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14 años de la Asamblea Popular - Unidad Popular

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 25 abr 2020
  • 6 Min. de lectura

Gustavo López: “Celebrar este aniversario es también reafirmar nuestro camino de lucha por el Socialismo”

Con motivo del 14 aniversario de la Unidad Popular, La Juventud se comunicó con Gustavo López, dirigente nacional de Unidad Popular, anterior candidato a intendente de Montevideo y dos veces a la vicepresidencia de la República. López realizó un resumen del proceso de formación de la entonces Asamblea Popular, y analizó la importancia desde el punto de vista histórico y político de la fundación de esta herramienta, además de sus aportes a la vida política y la lucha por un país diferente en el Uruguay.

“Celebrar los 14 años de la fundación de la Asamblea Popular no es para nosotros una efeméride, mucho menos un ritual. Es sobre todo rendir homenaje a la militancia y a las organizaciones que, con espíritu unitario, con coherencia programática y con coraje político tomaron sobre sus hombros la tarea de construir una herramienta para la lucha de nuestro pueblo, y sobre todo una herramienta que se coloque en la perspectiva de la reconstrucción de la izquierda y la perspectiva socialista en nuestro país”, estableció Gustavo López al comienzo de su repaso.

La ruptura

Cuando la Asamblea Popular daba sus primeros y augurales pasos, muchos se apresuraron a expedirnos certificados de defunción, otros nos pronosticaban el más rotundo fracaso. Hay que tener en cuenta que, en un país como el nuestro, con una fuerte institucionalización política, y con un partido como el Frente Amplio, que en los ojos de las grandes masas todavía representaba por entonces la perspectiva de cambio, la llegada al gobierno del Frente Amplio supuso un momento de quiebre de esa perspectiva. Eran millones de uruguayos los que celebraban el advenimiento del cambio, los que habían votado por el cambio y se habían desembarazado de los partidos tradicionales, los que esperaban que esa fuerza política de una vez por todas empezara aquel proceso que hiciera de los más infelices los más privilegiados, de transformaciones estructurales en la vida del país.

A poco de asumir, se demostró con una claridad palmaria que detrás de aquella promesa de cambio esperaba parapetado el peor de los continuismos. El Frente Amplio había sufrido una metamorfosis que asombraría al propio Kafka: En poco más de 20 años se transformó de un nítido perfil antioligárquico y antiimperialista, hacia uno abiertamente social-liberal cuando asumió el gobierno. Corría el año 2005 y desde los jardines de la Casa Blanca nos enterábamos que Astori sería el próximo Ministro de Economía. El gobierno de Vázquez comienza por desconocer el plebiscito en defensa del agua. Luego se alinea internacionalmente con el imperialismo llegando a ese vergonzoso episodio de la visita de Bush a nuestro país. Desconoce los reclamos del campo popular en materias tan sensibles como la impunidad. Establece una política económica con el mando de Astori de nítido perfil neoliberal.

La construcción

Es en ese marco que un conjunto importante de organizaciones políticas y militantes sociales y sindicales, empiezan a compartir el diagnóstico en torno a que el gobierno del Frente Amplio se presentaba como una variante más de los gobiernos del capital.

Y en ese sentido se comienzan a mancomunar esfuerzos para enfrentar a este gobierno. Es así que llegamos a aquel 21 de abril del año 2006, yo recuerdo nítidamente una Fonoplatea Gustavo Nocetti rebosando de gente, incluso con gente en la vereda. Una concurrencia amplia, heterogénea que, compartiendo este diagnóstico, comienza a delinear un proceso de construcción social y política que finalmente es la génesis de la Asamblea Popular.

Artiguistas

En el curso de esto sería imposible no resaltar un conjunto de acciones desarrolladas en el plano social y político, la consecuencia internacionalista del apoyo a los pueblos que combaten y resisten al imperialismo en el mundo, la presencia permanente de la Unidad Popular en cada lucha de nuestro pueblo. Pero, sobre todo, la construcción a escala país.

Esta fuerza política nacida de alguna manera condenada al fracaso y a la muerte -porque se nos decía que fuera del Frente Amplio no podía crecer ni el pasto-, hoy 14 años después podemos decir, con modestia pero con mucho orgullo, mucho más que pasto hicimos crecer.

Hoy somos una fuerza política de implantación nacional; hoy somos la referencia unitaria más importante con la que cuenta la izquierda uruguaya, y, sobre todo, somos una herramienta para la lucha. Somos una fuerza que, con apego al programa, con indibujable identidad de izquierda, ha logrado convertirse en esa referencia.

Salvamos la izquierda

Llegaron entonces las elecciones de 2009. El compañero Raúl Rodríguez fue candidato a Presidente. Director de teatro, militante tupamaro de larga data, preso político. Y lo acompañó la compañera Delia Villalba, una presencia que matrizó la militancia de la Unidad Popular para siempre.

