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La última audiencia

  • Anibal Terán Castromán
  • 12 jul 2020
  • 2 Min. de lectura

Este lunes 13 de julio a la hora 11:00 en el juzgado de trabajo de séptimo turno a cargo de la Jueza Marta Elena Salaberry, se llevará a cabo lo que sería, según lo anunciado, la última instancia del largo juicio iniciado por el trabajador arrocero Julio de los Santos en reclamo de una indemnización por los graves problemas de salud originados en su ambiente de trabajo.

Se trata de la audiencia en principio fijada para el pasado 31 de marzo, que debió suspenderse por la emergencia sanitaria, en la que los abogados de la empresa demandada tendrán la oportunidad de interrogar a los médicos firmantes del informe presentado por el departamento de salud ocupacional del Hospital de Clínicas.

Recordemos que en ese documento, Lorena Padilla y Fernando Tomasino afirman sin lugar a dudas: “…estamos frente a una enfermedad profesional porque el trabajador no tenía dicha patología previo a su ingreso laboral en 2014 en la industria arrocera...” También afirman que “hay suficiente evidencia epidemiológica que refiere que existe una mayor prevalencia de dicha patología entre los trabajadores expuestos a polvo orgánico de granos”, y que “la neumonitis por hipersensibilidad por exposición a polvo orgánico, se encuentra dentro del listado de enfermedades profesionales reconocidas en el país.”

Como en ocasiones anteriores con otros médicos que testificaron en este juicio, es de esperar que los abogados que defienden a Arrozal 33 traten de debilitar estas afirmaciones y de ser posible, hacer caer a los expertos en alguna contradicción que puedan utilizar para poner en duda la validez de esta nueva pericia que se suma al expediente como prueba favorable a la demanda del trabajador.

El caso es seguido con expectativa porque puede adquirir valor de jurisprudencia y sentar bases para otras demandas similares. Con apenas 44 años de edad, Julio de los Santos se vio obligado a aceptar una jubilación anticipada tras haber contraído fibrosis pulmonar y micosis pulmonar, enfermedades resultantes de su trabajo en los talleres de la empresa arrocera.

Desde entonces su salud se ha desmejorado notablemente con diversas complicaciones, la más reciente de carácter hepático. Su calidad de vida está muy limitada y como se puede ver en las fotos, a menudo tiene que utilizar oxígeno en su domicilio para afrontar las crisis respiratorias, y cuando ello no es suficiente, debe ser internado para recibir atención médica más intensiva.

La Jueza Salaberry comunicó formalmente por escrito el pasado 20 de mayo, que no haría lugar a pedidos de más pericias como lo reclamaba la empresa demandada, por lo que se deduce que tras esta última audiencia del lunes, lo que resta es solo conocer su veredicto, que si bien puede ser apelado ante un Tribunal de segunda instancia, ya sería un gran paso en este largo camino judicial.

De cualquier manera, haya apelación o no, estamos cada vez más cerca de una resolución del caso Julio de los Santos, trabajador arrocero que se ha transformado en referencia en nuestro país, de cómo paradojalmente el trabajo puede enfermar y la importancia que tienen las medidas preventivas de seguridad laboral para que esto no ocurra.


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