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Siguen impunes asesinos y torturadores con el silencio de civiles y militares

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 28 ago 2020
  • 2 Min. de lectura

Ayer en El Obervador se publicaron las actas de las declaraciones ante elTribunal de Honor Militar del coronel retirado Gilberto Vázquez .

En el 2006, Gilberto Vázquez simuló un problema físico para ser trasladado al Hospital Militar desde el cuartel donde estaba detenido, esperando su posible extradición a Argentina para ser juzgado por crímenes durante la dictadura.

Desde allí se fugó y estuvo cuatro días prófugo, siendo detenido y conducido a las autoridades .Vázquez había sido el último en entregarse cuando se ejecutó la orden de arresto para seis ex represores, entre los que estaban también José Gavazzo, Jorge Silveira, Ernesto Rama, Ricardo Arab y Ricardo Medina.

El coronel retirado tuvo que declarar ante el Tribunal de Honor Militar a raíz justamente de aquella fuga, debido a que representaba una afectación al honor militar.

Ayer, un informe de Leonardo Haberkorn para El Observador reveló algunas de las confesiones contenidas en el acta, en las que Gilberto Vázquez admitió que el Ejército torturó y ejecutó durante el período de terrorismo de Estado, pero además reconoció la existencia del llamado "segundo vuelo" en 1976, algo negado por varios de los represores.

En las actas, Vázquez narra su preocupación cuando se dio cuenta de que en el proceso judicial iniciado a él y a otros militares implicaba una prisión larga. Comentó que el Ejército lo "mandaba preso" por las cosas que había hecho.

"El Comandante en Jefe me dice que viene de una reunión con el presidente, y me dice lo quieren preso sí o sí, no hay otra solución", contó.

"Que me digan asesino, torturador, fenómeno, pero ni chorro, ni traidor, ni ninguna porquería de esas", comentó sobre los posibles móviles económicos en su accionar en dictadura.

Vázquez también narró que en 1985 a Ricardo "Turco" Arab, otro exrepresor detenido, "estuvo por ir preso por un asunto de cheques sin fondos" y concurrió al Servicio y dijo que "si no le daban la guita para tapar el agujero iba a largar todo lo que él sabía y sabe todo".

"Ahora no dicen ejecutar, dicen asesinar, nos dicen ladrones y nadie dice nada, entonces yo ahora estoy diciendo, no señor (...) nosotros ejecutamos, no asesinamos que son cosas muy diferentes. Nosotros no torturamos, nosotros apremiamos porque no había más remedio, el mínimo imprescindible para sacar la verdad, porque no había otra forma de combatir y estoy orgulloso, de lo que hice", afirmó luego.

Luego, el militar reiteró su deseo de seguir "combatiendo". "Si es por el Ejército que tenemos que ir presos, por la Institución, pero salvar la solución, de momento ahora (...) déjenme combatir, no me defiendan, no puedo combatir adentro de la División 1 preso, que las cosas no me hayan salido bienes otra cosa, pero sigo teniendo voluntad de combatir".

Quería combatir "para ejecutar gente, para matar gente, entre ellos el señor presidente de la República". "Pensé en pasarme a la clandestinidad y empezar a hacer acciones militares", declaró. Sobre el final de sus declaraciones reitera: "A mí déjenme combatir, déjenme intentar por lo menos” se puede leer en las actas publicadas.


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