top of page

Los oficios que se pierden y el desamparo social

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 8 jul 2020
  • 2 Min. de lectura

Captura de pantalla.

Pocas veces nos encontramos en los medios de difusión, con información sobre artesanos que desarrollan los viejos oficios de nuestro pueblo. En general la globalización nos hace mirar para afuera, comprar del exterior, elogiar otras artesanías y las de aquí, se van perdiendo, por falta de interés, por falta de mercado, por desconocimiento.

En las vueltas de los lectores, nos han acercado a una persona especial por muchos aspectos, el artesano Carlos, de Marindia, del cual queremos contarles algo de su vida.

El camino más largo empieza con un paso…

Carlos es un emprendedor uruguayo, de esos que gusta de la vida y no baja los brazos “siempre buscando soluciones” a pesar de sus años, a pesar de su incapacidad por diabetes, a pesar de no lograr una jubilación, una pensión una ayuda.

“La voy llevando, comiendo salteado, tomando mucho mate para bajar la necesidad de la hambruna que a veces a uno le ataca, pero la cosa está muy limitada”, nos comenta.

“Tuve dos trabajos. A los 15 años empecé con un trabajo que me facilitó un arqueólogo amigo que era cazar ofidios y mandarlos a Butantan*, donde le sacaban el veneno para hacer el suero. En esa época lo pagaban muy bien 40 dólares por ofidio, un fangote de dinero”.

*El Instituto Butantan es un centro de investigación en las áreas de biología y biomedicina localizado en el distrito de Butantã, en la ciudad de São Paulo.

“Paralelamente ayudaba a un amigo que hacía grabados de metal. Me enganché con eso y empecé a investigar sobre el calado con ácido que es lo que hago”

Son más de 50 años de oficio del cual vivía, incluso, hace 20 años atrás salía a las ferias internacionales, “siempre nos revolvíamos en el mundo de la artesanía” comenta. Carlos vive en Marindia y tiene en su casa su pequeño tallercito que tanto le ha dado y sigue trabajando. El problema es vender su mercadería, no hay dónde.

La técnica que él utiliza no se hace en América, incluso hace innovaciones tecnológicas, respecto a los grabados clásicos en las planchas de cobre para impresión. “A mí me gusta investigar mucho, y el diseño. Fui becado en su momento por la OEA, para mejorar en el campo del diseño. El producto se vende bien, pero tengo que tener un mercado”.

Carlos es diabético. Ha pedido un subsidio al BPS pero por la edad, le dijeron que debía jubilarse por incapacidad, trámite que demora en medio de una situación muy complicado. Ha tenido que revolver la basura buscando comida y casi lo llevan preso. “NO me da vergüenza, vivo de la misericordia del barrio. Además, hago conservas y las voy vendiendo”.

Debe OSE y tiene una cuota de $170 que no llega a cubrir: es el valor de una caravana. Pide ganar tiempo con la esperanza de vender algo. Se mueve siempre, pero los artesanos están fuera. ”Me está atacando la depresión”.


Comments


Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
Noticias destacadas
Noticias recientes
bottom of page