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Ley de Urgente Consideración equipara monocultivo de eucaliptus al bosque indígena

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 16 may 2020
  • 6 Min. de lectura

Guillermo Macció: “Es una amenaza muy seria al monte nativo y la diversidad biológica, que de por sí ya está severamente afectada. Tenemos que crear conciencia, luchar, porque eso modifica también la flora, la fauna y toda la naturaleza, toda la vida natural de la poca que le va quedando al Uruguay. A fin del siglo vamos a ser un monte de eucaliptus”.

En declaraciones vertidas en su columna semanal en CX36, el demógrafo Guillermo Macció se refirió a «un tema candente que debe respetar la conciencia de todos los ciudadanos, porque es una manipulación escandalosa de los criterios de la naturaleza para proteger, amparar, beneficiar a un núcleo de “productores” de árboles».

Se trata de que en la Ley de Urgente Consideración se intenta equiparar los monocultivos de eucaliptus al bosque indígena. Es decir, que tener un monte indígena intacto a la orilla de un río -como el Uruguay, el Queguay, el Negro- equivale a tener una plantación de eucaliptus en el medio de una pradera.

Así, una propiedad que se va a forestar con eucaliptus -si este artículo en la Ley de Urgente Consideración prospera- equivale a un monte nativo, “con todas las ventajas legales y proteccionistas que tiene el monte nativo, pero en este caso para un monte de eucaliptus”.

“Eso es lo que pretende hacer la Sociedad de Productores Forestales, que aunque es poco conocida ha adquirido un enorme poder de influencia política”, sostuvo Macció y señaló que “está presidida por Carlos Faroppa, que hoy está al frente de la Dirección General Forestal del MGAP del gobierno de Lacalle Pou”.

Sociedad de Productores Forestales que además “está fomentada por las grandes multinacionales forestadoras, obviamente”, indicó y agregó que este es un proyecto de ley “que viola las normas científicas más elementales, los criterios de clasificación y pone en riesgo lo que es la diversidad vegetal de todo el país”.

Macció considera necesario que la ciudadanía uruguaya tome conciencia que la Sociedad de Productores Forestales ha elaborado un relato de la sostenibilidad ambiental “contrario a todo lo que es la ciencia, con el fin de tener avances sobre las áreas protegidas”, y advirtió que estos dos artículos que modifican el criterio para decidir las áreas protegidas incluidos en la Ley de Urgente Consideración no figuraban en los programas partidarios de los integrantes de la coalición multicolor, ni en el acuerdo suscrito en octubre para conformarla.

“Es una amenaza muy seria al monte nativo y la diversidad biológica, que de por sí ya está severamente afectada. Tenemos que crear conciencia, luchar, porque eso modifica también la flora, la fauna y toda la naturaleza, toda la vida natural de la poca que le va quedando al Uruguay. A fin del siglo vamos a ser un monte de eucaliptus todos”, sentenció.

Los intereses del capital

El demógrafo Guillermo Macció denunció que no se trata de una iniciativa accidental, sino que “está perfectamente planificado. Porque detrás de la forestación de eucaliptus están los grandes fondos de inversiones para pensiones de países capitalistas como EEUU; son fondos de inversiones que no saben dónde colocarlo y por lo tanto tiene que hacerlo en inversiones de largo plazo, con una rentabilidad estable y con una vida de 50 ó 100 años.

Es decir, detrás de estos movimientos que parece autónomo no lo es: hay toda una política de los inversores de fondos de pensiones que son los que están regulando las pensiones de medio planeta, por decirlo de alguna manera”.

El verso en el tercer mundo

Macció advirtió que la Ley no hace nada en forma negativa, sino aparece por la positiva: “mirá incorporar los eucaliptos a la flora autóctona. Parece una maravilla pero es un sencillo disparate botánico, científico pero además ético, porque le quitan al país su paisaje y su flora autóctona”, insistió y explicó que “son grandes capitales que se mueven detrás de esto. En un país con institucionalidad débil como es el Uruguay, esto prospera”, lamentó.

La crítica y la denuncia

Ya hay cuestionamientos a esta iniciativa. Hubo un pronunciamiento de más de 70 docentes de la Facultad de Ciencias, así como otros pronunciamientos de investigadores y personalidades vinculadas a estos temas. “Pero son individuos… pero tenemos que trasladarlos al espacio constitucional. Ellos tienen un gran mérito porque son los punteros, pero esto no se puede quedar en un círculo cerrado, tiene que ser de la ciudadanía uruguaya: dejar al país tranquilo con su flora y su fauna”, reclamó.

“Es como si fuéramos a poner un ave exótica para que vengan los cazadores a cazar, es realmente demencial”, ejemplificó.

