregunta de qué significa el espacio del coro liceal para los estudiantes de secundaria, María Noel sintetizó: “Es optativo, entonces ellos eligen estar más tiempo en la institución. La propuesta dentro de lo que es el espacio de coro se ha ido ampliando, contemplando otros intereses, muchos aprenden a tocar instrumentos, largan su vocecita por primera vez. Aprenden a autogestionarse si quieren hacer un paseo, o propuestas como las que han habido cosas como talleres de murga, componer en colectivo. Enriquece y es un ida y vuelta”.
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