En esas elecciones no llegamos al objetivo que nos habíamos propuesto, llegar al Parlamento; pero ‘salvamos la izquierda’ como fue tantas veces dicho por la propia Delia, y levantamos la bandera de la reconstrucción de la izquierda en el Uruguay, salvamos la tradición programática de la izquierda de aquel oprobio al que la había condenado el progresismo.

La bancada de izquierda

Algunos años después, ya en las elecciones de 2014, nos tocó a Gonzalo Abella y a quien habla, tomar aquella bandera de Delia y salir a la arena política, a una campaña, a defender el programa de la Unidad Popular, y ahí sí por primera vez la izquierda de la Unidad Popular llega al Parlamento. Llegamos contra todos los pronósticos. Esa fue una victoria construida con las manos, una victoria colectiva, una victoria del esfuerzo, de la organización, una victoria de lo planificado, de una militancia que cree, confía en sus ideas y que tiene vocación de victoria.

Luego la experiencia parlamentaria de Eduardo Rubio fue, en nuestra opinión, y será recordada como un ejemplo de trabajo, de apego a los intereses populares, un verdadero tribuno popular que colocó en el Parlamento un conjunto de temas vitales, y que supo además denunciar la hipocresía del oportunismo y enfrentar consecuentemente a la derecha durante toda su gestión parlamentaria.

Pilar de la izquierda

El resto ya es historia más reciente, todos conocen este último período donde nos tocó también con el queridísimo compañero Gonzalo Abella encabezar nuevamente la presentación común de todos los sectores de la Unidad Popular, una alianza aún mayor que aquella que originalmente conformó la Asamblea Popular.

En esta ocasión sufrimos un retroceso, pero un retroceso solamente en clave electoral; todos sabemos que el camino de la transformación revolucionaria de la vida no es un camino lineal y ascendente. Este retroceso nos sacó temporalmente del escenario parlamentario, pero no nos sacó de la calle, no nos sacó de la lucha, no nos sacó de la convicción de que es preciso seguir reconstruyendo la izquierda en Uruguay y que en ese camino la Unidad Popular es un pilar fundamental.

Creo que crecimos y maduramos políticamente en estos avances y retrocesos, y que hoy la Unidad Popular puede presentarse como una herramienta en servicio a la lucha de nuestro pueblo.

14 aniversario

En este aniversario tan particular, en donde el mundo vive un confinamiento planetario, una suerte de estado de sitio global, producido no solo por la expansión del COVID-19 y esta pandemia, sino sobre todo por un conjunto de relaciones sociales determinadas por el modo de producción capitalista que deja en claro en esta pandemia las debilidades, la flaqueza de este sistema, que no puede asegurar ni siquiera condiciones mínimas de atención sanitaria a buena parte de la población del planeta.

En estos tiempos, celebrar el 14 aniversario de la Unidad Popular es también reafirmar nuestro camino de lucha por el Socialismo y también reafirmar la necesidad de construir un mundo diferente, donde el pan y las cosas se repartan de otro modo y sobre todo un mundo pensado desde y por los trabajadores.

14 años y una vida de lucha

Corresponde homenajear a la militancia, y yo creo que es imposible no pensar en el conjunto de los compañeros que fueron parte de este proceso y hoy no están. Estoy pensando en Pitoto y aquel impulso inicial, el entusiasmo que tenía, su claridad política y el magisterio del trabajo con el que nos enseñaba todos los días las cosas que había que hacer, con ese humor sin igual que tenía.

Estoy pensando en Ruben Sassano.

En Helios Sarthou, que había sido Diputado, Senador, Grado 5 de la Universidad de la República. Un hombre de ética, que alcanzaba con que se callara la boca dos veces para ser Diputado, Senador, ministro, embajador, lo que quisiera para el resto de su vida; pero sin embargo fiel a sus principios, rompió con el Frente Amplio y se sumó a la Asamblea Popular y encabezó todas las listas al Senado en aquella primera comparecencia electoral.

Estoy pensando por supuesto en Delia Villalba, esa mujer increíble, corajuda, que supo enfrentar casi en soledad la construcción de la primera planta de celulosa en su Fray Bentos natal. Delia nos va a dejar para siempre ese ejemplo, esa modestia, esa humildad, esa capacidad de trabajo.

En estos nombres, el homenaje a los conductores cotidianos de la Unidad Popular en todo el país.

Reafirmo también desde el punto de vista personal el agradecimiento a todos los compañeros que nos han confiado responsabilidades en estos 14 años, y reafirmo mi voluntad de militar y poner al concurso todos mis esfuerzos en la construcción de esta imprescindible herramienta que es la Unidad Popular.

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