Así, concluyó que “la academia no está quieta; simplemente tenemos que difundirla para que se conozca a nivel de ciudadanía y que sepan que lo que está pasando es muy muy grave para el futuro del país”.

La responsabilidad del gobierno

Macció señaló que “hay una gran complicidad en el sector gobierno. ¿Porque cómo se puede explicar que el Presidente de la Sociedad de Productores Forestales hoy esté ocupando la Dirección de la DINAMA? Menudo cambio ¿no?”.

“Este es un hecho específico de una concepción del Uruguay que es netamente empresarial, de lucro inmediato, sin preocuparse de los recursos naturales que todavía nos van quedando, que son los montes y los ríos que ambos están siendo afectado y los van a estar más de haber una tercera papelera”, agregó.

En el fondo está en juego el futuro de nuestros hijos y de nuestros nietos, sostuvo. Está en juego la sustentabilidad ambiental del Uruguay. “Y por el contrario, la publicidad turística se llena del Uruguay país natural, pero le va quedando muy poco de lo natural”, denunció.

Ley forestal y monte de eucaliptus

“Entonces es grave la situación, y lo será aún más cuando este proceso -que tiene una gran fuerza económica, una gran voracidad de negocio- siga creciendo, y todo está apuntando a que siga creciendo”, vaticinó.

Por ello considera importante la necesidad de “poner la alerta y hacer un parate para este proceso de herborización del país con una sola especie. Además tiene un efecto sobre los suelos, sobre las aves, sobre la fauna, sobre el propio clima”.

En ese sentido, indicó que “las aves migratorias que pasaban por el Uruguay ya no pasan más, porque no hay donde dormir y no hay donde comer. En los montes de eucalpitus no se puede dormir porque no hay donde entrar, y no hay qué comer porque esas plantas están esterilizadas. Menudas cosa son las que estoy diciendo, parece disparatadas, parecen de un cuento fantasmagórico de Julio Verne, pero es la realidad de lo que está ocurriendo; y va a ocurrir con mayor intensidad de no mediar una actuación, porque el gobierno actual está coludido con esta postura”.

“Yo creo que es una situación muy grave, de largo plazo; no se va a ver en lo inmediato pero si esto sigue así… vean cómo cambió el país desde que se aplicó la Ley Forestal aprobada por el gobierno de Sanguinetti en 1986: dónde vamos y cuál es la dirección, vamos a ser monoproductores de monocultivos de monoplantas”, denunció.

Cuando se introdujo la forestación masiva con la Ley Forestal, hubo una cantidad de gente que tuvo que abandonar los campos porque donde tenga un monte de eucaliptus al lado se tiene que ir, porque no hay pasto, porque el clima del lado que no da el sol es muy frío, porque no prospera el ganado, porque ahí no va a pastar.

Macció explicó que “cualquiera que tenga un monte de eucaliptus en el campo sabe perfectamente cómo actúa; es muy bueno para proveer de postes y leña y otras cosas, pero no tiene sentido la convivencia humana… no conozco a nadie, a ningún ser humano que viva dentro de un monte de eucaliptus”.

“El único animal que vive dentro de los montes de eucaliptus y particularmente en la forma que se están plantando -con la cercanía de unos con otros- es el murciélago; que es un propagador del virus de la rabia, por eso hay muchos cabellos del Uruguay que hoy mueren de rabia por mordedura de murciélagos.

Este es un hecho que para un tipo como yo que no es especialista en el tema lo conoce y lo ha visto. Es una consecuencia, porque dentro del monte de eucaliptus -cómo se plantan, a la distancia que se plantan, con el grosor que se tolera, con la altura que se tolera- no puede vivir nada, no hay ni un solo pájaro.

Estamos creando desiertos verdes de gran negocio. ¿Por qué no los plantan en otros países? Porque saben cómo destruye el ecosistema suelo – aire – agua – fauna; no solamente uno sino todos. ¿Por qué no vemos ahora bandadas de golondrinas que iban para el Norte, que venían de la Patagonia, pasaban por Uruguay e iban a los llanos de Venezuela? ¿Por qué no pasan más por el Uruguay? Porque no tienen qué comer, no tienen donde dormir. Es observación pura y cruda de la realidad del Uruguay”.

Hay muchos efectos negativos sobre nuestro ambiente, la aparición de ciclones por los corredores que forman las plantaciones de ecualiptus, las inundaciones por la saturación del suelo. “…Todo, la alteración incluso del humor del clima es notable, se conoce, no existe ni siquiera de donde son originarios… llegan tan lejos esta gente, que lo que querían declarar al eucaliptus como árbol nativo en el Uruguay.

Es decir cuando se rompen barreras de moral, de ética, de principios se va a cualquier camino; y estamos en esa situación. No tienen empacho en no detenerse en nada hasta conseguir el objetivo que es obviamente de lucro en gran escala”, concluyó.

 
 
 

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